El pobre muchacho poco a poco fue regresando en sí, encontrándose con Oriana acariciando su cara.

– ¿Oriana?–Fue lo primero que dijo– Me duele la cabeza.

–Tranquilo, no te muevas— ella examinó el golpe y la verdad fue muy fuerte, la zona estaba de un rojo muy intenso.

Ella estaba examinando el golpe cuando Clara entro a la oficina.

– ¡Por Dios! ¿Qué paso?– Clara no entendía que sucedió ahí, Oriana estaba al lado de Dylan y esta yacía acostado en el suelo.

–Clara, ¿Crees que puedes llevar a Dylan a la enfermería?, diles que le den dos días de incapacidad.

–Claro Ori, no hay problema, pero ¿Que le paso?

–Le pegue por abrazar a mi esposa— Dijo Paulo hablando por primera vez desde que Clara entro.

– ¿Qué?– Dijo Clara impresionada, jamás hubiera imaginado que su jefe lograra dejar a alguien inconsciente de un solo golpe.

–Luego te explico, llévalo y encárgate que logre llegar a su casa ¿Si?— le explico Oriana.

–No hay problema.

–Yo puedo caminar sólo–dijo Dylan enojado porque lo traten como un niño lastimado.

–Es mejor que te lleve Clara— Pidió Oriana— nosotros debemos irnos pero hablaremos luego – Se levantó del lado del muchacho y agarro su bolso.

–Vámonos— le ordeno a su esposo.

–Necesitamos hablar Oriana— afirmo Paulo tomándola de la mano.

–Aquí no– salieron de la empresa de la mano; pasara lo que pasara ellos debían interpretar ser un matrimonio feliz.

Al llegar al auto Paulo le abre la puerta y ella ingresa al vehículo en silencio.

Paulo le dice que se dirija hacia al aeropuerto a Robert y subió el vidrio que divide ambos ambientes.

– ¿Me puede explicar por qué hiciste eso? ¡Por Dios! Paulo, él me estaba dando solamente un abrazo...

– ¡¿Solamente?! – Siseo furioso— una vez te dije que era muy posesivo Oriana – dijo entre dientes– tu eres mi mujer...

– ¡No!, soy tu esposa temporal; además tú mismo dejaste en claro las reglas del juego, hasta donde recuerdo; tú me dejaste vía libre en lo que respecta mi vida personal, así que si quiero que Dylan me abrase lo hare o si me quiero acostar con él es mi problema y tú no tienes ningún derecho a decirme nada...

Pero antes que pudiera terminar la oración, Paulo la había tumbado en el asiento y yacía sobre ella. Jamás pensó que reaccionaria así.

– ¿Te quieres acostar con él?– siseo Paulo con su rostro muy cerca de la cara de ella.

–Como te dije, es mi problema– refuto Oriana en respuesta.

El observo la furia en sus ojos y entendió que esta discusión no llegaría a nada, apoyo la frente en la de Oriana y le dijo con pesar.

–No quiero pelear, creo que este no es el mejor lugar para aclarar todo.

–Eso no interesa Paulo, mejor preocúpate por las repercusiones del golpe que le diste a Dylan; el pobre te puede demandar por agresión.

Paulo solo sonrió ante el comentario.

–Quiero verlo intentarlo, poseo a los mejores abogados, dudó mucho que se quiera enfrentar a ellos— aseguro con arrogancia.

Casada con mi jefe | Dybatini - TERMINADAWhere stories live. Discover now