❝ Yellow ❞ EN PAUSA

Brizna

Al día siguiente como ya habían acordado, llegaron temprano a revisar la última escena del crimen. Para Clara esto se escuchaba de película y ella era la protagonista, Theo por su lado se mantenía serio y concentrado, quería hacer su trabajo lo mejor que pudiera, después de todo no quería decepcionar a su padre ni a ninguno de los otros tenientes. Aun sentía desilusión hacia el mismo por haberse retirado de su puesto de subinspector porque quería estudiar más, pero tampoco podía soportar que sus compañeros de la estación lo tomaran como un niño inmaduro sin conocimiento alguno sobre crímenes y datos policiales. Theo estaciono el auto cerca del lugar al que solo se podía entrar caminando por la cantidad de vehículos de la policía e investigadores que habían llegado por la madrugada. 

-Buenos días, oficial Evans que gusto tenerlo de vuelta es por aquí -dijo saludando calidamente, ambos siguieron al policía hasta el estacionamiento del centro comercial- lo que van a a ver puede ser un tanto desagradable -el hombre hizo una mueca y se abrió paso entre los investigadores, Clara se tapó la boca sorprendida.

Tal como Clara lo había pensado parecía una imagen de película, pero una de terror. Se podía ver el cuerpo de una persona del torso hacia los pies, nada más, la otra parte del cuerpo se encontraba debajo de un auto que peculiarmente estaba al revés y al alrededor de el mucha, mucha sangre. Vestía unos jeans con flores y un cinturón rosa. El olor era indescriptible, la sensación que recorría su estomago se peleaba entre el asco y la nausea. Theo seguía inspeccionando la imagen detenidamente.

-¿Quién lo acompaña oficial Evans? -preguntó uno de los investigadores que se encontraba en el lugar, del típico que portaba un traje blanco, guantes y máscara. 

-Es mi compañera del caso, inspectora Vega, creí que ya les habrían avisado -respondió Theo sin quitarle la mirada a la horrible escena.

-Nos comentaron algo a medias sobre una nueva inspectora, si me permite capitán, le vendrá muy bien la ayuda, este caso es el más difícil que he visto. El asesino es muy inteligente, no hemos podido encontrar ni una sola huella o pista acerca de él  -comentó decepcionado- mucho gusto por cierto -Clara se limitó a sonreír a medias un tanto incomoda.

-¿Qué tenemos hasta ahora? -preguntó Theo tratando de ignorar todo el ambiente.

-Según el informe, el auto se vio en el segundo nivel del estacionamiento a las diecisiete horas antes de que el centro comercial se vaciara y cerrará en su horario normal exactamente a las veintiuna horas. A eso de las ocho treinta que abrió el comercial, el gerente llamó a la policía, comentando que encontró medio cuerpo debajo de un auto móvil, pensamos en un accidente pero encontramos estas flores amarillas que nos dio la pista de que se trataba de nuestro asesino.

-Hay que levantar el auto -soltó Clara- necesitamos ver que hay debajo y luego se lleven el cuerpo a toxicología y lo examinen. 

Los investigadores y policías no perdieron el tiempo, en menos de media hora ya tenían una grúa lista para levantar el auto, y comenzo el show. A Clara le temblaban las manos, cuando mando solicitud para este trabajo no se imaginó que iba a tener que ver muertos y sangre en cantidades industriales pero quizá vivir algo nuevo la ayudaría en algo, o quizá no.
Para sorpresa de todos, no había nada, el cuerpo estaba cortado por la mitad con pétalos de flores dibujando la otra mitad, lo que confirmaba que no había sido un accidente. Nadie dijo nada. Los investigadores se limitaron a retirar lo restante del cuerpo y recoger pruebas para luego llevárselo. Theo y Clara decidieron ir por un café para calmar los nervios.

-¿Investigaste al dueño del centro comercial? -preguntó el castaño mientras soplaba su café.

-Sí, curiosamente es el alcalde de Trim, Joseph Gold, se encuentra en el pueblo de al lado dando conferencias, podríamos ir a verle y hacerle unas preguntas.

-Muy bien Clara -respondió Theo tomando un sorbo de café- ¿Y qué opinas de nuestro asesino?

