Capítulo XLVI

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Al llegar a HamDeok, le disgustó a KyungSoo no encontrar alguna carta de BaekHyun; el disgusto se renovó todas las mañanas, pero a la tercera recibió dos cartas a la vez, en una de las cuales había una nota diciendo que se había extraviado y había sido desviada a otro lugar, cosa que a KyungSoo no le sorprendió, porque BaekHyun había puesto muy mal la dirección. En el momento en que llegaron las dos cartas, se disponían a salir de paseo, y para dejarlo que las disfrutase tranquilamente, sus tíos se marcharon solos.

KyungSoo leyó primero la carta extraviada que llevaba un retraso de cinco días. Al principio relataba las pequeñas tertulias e invitaciones, y daba las pocas noticias que el campo permitía; pero la última mitad, fechada un día después y escrita con evidente agitación, decía cosas mucho más importantes: «Después de haber escrito lo anterior, queridísimo KyungSoo, ha ocurrido algo muy serio e inesperado; pero no te alarmes todos estamos bien. Lo que voy a decirte se refiere al pobre LuHan. Anoche a las once, cuando nos íbamos a acostar, llegó un expreso enviado por el coronel Han para informarnos de que nuestro hermano se había escapado a China con uno de los oficiales; para no andar con rodeos: con Oh SeHun. Imagínate nuestra sorpresa. Sin embargo, a SeulGi no le pareció nada sorprendente. Estoy muy triste. ¡Qué imprudencia por parte de ambos! Pero quiero esperar lo mejor y que SeHun no sea tan malo como se ha creído, que no sea más que ligero e indiscreto; pues lo que ha hecho —alegrémonos de ello— no indica mal corazón. Su elección, al fin y al cabo, es desinteresada, porque sabe que nuestro padre Siwon no le puede dar nada a LuHan. Nuestro pobre padre HeeChul está consternado. Papá SiWon lo lleva mejor. ¡Qué bien hicimos en no decirles lo que supimos de SeHun! Nosotros mismos debemos olvidarlo. Se supone que se fugaron el sábado a las doce aproximadamente, pero no se les echó de menos hasta ayer a las ocho de la mañana. Inmediatamente mandaron el expreso. El coronel Han dice que vendrá en seguida. LuHan dejó escritas algunas líneas para el señor HongBin comunicándole sus propósitos. Tengo que acabar, pues no puedo extenderme a causa de mi pobre para HeeChul. Temo que no entiendas lo escrito, pues ni siquiera sé lo que he puesto.»

Sin tomar tiempo para meditar y sin saber apenas lo que sentía al acabar la lectura de esta carta, KyungSoo abrió la otra con impaciencia y leyó lo que sigue, escrito un día después: «A estas horas, queridísimo hermano, habrás recibido mi apresurada carta. Ojalá la presente sea más inteligible; pero, aunque dispongo de tiempo, mi cabeza está tan aturdida que no puedo ser coherente. Kyung querido, preferiría no escribirte, pero tengo malas noticias que darte y no puedo aplazarlas. Por muy imprudente que pueda ser la boda de SeHun y nuestro pobre LuHan, estamos ansiosos de saber que ya se ha realizado, pues hay sobradas razones para temer que no hayan ido a China. El coronel Han llegó ayer; salió pocas horas después que el propio. A pesar de que la carta de LuHan al señor HongBin daba a entender que iba muy lejos, WonSik dijo que él estaba enterado y que SeHun jamás pensó en ir allí ni casarse con LuHan; el coronel Han, al saberlo, se alarmó y salió al punto de NoWon con la idea de darles alcance. Siguió, en efecto, su rastro con facilidad hasta ClapHam, pero no pudo continuar adelante, porque ellos al llegar a dicho punto tomaron un coche de alquiler dejando la silla de postas que los había llevado desde Epsom. Y ya no se sabe nada más sino que se les vio tomar el camino hacia Seúl. No sé qué pensar. Después de haber hecho todas las investigaciones posibles de allí en Seúl, el coronel Han vino a GoYang para repetirlas en todos los portazgos y hosterías de por aquí, pero sin ningún resultado; nadie ha visto por allí a esas personas. Con el mayor pesar llegó a nuestra casa a darnos cuenta de todo, de un modo que le honra. Estoy de veras apenado por él y por su esposo; nadie podrá recriminarles. Nuestra aflicción es muy grande. Papás esperan lo peor, pero yo no puedo creer que SeHun sea tan malvado. Muchas circunstancias pueden haberles impulsado a casarse en secreto en la capital en vez de seguir su primer plan; y aun en el caso de que él hubiese tramado la perdición de un muchacho de buena familia como LuHan, cosa que no es probable, ¿he de creerle a LuHan tan perdido? Imposible. Me desola, no obstante, ver que el coronel Han no confía en que se hayan casado; cuando yo le dije mis esperanzas, sacudió la cabeza y manifestó su temor de que SeHun no sea de fiar. Mi pobre padre HeeChul está enfermo de veras y no sale de su cuarto. En cuanto a mi padre SiWon, nunca le he visto tan afectado. La pobre SeulGi está desesperada por haber encubierto los amores de LuHan y SeHun, pero no hay que extrañarse de que entre ellos se hiciesen confidencias. Queridísimo Soo, me alegro sinceramente de que te hayas ahorrado estas dolorosas escenas. Pero ahora que el primer golpe ya ha pasado, te confieso que anhelo tu regreso. No soy egoísta, sin embargo, hasta el extremo de rogarte que vuelvas si no puedes. Adiós. Tomo de nuevo la pluma para hacer lo que acabo de decirte que no haría, pero las circunstancias son tales que no puedo menos que suplicaros a los tres que vengáis cuanto antes. Conozco tan bien a nuestros queridos tíos, que no dudo que accederán. A nuestro tío JunMyeon tengo, además, que pedirle otra cosa. Mi padre SiWon va a ir a Seúl con el coronel Han para ver si lo encuentran. No sé qué piensan hacer, pero está tan abatido que no podrá tomar las medidas mejores y más expeditivas, y el coronel Han no tiene más remedio que estar en GoYang mañana por la noche. En esta situación, los consejos y la asistencia de nuestro tío serían de gran utilidad. Él se hará cargo de esto; cuento con su bondad.»

Orgullo & Prejucio » KaiSoo.Where stories live. Discover now