𝕯𝖔𝖘.

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«𝕿𝖚𝖘 𝖔𝖏𝖔𝖘.»

Al igual que mil hojas de un árbol que se esconden una de bajo de la otra...
Yo era igual a una de ellas.
Me ocultaba por el miedo a ser vista.
A que los demás me vean y me critiquen.
Me daba miedo....
Tenía muchos miedos e inseguridades, y en vez de luchar con la frente en alto.
uia.
Me escondía ¿y debia culparme por mi acto de cobardía? No, tenía mías razones.
Siempre las tuve.

Y un día.

Un día te conocí...con esos hermosos ojos verdes manzana.
Eras como un pequeño y adorable mínimo, danzando en la oscuridad de la curiosidad y haciendo acto de presencia con tu elegancia envidiable.
Pero.

No todas las luces son entrenas.
En realidad, nada es eterno.

Y llegó ese día que te fuiste sin pleno aviso ni compasión.
Ya no oía tu bella sonrisa y melodiosa risa
Tu cantar que era sumamente envidiable por las aves, ya no existía.
Ya no tenía tu cariño.

Y ahí estaba en la oscuridad absoluta completamente sola, sin ese par de ojos que eran mi único faro y ancla.

Perdida....

Dando vueltas en un camino que no veo.
Junto con una pregunta que jamás será respondida.
¿Tu te fuiste por voluntad propia?
¿O fueron mis acciones e ideales los que hicieron que decidieras marcharte?

No podré responderme a esa pregunta.
Solo se que, en esta situación.
En este momento.
Solo me quedara tus recuerdos, y con ellos aprenderé a sobrevivir.
Porque aprendí, que no puedes sostenerte del todo en una sola persona.

No quiero ser dependiente de nadie.
Aunque me guste serlo.
No esta bien.

No es para nada agradable la caída.

Sentimientos no tan ocultos.Where stories live. Discover now