Capitulo 13

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Maratón 2/3

Paulo no podía odiar su suerte mejor, el hecho de que Antonella se apareciera en el almuerzo en definitiva no estaba en sus planes.

—Paulo, que sorpresa encontrarte aquí— dijo la modelo una vez cerca de la mesa.

—Lo mismo opino— se colocó en pie para saludarla.

—Me alegro de volver a verte— ella se aproximó a él y lo abrazo frente a Oriana la cual arrugo un poco el ceño ante la escena.

Por primera vez, Paulo no deseaba esas muestras de cariño. Devolvió el abrazo y la alejó de forma rápido.

—Hola señorita Cavalieri, un gusto volver a verla— dijo Oriana levantándose para saludar a pesar que sus ánimos estaban por el suelo. Ver a la modelo junto con su jefe era una clara muestra de lo diferentes que ellos eran.

—Hola querida. Me alegro de encontrarlos— respondió con una sonrisa falsa— he estado realizando una sesión de fotos cerca de aquí y decidimos con algunos compañeros, dirigirnos hacia este restaurante a comer.

— ¿Son fotos de revista o publicitarias?— le preguntó Oriana tratando de ser educada, pero para ser sincera no le interesaba.

—Son publicitarias, soy la imagen para Cover Uk. Es agotador, pero disfruto ver mi rostro por todos lados— dijo observándola de pies a cabeza— Ah, por cierto Paulo; necesitó hablar un momento contigo, Es sobre un tema laboral— se giró hacia Oriana— no te molesta que te lo robe un momento ¿Verdad?

—No, claro que no. Los esperaré acá— dijo Oriana de forma neutra, sin mostrar su molestia.

—Ya vuelvo cariño— le dijo Paulo antes de depositar un casto beso en sus labios enfrente de Antonella.

Paulo se encaminó detrás de la modelo a un área donde pudieran mantener una conversación íntima. Se colocaron en el jardín del restaurante, escondidos de miradas indiscretas.

—Cuando me dijeron que te casabas no lo creí hasta ver las fotos con tu prometida.

— ¿Qué quieres Antonella?— Paulo conocía demasiado bien a Antonella. Llevaban años en una relación por conveniencia sin ataduras, ella sabía que Paulo frecuentaba a otras mujeres, como una de las corredoras de bolsa de Walt Street, o la vicepresidenta de las empresas Mapreco; mujeres independientes, personas con metas establecidas donde la ilusión del amor no entraba en la ecuación.

—Quiero saber lo que tienes realmente con ella; creo que nos conocemos lo suficiente como para que pretendas que yo crea que ahora estás enamorado y tienes el deseo de casarte con ella.

— ¿Y si fuera así?— le dijo Paulo extrañamente molesto; no podía dejar que Antonella descubriera la verdad.

—No sería con esa chiquilla, ella no es tu estilo Paulo, además, tú y yo sabemos que jamás has logrado mantenerte tu interés en una sola mujer.

—Eso no es de tu interés...

—Claro que si— se acercó a el— Sabes muy bien que tú y yo en ese aspecto somos iguales. Somos seres tóxicos, incapaces de realizar tal compromiso con otra persona que no sea nuestro igual. Y dudo que la pequeña tonta sepa como satisfacerte...

— No hables así de ella.

—¿Acaso me equivoco? A no ser que la hayas dejado embarazada— se acercó a él y le acaricio el pecho— Pero tú odias a los niños, así que dudo que ese sea el motivo de esa boda algo...apresurada y muy sospechosa, querido.

Casada con mi jefe | Dybatini - TERMINADAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant