22. Mi ángel (Maratón 4/4)

3.1K 200 3
                                    

Un leve resplandor me hizo detener la canción para poder fijar mi mirada en ella. Me sorprendió verlo parado ahí, con sus ojos celestes clavados en mí.

- ¿Quisieras venir, _______?. -me preguntó. 

- ¿Thomas?.

No articulaba palabra alguna, fue sorprendente (para mí) como lo había dicho. La última vez que fuí a Durmstrang para visitar a su director por una reunión, ya que Madame Maxime no podía ir, quien sabrá por qué. 

Solamente uno de los chicos, de ese colegio, me había caído realmente bien. Y ese chico, estaba parado frente a mí. Ahora entendía por qué había luz. 

Sus alas de ángel estaba tapándole un poco su pecho. Había cambiado demasiado. Ya no usaba sus antiguas gafas (recuerdo que se las quitaba cada vez que estaba con él), su cuerpo estaba mejor formada, y... sus ojos celestes me volvían loca. 

Completamente Loca. Algo pasó por mi mente.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

|THOMAS| 

Me acomodé en mi asiento, mientras miraba indeciso a las pocas personas que se encontraban en la biblioteca de Durmstrang tratando de encontrar aquella cabellera pelirroja que tanto me volvía loco.

Resignado, me paré de mi asiento. Sabía que ella no vendría, no se arriesgaría a estar en la biblioteca con una persona como yo.

No. Nunca estaría ni 10 minutos conmigo. 

- Disculpa... -dijo una chica frente mío, mostrando sus ojos grises curiosos.- ¿Sabes dónde está el aula de reuniones?.

- Te adentras en la biblioteca... -asintió esuchando.- Hay una puerta. Entra, ahí está el aula. 

- Gracias. Llevó media hora buscando ese salón. -dice largando un suspiro, sonrío.- Espero verte luego...

- Thomas, Thomas Scott.

- Un placer, Thomas. ________. -dijo estrechando nuestras manos.- Perdona, ya me tengo que ir. Espero verte luego. -repitio su frase.

- Igualmente... -dije viendo como se dirigía hacía el aula.

Debía admitirlo, ________ estaba buena. Pero solamente aceptaría una relación si sé sobre la otra persona. Claro, a excepción de aquela pelirroja que me volvía loco. Era realmente linda, encantadora y divertida, pero también era fría, sarcástica y malvada.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

|THOMAS|

- Y... bueno, sabes que no me gusta que alguien se copié. Es... sorprendentemente estúpido. -dijo con una sonrisa y moviendo muy exageradamente las cejas.

Yo la miraba embobado con una sonrisa en el rostro. Ni siquiera la borré cuando comenzó a gritar como loca, diciendo que había tenido el peor día de su vida y con un humor por el piso. Pero no le importó que le haya pedido unas respuestas, ya que a los minutos me la pasó.

A veces soy muy suertudo. 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

|RAYIS| 

- Me has llamado, aunque creo que no te has dado cuenta. -dice él. Yo, prácticamente, salto a sus brazos en un intento de protección, que, claramente, no falla.- No sabes lo mucho que te extrañé, rubia.

- Y yo a ti, ojos celestes. -nuestros apodos eran tan malos, que no tenía ni idea de por qué nos llamamos así. Se rió, contagiándome. 

Mi vida se fue al infierno en el momento en el que entré en el maldito armario con James. Pero, siempre estaría Thomas para mí.

Porque es un ángel, uno de verdad.

Sangre Verdadera -Harry Potter. TERMINADA #1TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora