› › T h i r t y - o n e ‹ ‹

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A medida que se acercaba los pasillos se convertían en túneles parecidos a cuevas subterráneas: sellados e incómodos para pasar. Obviamente había sido adrede, seguramente producto del Topo antes de ser atrapado.

Para llegar solo tuvo que atisbar un hoyo como salida, aparentemente hecho a base de fuerza bruta, parecido a la luz al final de la cueva.

La situación era un tanto desastrosa. No tuvo que acercarse para saberlo, pero sí tuvo que tumbar un par de paredes para llegar al lugar.

Por lo menos no eran lo suficiente importante para que el edificio cayera sobre ellos.

Sentía los movimientos apurados de corazones bombeando bajo presión. La desesperación y la ansiedad detrás de tales bombeos. Los corazones que iban más despacio no eran un mejor presagio, pertenecían a los peores heridos.

Dado que ella se unió con la intención forzada de asistir tanto en información como a nivel de secuaz, tendría que revisar a los heridos. Quizá no pertenecía al campo de salud, pero aun así podía detener sangrados y enviarlos a la entrada para lo que requirieran.

Aizawa y Nighteye le advirtieron sobre no ponerse en demasiado riesgo. Que en casos donde pudiera darse el lujo de solo observar, observara.

Pero ella se había arriesgado.

No podía simplemente mantenerse quieta mientras utilizara su peculiaridad. Si el movimiento se detenía, moriría. Y si se hubiera detenido cuando fue despojada de su poder, también hubiera muerto. Había estado a punto de hacerlo.

Se imaginó que de verse con Nighteye y Aizawa, la regañarían al ver su estado.

Justamente se encontró con Aizawa.

El hecho de que los ojos de su profesor estuvieran cubierto hubiera podido ser un punto positivo, pues no la vería, de no ser porque estaba así por culpa de un enemigo encima de él.

Las intenciones eran obvias, ellos conocían su poder.

—¿¡Quién es...!?

Antes de que éste terminara su oración Ikiru lo pateó en el abdomen mandándole a volar. No ignoraría la situación incluso si el enemigo hubiera ignorado su estado.

Sería una vergüenza como estudiante permitir que su docente fuera humillado.

Despojó al Yakuza del arma y, ya que su pelo en forma de señalización no le daba buena espina, le cubrió la cabeza con su propia túnica antes de aprehenderlo de movimientos.

«Objetivo contenido».

Aizawa, que escuchó los quejidos del yakuza y sintió la llegada de alguien más, intentó removerse. Sus movimientos eran tan lentos que Ikiru apenas los notó.

«Prioridades en orden, prioridades en orden» se recordó.

Ikiru se acercó rápidamente para quitarle las vendas de sus ojos.

Lo primero que hizo fue esperar un regaño, pero apenas se movió.

—¿Maestro Aizawa? Soy yo, Hanamoto Ikiru. ¿No sé encuentra usted bien?

Ikiru || BNHA.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang