Capítulo 27

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- Exacto, así es cómo sé todo de ti, te conozco más que tu misma- Maddie se rio en una fuerte carcajada macabra.
- Por Merlín, eres un ser increíblemente oscuro- me sentí asqueada, y vomite lo poco que quedaba en mi estómago.

En casa de los Potter.
Nadie sabía nada de Lindsay, los hermanos Potter caminaban en círculos, sin parar, buscando pistas ocultas en su mente, buscando algo que les dijera qué hacer, dónde buscar, algo que pudieran ellos hacer para poder encontrarla.

- Ya muchachos, tranquilos, alterados no van a poder lograr nada- los regañó Harry, rosándose la frente con los dedos.

- No aparece, estoy nervioso, muy nervioso, demasiado nervioso, papá soy un manojo de nervios, no me pidas que me calme- James contuvo sus lágrimas, que amenazaron con salir luego de pensar en Lindsay, en si ella estaba bien...

- Papá, ¿quieres por favor fijarte cómo se encuentra mamá?- preguntó Lily, un tanto irritada y agobiada por la situación.

Harry, quien había olvidado lo mal que su esposa se encontraba, se dirigió hacia su habitación, obvio también, habitación de Ginni. Golpeó un par de veces la puerta, para poder ingresar, desde afuera del cuarto, ya se podía oír la tos seca de Ginni.

- Cariño, ¿está todo bien?- preguntó Harry, mirando a su esposa con ternura, mezclada con preocupación.

- Cielo, todo está bien, el doctor ya me revisó, dijo que por ahora, sólo es un simple resfrío- tosió, y se acurrucó entre las frazadas.
Harry se sintió totalmente conmovido con la adorable cara de Ginni, y más ternura le causaba ver cómo se enrojecía su nariz en una linda cara blanca como la nieve.
- Sólo espero que mí Lisy esté bien- compartió un pensamiento con su esposo, porque sabía que nadie iba a comprenderla como él lo hacía- no puedo imaginarme qué están sintiendo Luna y Neville.
- Quizá sólo luchan una guerra interna con sus demonios, ellos creen que tienen la culpa, ya que la concibieron teniendo otras familias, y la sociedad hoy en día, en el siglo veintiuno inclusive, sigue señalando a las personas. Querida, los muggles dirían que se trata de un "karma", o sobre Dios, quizá hasta dirán que se trata de "la ley de atracción"; yo te digo que, en este mundo, sólo existe la venganza y el recelo, en todo.- expresó todo esto, intentando dar calma a su amada, pero él estaba en esa misma situación, temeroso.

Albus estaba sentado en el sofá, ya resignado con todo, se sentía abatido y sin ganas de seguir pensando; su hermano se sentó a su lado, y colocó la mano en su hombro, expresando lo mucho que comprendía sus sentimientos.
- ¿Qué debemos hacer?, estoy sin ideas, ya no puedo ni siquiera pensar...- Albus ya no contuvo las lágrimas, y se desmoronó en el abrazo de su hermano.
Lily observó esta situación y se acercó a sus hermanos, se arrodilló en el sofá junto a Albus y los rodeó a ambos con los brazos, suspiró profundamente y comenzó a cantar una canción de cuna que Ginni solía cantarles. Eso contuvo por un instante tanta desesperacion.