-Pues...-se quedó analizando un rato- creo que el asesino no quiso que el rostro de la víctima se viera, si no, que otra razón tendría para ocultarlo. Además hasta ahora solo ha matado hombres, y este tenía aspecto de mujer, así que, probablemente es una chica. Quizá quiere ponernos a dudar para que nos cueste seguirle el rastro.

-Bueno -sonrió falsamente- creo que te subestime, eres bastante buena. Escribe eso en el informe y nos vemos dentro de seis horas en el laboratorio.

-¿A dónde vas? -preguntó levantándose junto a él.

-Tengo unos asuntos pendientes, te diría que me acompañaras pero es personal -se puso la chaqueta mientras Clara tomaba asiento de nuevo de manera lenta- ¿No me digas que estás asustada?

-¿Qué tal si quiere comenzar a matar más mujeres? -exclamó molesta aun que parecía más preocupada.

-Dios... -rió poniendo los ojos en blanco- ni siquiera sabemos si es una mujer y ya estas sacando conclusiones, concéntrate Clara, no pierdas el tiempo en conclusiones estúpidas -volvió a poner su cara seria- ya me voy. 

Clara se quedó estática pensado en eso,  pero el odioso de Theo tenía razón, puede que estuviera exagerando pero aun así quedaba cierta inquietud dentro de ella, pero tendría que ignorarla. Terminó su café y se fue a la estación a escribir dentro del archivo su pequeño análisis sobre el misterioso asesino.

Seis horas después se encontraban ya en el laboratorio para recibir los resultados de la investigación, Theo deseaba que fueran acertados y lograran decirle algo más sobre este personaje que no dejaba ningún rastro a excepción de sus particulares pistas amarillas.

-Oye Vega, ¿Revisaste el informe completo? -Clara dio un pequeño brinco causándole una risilla al castaño.

-Si, la primera vez dejó un listón alrededor del cuello de la víctima, un chico de 23 años,  la segunda una pelota de plástico que estaba en la mano de esté... también un hombre solo que esta vez era alguien mayor, luego dejó un sombrero pero no se encontraba la víctima en la escena, escondió el cuerpo en los contenedores de basura de unos condominios, se confirmo la identidad por medio de pruebas de sangre y por último, fue hoy en la madrugada un ramo de rosas, los cuatro objetos de color amarillo.

-¿Que se siente ser como mi secretaria? -dijo en tono burlón el castaño.

-Disculpe oficial, pero yo no soy ninguna secretaria -resoplo molesta- entiendo que no te agrade que sea tu compañera pero, estoy lo suficientemente calificada para este trabajo! -exclamó alzando la voz.

-Disculpe inspectora, era una pequeña broma -contesto sarcástico- ahí viene Brizna -señalo a la chica del laboratorio que venía hacia ellos.

-¿Por qué siempre que te veo te encuentro discutiendo con alguien? -preguntó la que suponía ser Brizna.

-Es que nadie me comprende -bajo la mirada haciéndose la víctima, Brizna no pudo evitar reír- ella es Clara, es mi compañera en el caso. Vega, ella es Brizna, es investigadora forense, toxicologa y es la encargada de todo aquí en el laboratorio. 

-Mucho gusto -dijo Clara mientras extendía su mano, la chica parecía alguien pacífica, su cabello era rubio cenizo y no tenía apariencia de estar teñido.  

-Igualmente -les respondió la chica.

-¿Qué tienes para nosotros? -preguntó Theo mientras se frotaba las manos por el aire acondicionado del laboratorio.

-No mucho -hizo una mueca mientras les mostraba los papeles que sostenía con ambas manos- parece que cortó el cuerpo con algún tipo de cierra metálica e introdujo unos cuantos pétalos dentro del cuerpo pero igualmente no se encontraron huellas dactilares. No sabemos aún a quién le pertenece el cuerpo, parece que es una mujer joven, pero hay una cosa que puede ser relevante, corrijanme ustedes.

-¿Qué cosa? -preguntó Clara ansiosa.

-Un tatuaje en latín, tiene mínimo unos tres meses de haberlo realizado, no hay muchos estudios de tatuajes en el pueblo así que será fácil encontrar al que lo hizo y preguntar a quien se lo hizo. Aquí tienen una foto, sorprendentemente el área del tatuaje está intacta.

-¿Sabes que significa? -miró a la rubia levantando una ceja, Clara se puso de puntitas para poder ver la fotografía.

-¡Se que significa! -exclamó Clara.