Capítulo 21

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En casa de los Potter, Ginny, Lily, Holly y Neville esperaban muy impacientes la llegada de los hombres de la casa, necesitaban noticias cuanto antes.
-- Hay que estar tranquilos, no tenemos por qué perder la calma-- animó Ginny, abrazando a su hija menor.
-- Son mis chicas las que están desaparecidas, perdón pero no esperen a que este tranquilo-- comentó Neville, despeinandose el pelo, como gesto de impaciencia.
-- Yo creo que se fueron a su casa, señor Longbotton-- chisto Holly.
-- Si estuvieran allí, me abría dado cuenta, estuve toda la noche y la mitad de la mañana-- respondió Neville, paseándose por la habitación de un lado a otro.
La puerta principal se abrió y dejo ver a un hombre y dos adolescentes entrando, Harry, Albus y James traían una postura de derrota, sólo habian encontrado el collar de Lindsay, y no sabían en que momento lo había perdido, hasta ayer, lo traía puesto.
-- ¿Alguna noticia, querido?-- le preguntó Ginny, levantándose del sofá, a su marido.
-- Lo siento, no hayamos nada más que el collar de Lindsay-- contestó Harry, pero parecía referirse más a Neville.
Neville tomó el collar en sus manos y lo pareto, y luego de intentar arrojarlo al suelo, rompió en llanto; lo cual incomodó a todos en la habitación, Harry y Ginny se acercaron a el para darle consuelo, Lily y Albus fueron hacía la cocina en busca de algún refrigerio y, James y Hollybell fueron al cuarto de James.
-- ¿No crees que le pasó algo malo, o si?-- preguntó con expresión de preocupación, Holly, cerrando la puerta.
-- No lo sé, pero estoy muy preocupado por ella-- admitió James, con un leve sentimiento en su pecho, de que, no se estaba preocupando sólo porque ella fuere su amiga, si no, porque al decir esas palabras sus ojos se iluminaron. Aún la quería.
-- Yo igual, deberíamos hacer algo-- propuso Holly, con un tono de diversion-- por qué no aprovechamos el tiempo y, mientras tanto...podemos hacer lo nuestro-- mientras hablaba, Holly se iba acercando más y más a James, haciendo que este se cayera de culo en la cama.
-- ¡No puedo metertela mientras ella está desaparecida!-- gritó enojado.
-- Sólo era una sugerencia, bebé-- Holly retrocedió unos cuantos pasos, y se quedó mirando el suelo.
James, si dio cuenta de lo que había causado y se decepcionó de si mismo, si el ya estaba con la persona que tenía que estar, no podía pensar en alguien más.
-- Holly, lo lamento-- se disculpó al ver la expresión de su novia, cabizbaja.
-- Siento que, aún la quieres a ella...--no logró continuar porque las lágrimas comenzaron a empapar sus mejillas-- antes que a mí.
En ese instante se dio cuenta de que la había cagado, como un campeón, fue hacía ella y le levantó el rostro, obligandola a que lo mirara.
-- Estoy justo donde tengo que estar, a tu lado Holly-- besó la frente de su novia y luego sus labios.