Neville leía junto a la ventana, con una taza de café que estaba sobre la mesa ratona de la sala, eso lo fomentaba a no estar tan ansioso, aunque no lograba encontrar la paz.
Luna se había recostado en la cama de Lindsay, colmando de lágrimas la almohada, mientras recitaba los poemas de Lindsay, escritos en un cuaderno que se encontraba sobre la mesa de luz. Cada oración la transportaba a una situación específica, ya que estaban basadas en momentos especiales para Linds.
- Si tan sólo te hubiese cuidado un poco más, quizá podría haber evitado todo esto- Luna compartió un pensamiento mientras tomaba una foto de ella y su hija, que estaba entre las páginas de aquel cuaderno.
Naville tocó la puerta, y su esposa se limpió rápidamente las lágrimas que habían invadido su rostro casi por completo.
- ¿Por qué te avergüenzas de mí? Conozco todo de ti, por favor no intentes ocultarte detrás de una fortaleza; tuvimos muchas discusiones en esta semana, pero ahora nuestra hija está desaparecida, y si, estoy molesto contigo, pero nunca tuve tantas ganas de abrazarte como ahora, por favor perdoname si te hice sentir mal, y te disculpo a ti por lo que hiciste- al terminar de decir todo esto, tomó a su esposa, le dió un apasionado beso, y derramó sus lágrimas en el hombro de la misma.
- No estás sólo, amor de mi alma, yo estoy aquí, y si, perdoname por lo que hice, soy una total desconsiderada, lo lamento...- y la calló con un beso, mientras acariciaba su mejilla.
Los hermanos Scamander tocaron el marco de la puerta, intentando no interrumpir el momento romántico entre su madre y su padrastro.
- Lamentamos interrumpir este momento, pero debo decirles algo...- soltó Lorcan, temeroso.

James sólo lloraba, no paraba de hacerlo, sentado al borde de su cama, con la cara entre sus manos, trataba de aceptar el hecho de que quizá algo le pudiera suceder a Lindsay y no volvería a verla.
- James, abre, por favor- le solicitó una voz familiar, desde el otro lado de la puerta.
Entonces se levantó y abrió, con prisa, su expresión ya era de tranquilidad, y la paz lo invadió.
- Hola mi amor, lo siento, como te extrañé, sólo ven aquí- tomó a Lindsay por las mejillas, y la atrajo hacia él, atrapandola entre sus brazos.
- ¿Te sucede algo?- preguntó Holly, cuando el abrazo terminó y se miraron a los ojos.
James se alejó rápidamente, asustado.
- Otra vez pensaste que era ella, ¿no es así?- consultó la chica, con una gran pena.
- Lo siento, tuve una alucinación. Sabia que eras tú, pero mi cabeza está dando muchas vueltas ahora, lo siento.
- Deja de decir "lo siento", sólo vine a apoyarte a ti y a tu familia, como una vieja amiga, nada más- confesó y cerró la puerta, retirandose de aquel lugar.
Siguió por el pasillo y se topó con el cuarto de Ginni, antes de que pudiera tocar, Harry salió de la habitación.
- Hola Hollybell, ¿Cómo estás?- saludó Harry, acompañado de un abrazo.
- Hola señor Potter, igual que ustedes, vine aquí porque no sé dónde viven exactamente los Longbottom, espero no les moleste.
- Tranquila, eres siempre bienvenida aquí, si quieres pasa, Ginni está enferma, pero le agradará verte.
Harry agachó su cabeza y se retiró del pasillo, dirigiéndose hacia la casa de sus mejores amigos, en busca de ayuda.
- Hola, Ginni- saludó Holly, tímidamente.
- Hola, Hollybell, por favor pasa- la pelirroja tosió repetidas veces, y se incorporó en la cama.
- Disculpa, no quiero parecer una molestia, sé que estás enferma- Holly hizo una pausa, esperando respuesta pero no la tuvo, entonces continuó- Lamento mucho haberla hecho pasar malas situaciones, usted siempre fue amable conmigo, y yo sólo estaba... no lo sé... molesta. Creía que prefería que James esté con Lindsay y no conmigo.
Ginni estaba confundida, e intento pensar lo que iba a responder.
- Eres una chica muy dulce, y si, te haz portado mal conmigo, pero eso no quita que hayas hecho muy feliz a mi hijo. No quiero tenerte rencores, y aprecio tus disculpas. Y con respecto a Lindsay... ella es una hija más para mí, y deseo que este con quien ella sienta que es feliz- respondió así, Ginni, con un gran alivio.
Ambas se quedaron charlando, de malentendidos del pasado, para lograr cerrar etapas penosas.

Harry se apareció en la casa Weasley- Granger, un poco agitado.
- Me pidieron que venga, ¿qué sucedió?- dijo, con una mano en su pecho, intentando recuperar el aliento.
- Si, aquí hay algo que necesitas ver, no sabemos qué rayos hacer- confirmó Hermione, con un alto nivel de preocupación.

Longbottom Y LovegoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora