Mi Rojo, mi alfa (Bizzajay)

Las Dudas

LAS DUDAS

Habían pasado unos meses desde la gran noticia, todo el mundo estaba ilusionado y feliz por el nuevo miembro de la familia aunque los nuevos y primerizos padres estaban nerviosos, en especial Jason.

El que más solía ayudarles era Tim puesto que recientemente también fue padre y entendía el miedo que podía dar todos esos cambios por lo que casi siempre estaba con Bizarro para enseñarle alguna que otra cosa básica para básica para el cuidado de un bebé y lo cierto es que a Bizarro se le daba bastante bien. Hoy, y como todos esos días, iba con un bebé de juguete más o menos del tamaño de un recién nacido y su cachorra puesto que Conner no podía cuidarla ese día.

La niña en cuestión era la cosa más adorable del mundo. Tenía cinco meses, camino de seis, el pelito negro, ojos azules como su padre alfa, unos párpados largos que le hacían los ojos más grandes y hermosos de lo que eran, mejillas y labios rositas y llevaba un coqueto vestido morado que le regaló su tía Bárbara hace muy poco y que le quedaba como un guante. Desde luego Conner y él se sentían orgullosos de ella y estaban atentos constantemente.

– Hola Bizarro – sonrió al omega que ya tenía una tripa de tres meses y los clásicos malestares durante esa gestación aunque prefería no decirle todas las molestias que se le sumaría en los siguientes seis meses restantes – ¿Va todo bien?

– ¡Tim! – sonrió bastante feliz por su recién invitado – Pasar, pasar – le invitó a entrar el clon mientras veía el pequeño carrito de bebé y se fijaba en la pequeña y adorable compañía que tendrían por lo que sonrió de oreja a oreja por aquella pequeña – ¡Pequeña Tim! – exclamó muy alegre mientras la tomaba en brazos

– ¡Espera! – quiso arrebatárselo puesto que temía que Bizarro no pudiera cogerlo correctamente y se cayera su pequeña cachorra de cinco meses pero en cuanto vio como el omega más grande lo tomaba con total naturalidad se quedó callado y algo impresionado por esa forma tan instintiva de cogerla.

Por otra parte Bizarro se sentía feliz por tener a esa niña entre así brazos y con una gran sonrisa se permitió oler a la infanta

– Oler bien – murmuró mientras pensaba que cómo sería tomar a su cachorro en brazos o si tendría aquel olor tan agradable que parecía pedirle que lo protegiera, una clara característica que tenían los recién nacidos para que los omegas los cuidarán puesto que para el olfato de un alfa era casi imperceptible.

Al instante de que la bebé notó por su olfato que alguien que no era su padre omega o alfa lo tomaba se puso a llorar con fuerza para llamar a alguno de su manada de aquel "peligro" por lo que Tim suspiró y se la quitó al gigante con cuidado y con bastante cariño para que no se asustara más y la abrazó posicionando su cabecita cerca de su glándula omega para que supiera que ya estaba allí con ella

– ¿Mi mal? ¿Yo hacer daño a pequeña Tim? – pregunto asustado ya que era lo que más temía: hacerle daño a su cachorro en cuanto naciera debido a su fuerza. El omega más pequeño sonrió mientras calmaba a la niña y negó

– Tranquilo, está bien – la arrulló – Calma Emma, no pasa nada, papá está aquí – parando al poco rato en cuanto la notó más tranquila y cesó el llanto por lo que la volvió a colocar en el carrito para que pudiera dormir más tranquila y cómoda, después la arropó con sumo cuidado y sonrió enternecido por esa carita –¿Te importa si la dejamos tranquila en un cuarto mientras damos la clase? – susurró para no importunar a la pequeña pero el clon estaba tan centrado mirándola y pensando que él también quería hacer eso con su cachorro que ni se dio cuenta de que le habían hablado – ¿Bizarro?

– ¿Eh? – preguntó al fin despierto de ese embotamiento y asintió sin saber qué lea habría pedido – Bizarro atento

– Claro – sonrió Tim sabiendo que eso quería decir que no lo estaba así que fue al salón y dejó allí a Emily y se giró para ver a su cuñado que lo había seguido todavía embobado por la pequeña, sin duda Bizarro tenía un gran instinto – ¿Estas listo?