-- Lindsay-- susurró una voz cerca de mi oido.
Grité impulsivamente y una mano tapó mi boca, fue entonces cuando vi a Lorcan.
-- Cierra la boca, nos vas a delatar-- me dijo el elevando el tono de la voz.
-- ¿Qué quieres de mí, Lorcan?-- solte un sollozo.
-- Te voy a sacar de aquí-- respondió quitandome las cuerdas que ataban mis manos.
Cuando las quitó por completo, me acaricié las muñecas como instinto.
-- ¿Dónde estamos?-- pregunté, ahora agarrando la herida de mi brazo que no paraba de sangrar.
-- Es la casa de los gritos, es el lugar favorito de Maddie-- me contó mientras me ayudaba a caminar-- oye, quiero que sepas que todo fue una actuación, si no hacía esto, ahora estarías muerta.
-- Uhg, ¿gracias Lorcan?-- de sólo pensarlo me causó un escalofrío en todo el cuerpo.
-- Lysander se escapó de casa anoche, no quería participar del plan de Maddie. Y ella, está loca, la quería, porque ambos te odiabamos pero, no sería capaz de hacerte daño y veo que ella si-- me contó algo afligido.
-- ¿Qué hay de Hannah y Rolf?-- necesitaba saber qué papel jugaban en esto.
-- Mi padre nos abandonó, ¿acaso no lo sabías?-- sus palabras me sorprendieron y casi me caigo por las escaleras, Lorcan, al ver mi expresión de sorpresa continuó-- Hace unos meses, cuando tu viniste a Hogwarts, mi mamá y Maddie comenzaron con el plan, y mi padre no quiso involucrarse, y antes de irse lo hablo con nosotros pero, decidimos quedarnos porque teníamos esperanza de que mamá recapasitara y no fue así.
Llegamos a la entrada de la casa de los gritos, y Maddie estaba parada junto a la puerta, nos escondimos detrás de una puerta que daba a una habitación vacía. Ella hablaba por teléfono.
-- No me importa si no puedes estar aquí mamá, yo le voy a extraer la sangre sin tu ayuda-- exclamó de mala manera-- y no hay discución. Ya cállate, estoy cansada de tener que esperarte para poder completar el plan, sin tu ayuda ya gané diez mil galeones.
La mandibula se me cayó hasta el suelo, ¿eso vale mi sangre?
×Mierda×
Maddie finalizó la llamada con su madre y subió las escaleras.
-- Lindsay, es tiempo de que te aparezcas en tu casa-- dijo Lorcan, alejándose de mi.
-- No, oye, tu vienes conmigo.
-- Lindsay, salvarte.
-- No está a discusión-- dije y desaparecimos.
Fui a la casa de los Potter, Lorcan vomito luego de aparecerse, y yo me desmayé, jamás lo había hecho sola.

Neville oyó un sonido muy particular afuera de la casa y se encaminó allí. Cuando vio a Lindsay en el suelo junto a Lorcan, fue corriendo y lo empujó.
-- ¿Dónde está Luna?-- preguntó con un grito desgarrador.
-- Lo siento señor, yo sólo ayude a Lindsay a escapar, mamá no estaba con ella.
Neville tomó a su hija en brazos y la llevó adentro, minutos después, los Malfoy aparecieron en la casa.
-- ¡Linds!-- gritó Scorpius al verla en el sofa, con una herida grave en su brazo.
Lily lo hizo callar, no querían despertarla, por más de que estuviera desmayada, no querían estar encima suyo.
-- Astoria sabe sanar heridas graves, si quieren puedo pedirle...-- Draco no pudo continuar porque su mujer ya se había puesto en marcha.
Sacó de su bolsillo un frasco, eran lágrimas de Fénix, lo vertió en el brazo de la joven y está se retorcio.
-- Oye, hija, tranquila, es para sanarte-- intervino Neville, más sereno que hace un momento.

El brazo me dolía, y sentí algo frío entrar en la herida y mi instinto hizo que se quejara mi cuerpo. A penas abrí mis ojos, me encontré con muchas miradas pero, reconocí una que al verla hizo que cualquier dolor parara, Scorpius.
-- Hola Scorps-- saludé intentando levantar mis brazos, en señal que esperaba recibir un abrazo.
-- Hola bella-- respondió el, y me abrazó.
Luego de un reencuentro conmovedor, decidí que necesitaba una ducha con urgencia.
-- ¿Me disculpan?-- me excuse-- necesito sacarme el olor a sangre que tengo, ya regreso-- dije sin ánimos-- ah, y, Astoria, muchas gracias por...lo que sea que pusiste en mi brazo.
-- No hay de qué-- contestó con su voz ronca, nunca la había oído hablar.
Al entrar en el baño, lo único que pude hacer fue llorar, necesitaba hablar con Addie y contarle, me sentía pésimo.

Longbottom Y LovegoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora