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En todo el momento aguante la respiración sin darme cuenta esperando la respuesta, después ¿de dos o tres minutos?

Joder, a este punto no sabía si esta era una de mis tantas cagadas o estaba al fin saliendo bien, la cara de Irene después de estar un segundo sorprendida paso de estar totalmente seria hasta ahora, después de todo sigue siendo un robot y es imposible adivinar que piensa

Mierda, tenía que tener en mente que esto en parte puede joder el plan antes que mis estúpidos e inexplicables nervios me obligaran a decir otras estupidez más

─ Buenas noches, Sean

¿Qué clase de respuesta es esa?

Me quede como idiota un segundo solo mirando y después de reaccionar, salí corriendo antes de que Irene saliera de la habitación llevándome un jodido mareo en el camino

Tome la puerta cerrándola de golpe y tome la cintura del pequeño ángel presionándola entre esta y mi cuerpo

─ Sean, oye ─ Su voz me indicada que estaba algo asustada así que mejor me separe un poco y hable

─ Me dijiste que querías ser libre y separarte de todo y todos. Así que, que mejor manera que vivir nuevas experiencias, cariño. Será como un juego, divertido y algo peligroso por un corto tiempo, obvio, cuando regresemos al instituto todo volverá a la normalidad como si nada hubiera pasado, solo llamas a tu padre que te quedaras donde alguna amiga unos cinco días más y listo, solo eso necesito. Déjame mostrarte el mundo en cinco días y todo lo que puedes llegar a sentir o hacer, ángel. Atrévete, ángel

Por cada oración que pronunciaba me acercaba más hasta ya susurrar y rozar su pequeña nariz con la mía haciendo que ya estuviéramos los suficiente pegados para poder quedarme tranquilo y en mis estúpidos sentidos

─ Sean ─ susurro aun me sorprendía que no se separara y se mantuviera así, tal cual. Tal vez también estaba algo afectada por el trago y no me había dado cuenta ─ ¿Por qué quieres hacer esto? Dime la verdad

Mantuve la respiración y salí del trance en el que me tenía envuelto, suspire y agradecí al cielo no haber dicho cualquier mierda

─ Ángel, me gustan los retos y tú eres uno de los más difíciles ─ sonreí en soberbia y sí que era verdad, nadie había estado con ella ni a un solo centímetro en todo el instituto y yo ahora que lograba se sentía en poder, tenía algo que todos deseaban y no dudaba en presumirlo

─ Eres un idiota ─ me miro a los ojos intensamente y ya anticipaba la respuesta

...

─ No sabes cuánto odio este desorden ─ la vi recoger el ultimo pantalón que había roto por la tarde, ya todo está limpio y en orden, bufe ─ Solo debería de tirarlo todo por la ventana

─ Joder Irene. Solo ven a dormir, ya estoy harto de la maldita luz. Haz lo que quieras ─ tire la almohada encima de mis ojos. Era demasiado tarde para lo que sea que está haciendo ─ El que está a punto de tirarse de la ventana voy a hacer yo ─ murmure

─ Y yo no puedo dormir si la habitación parece un maldito tiradero ─ escuche su gruñido y no terminaba de sorprenderme y joderme ─ ¿Sabes? Me voy a mi habitación y no te molesto más ─ me quite la almohada de un solo tiro y salte de la cama agarrándola de la mano

─ Espera, espera, ángel ─ reí y la tire hacia la cama haciendo que se sentara ─ hicimos un trato y para que todo salga bien solo tienes que dejarte llevar y aligerar ese humor tuyo, además ahora nos van a sacar del hotel por el ruido que hacemos a esta hora ─ aligere lo que pude el ambiente

¡Adiós, reputación!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora