Capítulo 9

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Día dos.

Me deslicé en mi jersey de manga larga antes de dejarme caer sobre el colchón. Hoy era el segundo día, lo que significaba que íbamos a coger el coche de Ashton sin que él se enterase. Por una parte me imaginaba a qué sitios íbamos a ir, pero sabiendo cómo es Luke, posiblemente él tenía otra cosa en mente.

El timbre perforó mis oídos.

"Voy yo." Grité para que mi madre no abriese la puerta.

"Escúchame." Me paró enmedio del pasillo. "El viernes me voy de viaje, quiero que me digas si te vas a quedar aquí tú sola durante todo el fin de semana o si vas a casa de los abuelos."

"Me quedo aquí." Suspiré intentando soltarme de su agarre para atender la puerta. Ella asintió y me dió una ligera palmada en el trasero. Di un brinco mientras bajaba el pomo de la puerta.

"Buenos días."

"Buenos días." Sonreí. "¿Qué llevas ahí?" Pregunté señalando la mano que tenía detrás de la espalda. Sacó un pequeño ramo de margaritas, entregándomelo. "¿No me vas a pedir un beso a cambio?"

"No, porque aún no es el día de hacer las cosas que solíamos hacer. Y porque te lo puedo pedir cuando quiera." Rió. "Como por ejemplo, ahora."

Negué con la cabeza, él sonrió y me agarró del borde del jersey para poder juntar nuestros labios sin que pudiese escaparme.

"Vamos." Dijo tendiéndome una mano. "Ya he cogido el coche, seguramente Ashton se dará cuenta de que no tiene las llaves cuando se despierte, pero para cuando eso pase, ya estaremos bastante lejos."

-

Estiré mis piernas al lado de la ventana. El brazo de Luke se deslizó hasta colocarse en la parte trasera de mi asiento. Starlight de Muse sonaba a todo volúmen en la radio del coche.

Miré a Luke antes de quitarle sus gafas de sol, poniéndomelas mientras cantaba el primer estribillo a todo pulmón.

El aire entraba por las cuatro ventanillas, golpeándonos en la cara y revolviendo nuestro pelo. Me había dado cuenta de que hoy Luke llevaba el pelo agachado, preguntándome si realmente se había equivocado con el Día tres y se pensaba que hoy teníamos que recordar los viejos tiempos.

Saqué una mano por mi ventana, acariciando el aire.

Derepente, un sentimiento de pánico se apoderó de mí. ¿Cuándo volveríamos a hacer todo eso? ¿Cuándo volveríamos a vernos? Volví a meter la mano en el coche y recogí las piernas, abrazando mis rodillas.

Me dió la sensación de que mis sentimientos variaban con las canciones, porque ahora sonaba Terrible Things de Mayday Parade.

Apoyé la cabeza en mi asiento para poder mirar a Luke. Siempre había intentado encontrar algo que no me gustase en él. Había intentado odiar la forma en la que se rasca la nariz cuando está indeciso, o la pequeña mancha que tiene en uno de sus dientes, o la sencilla forma de su nariz. También había tratado de dejar de pensar en sus ojos, nunca había sido capaz de encontrar algún color que se le pareciese, y tampoco había encontrado alguna palabra que describa cómo me siento cuando se detiene para mirarme, como si tuviésemos todo el tiempo del mundo. Me gustaba admirar cómo jugueteaba con el piercing de su labio cuando no tenía nada interesante que decir, solía agarrarlo con sus dientes o hacerlo girar con la punta de su lengua.

Pero, a quién voy a engañar, nunca sería capaz de odiar su forma de reírse, ni la manera en la que se coloca el pelo después de quitarse una gorra. O como cuando esperamos en la cola de algún restaurante de comida rápida, juguetea con sus pies, pisándose a sí mismo. Le conocía mejor que a mí misma, podíamos hablar sin la necesidad de decir una palabra. Aunque, había algo, algo que no se podía comparar a nada más. Algo que me dejaba sin habla, que me cortaba la respiración y me hacía sentir insignificante cada vez que me lo recordaba a mí misma.

Y era la forma en la que me quería. La forma en la que sería capaz de hacer cualquier cosa por mí. Porque no hay sentimiento mejor, que el de ser correspondido.

-

Día tres.

"Hoy he planificado todo, porque tenemos muchas cosas que hacer y sino no nos da tiempo." Dijo nervioso, sacando un papel de su bolsillo y tendiéndomelo.

"-Hacer deberes de matemáticas.

-Escuchar All Time Low sin calcetines.

-Pintarle las uñas a Michael mientras duerme.

-Tumbarnos en el césped para mirar el cielo.

-Hablarle en chino a Calum."

La lista seguía, y no me podía creer que se acordase de cosas como la de escuchar All Time Low sin calcetines. Puede que suene estúpido, pero los calcetines te oprimen, y para escuchar un grupo como ese, necesitas estar completamente libre y agusto.

"Pero yo no me acuerdo de nada de chino, ha pasado mucho tiempo." Reí devolviéndole la hoja.

"Es igual, nos inventamos algo, de todas formas nunca lo entiende." Me agarró la mano, sacándome de la habitación.

"¿Dónde vamos?" Le pregunté poniéndome los zapatos mientras bajábamos por las escaleras.

"A casa de Michael, aún está dormido." Rió saliendo a la calle sin soltar mi mano.

"¿Has cogido el pintauñas?" Le pregunté riendo. Él asintió y comenzamos a bajar la calle, en dirección a la casa de nuestra víctima.

La parte más difícil fue conseguir que su madre nos dejase entrar a su habitación, porque aseguraba que seguía dormido y que deberíamos dejarle descansar.

"Pero es que es algo muy urgente. Prometo que cuando nos vayamos, él seguirá durmiendo." Le dijo Luke a ella.

Al cabo de unos segundos, nos miramos cómplices antes de entrar en la habitación.

Me senté al borde de la cama e intenté encontrar sus manos, pero las tenía metidas de bajo de la almohada. Me giré para ver a Luke, que pintaba los pies de Michael a brochetazos.

Reí bajito imitándole.

Cuando salimos de allí, Michael tenía todos los dedos de los pies de color rosa y un dibujo de un pene en su tobillo derecho.

-

"Ni hao."

"¿Qué?"

"Zeyan de."

"Shuai."

"No me digáis que-"

"Xingan."

"Wo yeshi."

"No empecéis."

"Conichiguá."

"Eso no es chino."

"Mierda." Reí llevándome una mano a la boca.

"Tío, que era mi turno para decir mi frase triunfal." Dijo Luke cruzándose de brazos.

"Os odio." Calum nos soltó un empujón, haciendo que por poco nos cayésemos.

"Algún día los chinos dominaréis el mundo y tú serás el único de nosotros en sobrevivir." Dijo Luke señalándole con un dedo.

"¡Fuera de mi habitación!" Gritó sacándonos de ahí a empujones. La puerta se cerró en nuestras narices y no pude evitar estallar a carcajadas.

"¡Calum, wo ai ni! ¡Eso es te quiero en chino!" Dijo Luke dando varios golpes de nudillos en la madera de la puerta, intentando que volviese a dejarnos entrar. "Creo que nos odia."

"No, te odia a ti. Eres tú el que ha dicho lo de la invasión china."

-

me estoy descojonando son unos pequeños cabroncetes JAJSJ

L.H. || l.h (Temporada 3)Where stories live. Discover now