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Los resultados se dieron a conocer (primer lugar), también el hecho de que la expulsión fue una farsa (por fortuna para Midoriya). De esa manera un día se fue y otro volvió con menos presión.

Las horas de clases pasaban con pronta prisa, de manera que la tarde, el momento más esperado por la mayoría de estudiantes, llegó anunciando la llegada de los estudios prácticos de héroes.

Las clases de U.A. no eran particularmente rigurosas ni estrictas, hasta el momento no le habían exigido "más de lo que podían dar" como era un clásico de la academia, pero eso era debido a que apenas tenían un par de días asistiendo. Lo difícil no sería la teoría sino la práctica, y estaban a punto se recibir la parte más difícil.

Y ese día más que rigor se sentía la emoción en el aire porque, como una sorpresa, el profesor que les impartiría no era alguien más que el héroe número uno de Japón: All Might, quien llevaba un un traje de la edad de plata diseñado por Hanamoto. No podían creer que fuera profesor, y menos que en el primer año recibirían clases de su parte, es decir, seguro que tenía mayores deberes, y tomarse un tiempo para los novatos aún con el constante peligro asomándose en las calles sólo le complicaría más las cosas.

Aún sabiendo la razón se preguntó retóricamente si buscaba un mejor sueldo haciendo de profesor (lo que la llevó a preguntarse el sueldo de los héroes profesionales).

Para el estudio de preparación de héroes, donde construirían sus bases a través de ensayos, y esto lo harían mediante batallas. En general sus compañeros se encantaron con la simple idea de la batalla, después de todo la mayoría no habían tenido muchos momentos parecidos a una pelea en la que pudieran utilizar sus peculiaridades.

Unas semanas atrás, antes de que las clases iniciaran, se les había pedido  a los estudiantes que enviaran un reporte donde tendrían que especificar su quirk y su tipo de cuerpo, además de incluir algún detalle que quisieran su traje, y luego enviaron esa solicitud para que así una compañía asociada a la academia se encargara de crear sus trajes ideales. Curiosamente aquella compañía asociada a la academia se trataba de la de su tutora, por lo que ella se encargaró de creae un traje ideal que beneficiara y, además, pudiera lucir bien con él.

Una vez se vistieron se reunieron en en los patios B.

Como lo había hecho antes y después de ponérselo le echó un vistazo a su traje; le resultaba cómodo pues no le estorbaba cuando se movía. Un traje básico perfecto.

Su traje era un romper de color blanco que dejaba expuesto sus hombros, estaba completamente cerrado por delante y le llegaba hasta debajo de las rodillas, pero ya que calzaba unas botas hasta donde iniciaba el traje no mostraba mucho. Se ajustaba perfectamente a su delgada figura un cinturón donde podía guardar objetos pequeños hacía énfasis en sus pronunciadas caderas y pequeña cintura. El color blanco del traje resaltaba el rojo de sus ojos; sus manos destacaban con unos guantes y unas muñequeras funcionaban para presionar sus puntos de acupresión contrarrestando efectos secundarios de su quirk.

Para probar su movilidad con él puesto decidió estirarse, de una manera peculiar, dando una voltereta hacia atrás. Era un atuendo ligero y más práctico para moverse que el uniforme.

—¡Te ves fenomenal! —le halagó de la nada Kirishima levantando el pulgar como signo positivo.

Ella lo miró más apaticamente desde su ángulo, el traje de su compañero tenía un peculiar toque que ya parecía propio de él.

Ikiru || BNHA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora