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Draco me llevó a mi habitación mientras yo pensaba miles de maneras en volver a ver a Ron, Harry y Hermione. Especialmente a Harry, pero últimamente no tengo muchas ganas de verlo. ¿Porqué? No tengo ni idea.

-¿Podrías dejar de pensar en Harry, _______?. -me ruboricé, Draco ya me había contado todo esto de los mortífagos y sobre sus poderes.

 -¿Podrías dejar de meterte en mi cabeza?. -contesté divertida.

Draco no se molestó en rodar los ojos y entrar en la habitación conmigo detrás. Por suerte, no había cambiado en nada. Me tiré a la cama, cansada, mientras que Draco se reía de mí y salía del cuarto. Caí en un profundo sueño.

Estaba en un bosque, creo. No había nadie, solo yo. Y el aire, supongo. Miré para atrás, nadie venía. Unas letras se pusieron frente a mí, indicando que las leyera. ¿De dónde aparecieron esas letras? Ni idea.

"Ella caminaba sola por el bosque. Miró detrás de ella, pero nadie la acompañaba. Siguió caminando y despejando su mente, hasta que palabras de un color dorado se pusieron frente a ella. Impresionada, las leyó. Después de eso, un delfín apareció."

Bueno, si antes no entendía nada ahora menos. Se me vino a la cabeza hacer justo lo que el parrafo indicaba. Terminé de leer y seguí caminando. A lo lejos divisé algo celeste, de color celeste brilloso más o menos.

Me le acerqué y era un patronus. De esos que Harry me había enseñado. Me acerqué más y pude presenciarlo. Era un delfín, un patronus delfín. Frente a él, apareció un escudo. 

- El escudo de Ravenclaw... -me dije a mi misma. 

Aquel delfín comenzó a alejarse, así que lo seguí. Pasé por un montón de lugares que nunca había visto en el bosque, hasta llegar a una muchacha que aparentaba tener mi misma edad. Era de pelo castaño hasta un poco más de la cintura, ojos cafés y baja de estatura. 

- Hola, Vale. -cotesté yo.

¿Acaso la conocía? 

- Hola, cuñada. -me guiñó un ojos. Yo rodeé los ojos.

- Sabes que Draco nunca te aceptaría. -ella bajó la cabeza.- Sabes que me duele decirlo. Eres mestiza y Draco es de sangre pura. Nunca lo dejarían.

- Pero mi poder es mucho más grande que el mismísimo lord Voldermotd, _______. ¿No lo ves? Soy hija del Sol y nadie me puede detener.

- Ya, deja tu momento malvado por un minuto y ayudáme a encontrar a los demás. 

- ¿Demás? ¿Hay más personas aquí?. -suspiré.

(...sigue en el sueño...)

Hogwarts estaba destrosado, tanto dentro como fuera. Creo que estaba amaneciendo, ya que el Sol estaba saliendo y había una Luna casi visible. Lo raro fue que hubo una estrella fugaz sorprendentemente brillante.

Mi madre se me acercó. Ella tenía puesto un vestido negro que dejaba ver sus hombros y era hasta las rodillas. Yo, en cambio, traía puesto un vestido rojo hasta la cintura deslizándose hasta mi rodilla, ahí comienza siendo negro. 

Ella me agarró, fuertemente, la mano y me llevó a una parte escondida de los demás. Me dijo algo, pero no lo escuché. Supuse que sería un "Quedáte aquí", por lo que me quedé quieta. Al lado mío se encontraba una chica de pelo castaño claro, ojos color miel, alta y tez blanca.

- Hola Ligia. -contesté normal. Pero si nisiquiera la conocía.

- Hola, primita. -me sonrió.

- Y... ¿Cómo vas con tu secreto?. -miré su escudo indicando que era de Slytherin, ella se limitó a mirar solamente a la Luna.

- Lo mismo de siempre. -me miró.- Pero sé que hoy todo cambiará, lo presiento. Ya sabés, la Luna me lo dijo. -rió. 

- Si, creo que tienes razón. -hice una pausa.- ¿Sabes dónde está Valeria?

¿Quién era Valeria? Ni idea. ¿Será la chica del bosque?

- Creo que se fue con Draco. -suspiró.- Odio cuando hace eso. Digo, si, somos primos, pero me gusta. Y... ¡Aghh! Odio cuando se lleva a Draco con ella. Es tan... irritante.

- Bueno, no es tu culpa. -me miró.- Que yo recuerde, eso es muy normal entre ustedes. Osea, son las hijas del Sol, la Luna y las Estrellas. Algo deben tener en común.

- Draco... -contestó. Se paró de su lugar y me abrazó.- Eres una genio.

(...sigue en el sueño...) 

Miré por última vez a Harry, quien descansaba en el suelo, muerto. No me creía que esto pasara, de verdad. Harry había muerto a manos de Voldermotd y, si, me dí cuenta que lo amo. Pero fue demasiado tarde. 

Observé el cielo de Hogwarts por última vez. Una estrella fugaz se apareció ante mis ojos haciéndome sonreír. Era lo más hermoso. 

- Lizzy te está viendo. -me comentó Draco.- Sabes que siempre estará contigo, ______.

- Lo sé, lo sé. Ella se volvió especial para mí, ¿Sabes?

- Claro, soy tu mellizo. ¿Cómo no saberlo?. -río.- Vamos, hay que salir de aquí lo antes posible. No queremos ver que él nos descubra. -asentí. 

- Era solo un sueño, tranquila. -me dije a mi misma yendo hacía el baño. - Respira, exhala, respira, exhala, respira, exhala. Mejor.

¿Quién era "Él"? ¿Quién era Valeria? ¿Porqué dijo que era la hija del Sol? ¿Porqué quiere a Draco con ella? ¿Quién era Ligia? ¿Porqué dice ser mi prima? ¿Porqué todas quieren a Draco? ¿Quién era Lizzy? 

- Aghh. -bufé.- Que sueño más loco. 

Miré mi reflejo en el espejo. Por poco me desmayo del susto. ¡De verdad que hoy no era mi día!. Mis ojos eran de un color tipo verde agua. Sorprendentemente, iban cambiando de color mediante 3O segundos.

El primero que pude observar, fue el verde agua. Le siguió el violeta, luego el dorado, después el verde y, por último, el rojo. Cerré los ojos y deseé que volvieran al típico gris familiar. Me llevé la grata sorpresa de que volvieron al gris. 

Cuando vuelva a Hogwarts, pediré ayuda. 

Sangre Verdadera -Harry Potter. TERMINADA #1TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora