☆Capítulo 1: De vuelta a la acción.

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Enfermos Mentales. Capítulo 01:
De vuelta a la acción.


Despertar, alterarse, escuchar voces, calmarse, llorar y dormir.

Despertar, alterarse, escuchar voces, calmarse, llorar y dormir.

Despertar, alterarse, escuchar voces, calmarse, llorar y dormir.

Esto era lo que Elizabeth hacia una y otra vez, sentada en el frío piso de su habitación en el Edificio de nivel intensivo nivel 1; o como ella lo llamaba, el Edificio del terror. Los días pasaban, el tiempo se escurría entre sus dedos callosos; por lo que cuando pasó el primer mes, dejó de contar cuantos días había estado allí. Ya no le importaba.

"Estoy sentada en la oscuridad, y sé que nadie vendrá por mí. Nadie velará por mi" "Intento, realmente intento no hablar con ella, pero es la única que está conmigo. Ella no me deja sola" eran algunas de las frases que adornaban las paredes de la habitación. Por lo menos se notaba el avance de Elizabeth. Pues después de los primeros 3 meses, comenzó a hacerse a la idea de que Bethany era ella. Había tachado la segunda frase, escribiendo lo siguiente debajo: "Quisiera dejar de hablar conmigo misma, pero soy la única compañía que tengo" Pero eso no quitaba el hecho de que Bethany aún seguía apareciendo frente a ella, tomando la forma de todas las voces en su cabeza.

—Así que... ¿Llorando otra vez? —preguntó apareciendo de repente en la otra esquina de la habitación.

Elizabeth levantó la cabeza para mirarla. Llevaba una camiseta gris manga larga. Extendía su brazo dejándolo descansar sobre su rodilla levantada, cubierta por un pantalón negro rasgado. Trató de ignorarla volviendo a hundir su cabeza en sus brazos.

—Oh querida, vamos, sabes que no vas a poder ignorarme. No puedes deshacerte de mí porque, sorpresa, yo soy tu... Dios, que bien se siente decirlo en voz alta. —Elizabeth la seguía ignorando, mientras su mano se hacía un puño a su costado—. Cómo soy tu, sé lo que piensas. Me siento ofendida de saber qué quieres matarme, pero no puedes. Ya vimos que con o sin pastillas, seguiré aquí. Así que, no moriré a menos que mueras tú, y se ha demostrado más de dos veces que... no tienes las agallas para eso.

—¡Ay, ya cállate! —gritó Elizabeth lanzando la tiza que le habían prestado, directamente a la pared donde se supone que estaba Bethany.

Esta se hizo a un lado despreocupada con una sonrisa victoriosa de labios cerrados, mientras junto a ella la tiza impactaba con la pared, destrozando esta en varios pedacitos.

—¿Sabes que de cualquier forma esa tiza no iba a pegarme, cierto? —preguntó con maldad.

—Solo... ya cállate por favor —suplicó doblando su pierna para levantar la rodilla y posar su codo sobre esta. Llevó la palma de su mano a la frente mientras sollozaba—... solo vete.

Pasaron segundos, había completo silencio. Elizabeth abrió los ojos mirando a la pared vacía, ella suspiró aliviada.

—Quisiera creer que ya estás mejor de tu esquizofrenia, pero con estas cosas me lo haces difícil —dijo una mujer de bata azul claro observando por la ventanilla de la puerta. Esta levantó la mirada sin emoción alguna—. Vamos, Eli. Es hora de comer.

Elizabeth se paró sin decir una palabra. Ya de pie frente a la puerta, miró detrás de esta, donde nuevamente reposaba Bethany. Ella sonrió levantando su mano para saludar y murmurando un "Me traes algo" a Elizabeth.

Enfermos Mentales: Edificio del terror. [Libro 2]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon