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Los orbes rojizos al estar incrustado en la figura de la fémina morena se percataron de los nervios de esta. Uraraka se exaltó repentinamente al saber que su primera enemiga sería su compañera Hanamoto.

Ciertamente Uraraka no imaginaba que ella sería su primera rival, tenía entendido que Hanamoto había quedado en primer lugar en los exámenes de admisión de los recomendados así que, sin dudas, ella estaba a un nivel diferente al de ella.

Si lo pensaba nunca la había visto en acción realmente, no tenía ni idea de qué trataba su peculiaridad. Prácticamente iba a luchar en contra de lo desconocido.

Aún así, pese a todo, no se daría por vencida. No se rendiría ni mostraría debilidad frente a la pelinegra. Había tomado la decisión de darlo todo hasta ganar y no se resignaría.

Teniendo eso en mente volteó poniendo sus ojos en la pelinegra, la miró determinada.

—¡Hana---! —Su llamado fue interrumpido por la altanera mirada que le propinó su rival.

Al sentirla automáticamente bajó la mirada sintiéndose más pequeña de lo que era a su lado, de un momento toda su confianza se esfumó. Las orbes de la joven arrimaban a la otra, Uraraka se vio incapaz de poder levantar la cabeza. Ni siquiera podía hacer eso.

Dándose cuenta de lo incómoda que se mostraba Uraraka ante ella Hanamoto le sonrió abiertamente. En algunas situaciones la indiferencia que llenaba sus orbes carmesíes se transformaba en hostilidad inspirando una advertencia a esas personas que se atrevían a tratar de sostenerle la mirada. Era algo involuntario y que no le gustaba.

De pronto Hanamoto se dispuso a buscar algo a su alrededor lo que extrañó a la morena. Hanamoto atrajo los pompones de animadoras que antes le había tirado a Bakugō, aunque al éste haberlos explotado olían a quemado y estaban negros en parte.

—Ánimo, ánimo, Uraraka —empezó a hacer poses como animadora, aunque su voz no parecía ir a corde a como la estaba alentando—. Ánimo, ánimo.

Como Hanamoto ya había comido podía darse el lujo de moverse y gastar energías animando. Uraraka rió más animada al verla.

—¿Qué estás haciendo, Hana-chan?

—Lucía desanimada, tenía que hacerle honor al traje de porrista... ¿No lo estaba? ¿Me he equivocado?

—Oh, bueno —más que nada ella estaba nerviosa, pero no lo dijo—. No es que me queje... ¡Más bien gracias por tu apoyo! —Su compañera movió los pompones como respuesta—.  Pero, ¿está bien que me animes aún cuando eres mi oponente?

—Por supuesto —su respuesta fue firme e inmediata—. Porque el resultado fue decidido desde que el sorteo nos emparejó como oponentes —resolvió sonriendo amigablemente.

Como Hanamoto demostraba tener toda la inocencia del mundo en su expresión Uraraka creyó haber malentendido algo, incluso hacer escuchado mal. No consideró de primera mano que la Hanamoto estuviera siendo egocéntrica afirmando que ganaría.

—¿Q-qué quieres decir?

—Que ganaré. —La obviedad en su tono espantó a la castaña—. Usted también está dudando de su capacidad por haber sido emparejada conmigo, ¿no es así?

Había dado justo en el clavo. Pero aún llena de dudas Uraraka no se iba a permitir retroceder.

—Pero... ¡El resultado todavía no está impuesto, sabes! ¡Yo no me rendiré sin luchar! ¡Apuntaré hacia la cima! —repitió la frase que anteriormente había sido dicha por su amigo y compañero.

Ella lo decía en serio. Incluso Hanamoto pudo darse cuenta de ello. Y al ver ese agotadora energía, que aseguraba debía guardar si planeaba ir contra ella, no hizo más que provocarle una sofisticada risa, al soltarla Uraraka pensó que se estaba burlando de ella así que, sin querer llegar a ser más grosera que intimidante, paró.

Ikiru || BNHA.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن