☆Capitulo 10: Renacer (TW)

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Ignoró el sentimiento, pasando rápidamente por enfrente de la puerta. Visualizó al final de pasillo la escalera de color blanco. Caminó a paso rápido hasta ella. Pisó el primer escalón. Todo estaba saliendo tan perfecto, mejor de lo que esperaba. Hasta que sintió unos dedos grandes y peludos rodear y apretar su muñeca fuertemente.

Giró la cabeza con una expresión de terror en su rostro. Trató con su otra mano de soltar el agarre, pero el hombre la atrajo a él y la tomó del cuello, la elevó deslizando su cuerpo hacia arriba en la pared. La pequeña abrió la boca tratando de respirar mientras dejaba soltar unos pequeños quejidos.

—¿A dónde vas, corderito? —preguntó con una sonrisa macabra en su rostro—. Oh…ya veo —dijo al ver la pequeña mochila que colgaba de los hombros de la pequeña.

Ella respiraba agitadamente. Él notó su miedo, le gustaba causar miedo, le encantaba. Sonrió más ampliamente. Aun agarrándola del cuello, la tiró al piso. La castaña cayó de cara, provocando un pequeño partido en su barbilla. El practicante le arrancó la mochila, la revisó viendo todo lo que había dentro. Soltó una pequeña risa seca al ver las pocas cosas que la niña tenía en el interior.

— ¿En serio? ¿Con esto pensabas escapar? ¡Mierda! Sabía que eras patética, pero no para tanto —dijo tirando la mochila sobre su espalda, ella soltó un quejido. Sentía como las lágrimas comenzaban a salir nuevamente—. ¿Sabes lo que eres? Una malagradecida. Te doy un techo, te doy comida, ¡Dios, pude haberte tirado a la calle! Pero en cambio te tengo aquí, aprovechando tu cuerpo al máximo. ¡¿Pero no ves eso verdad?! ¡Para ti solo soy un maldito monstruo que explota tu cuerpo, verdad!

Ella no podía decir nada, estaba shockeada. No sentía nada, pero lo oía todo. ¿Cómo pudo ser tan tonta para creer que podría escapar?

—Pues te tengo una sorpresa —se flexionó hasta estar lo suficientemente cerca de su rostro—. De ahora en adelante, seré ese monstruo, ese animal con máscara al que tanto temes —dijo antes de escupir un buen poco de saliva a la cara de la niña. 

Ella no supo qué pasó, o como fue; pero en ese momento su estado de shock desapareció. Cuando el monstruo se acercó lo suficiente a ella, hizo su mano un puño y lo impactó pegándole un fuerte puñetazo en el tabique.

—¡Ah! ¡Hija de puta! —gritó enfadado, dispuesta a matarla.

Ella sabía de lo que él era capaz, así que tuvo una idea. Bajó la mirada, su pierna estaba justo entre medio de ambas piernas de ese hombre. Sin pensarlo 2 veces, subió el pie rápidamente, dando a parar justamente entre medio de ambos testículos de su padre. Él soltó un grito de dolor—. ¡Me la vas a pagar! —exclamó en un quejido.

Se encorvó con las manos en sus partes íntimas, comenzando a dar saltos. Y ahí fue cuando la pequeña y lista niña vio su oportunidad. Dio un patada de lado justo en los tobillos del monstruo, haciéndolo perder el equilibrio y caer de espaldas por las escaleras de madera empinadas.

La niña adolorida se levantó del suelo, dando un vistazo al primer piso. El monstruo estaba tirado en el suelo sin moverse, al parecer había golpeado su cabeza con uno de los escalones. La pequeña vio su oportunidad. Tomó sus cosas esparcidas en el piso y las metió en la mochila. Bajó los escalones rápidamente. Cuando estaba en el primer piso, en un rápido movimiento tomó la billetera en el bolsillo del monstruo, la cual aparentemente estaba llena.

Cuando iba a volver a salir corriendo, una mano la tomó de la pierna, arrastrándola y haciéndola caer. Miró hacia atrás, el sonreía con malicia en su rostro, pero ella ya estaba decidida; no quería estar un minuto más en esa cueva, con esos osos hambrientos. Con todas sus fuerzas dio una patada justo en la cara de la bestia, haciendo soltar su agarre. Ella se paró rápidamente y corrió abriendo la puerta que chocó con la pared. Salió corriendo bajando los 3 escalones frente al pórtico.

Enfermos Mentales: Edificio del terror. [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora