Capítulo 81: El amanecer de un nuevo día

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Voldemort había esperado el poder pasar la noche del lunes regodeándose en los sonidos de destrucción y calamidad que había creado. Quería ver llamas de incendios, aviones estrellándose, personas muriendo a la merced de sus invenciones fuera de control. Por desgracia, se encontraba demasiado drenado a causa del lanzamiento de su hechizo como para disfrutar de manera inmediata los frutos de su impacto. No había sido capaz de hacer otra cosa que escuchar el sonido de algunas sirenas lejanas y otras alarmas muggles, regodeándose al saber que nadie iría en su llamado, apagaría los fuegos, ni frenaría la creciente pesadilla.

¡Su gran plan se estaba llevando a cabo! Como un niño en un orfanato, aprendió a odiar a los muggles y sus dispositivos mecánicos. El no poseía ninguna de las cosas que todos ellos parecían codiciar. En aquel entonces, le afectó profundamente, y por un tiempo en su juventud, quiso esas cosas más que nada en el mundo. Mientras aprendía más acerca de su verdadera naturaleza, y de las cosas de un mundo del que los muggles no sabían nada, sus deseos cesaron. Concluyó que los muggles no tenían ningún valor en el mundo, que éste sería un lugar mejor sin ellos y sus dispositivos mecánicos.

Una de las prioridades en los planes que empezó a desarrollar aún en su adolescencia fue siempre el crear un mundo en el cual no hubiera muggles. En su juventud, esos planes usualmente fantaseaban con algo ensordecedoramente glorioso y sangriento. El llegar a la mecánica de tal destrucción era siempre su escollo. Si el proceso tomaba demasiado tiempo, la resistencia de desarrollaría. A medida que maduró y encastraba todos los elementos que necesitaría para implementar su plan, se dio cuenta de que incluso con sus subordinados de confianza comprometidos en el procedimiento de la erradicación de los muggles, simplemente no era posible cumplir con el objetivo principal: librar al mundo de su presencia inservible. Mientras consideraba otras opciones y perfeccionaba sus pensamientos, finalmente comprendió que la mejor opción sería una que fuese tranquila, rápida e irreversible. Dejó el drama a un costado y alucinó con la certeza del éxito.

La mejor opción resultó ser una que encontró releyendo las antiguas notas de Slytherin que capturaban su remarcable obra en la Magia Oscura. Aquellos hechizos para dormir que aparecían frecuentemente en algunos cuentos de hadas muggles estaban basados en magia antigua que se había perdido hace mucho para el mundo, pero que algunos habían sido preservados gracias a Salazar en sus libros. Cuando comprendió cómo separar los elementos del antiguo hechizo, y encontró la manera de lanzarlo a nivel mundial, ¡sabía que había descubierto la clave para el objetivo de toda su vida! Un mundo sin otra que gente mágica, que fuese totalmente leal a él y solamente a él, donde su palabra no se cuestionaría, y todo lo que él quisiera, sus necesidades y deseos, establecerían el orden del día para todos.

Voldemort comprendió que su hechizo iba a afectar a todos sus Mortífagos al momento en que lo lanzara, pero decidió que esto era ventajoso para él. Nagini lo había señalado varios meses, y él coincidió en que tenía razón; sería mejor para él mantener incluso a sus Mortífagos a un brazo de distancia durante las delicadas preparaciones finales, evitando así el permitir que alguno entendiera lo que estaba por ocurrir y decidiera tomar medidas que pudieran debilitar o alterar lo que se proponía hacer. Para su horror, ¡había descubierto que al menos dos de sus seguidores de más confianza en su círculo interno le habían traicionado y unido al enemigo! ¡No eran mejores que los muggles! Pero la amarga experiencia de ver a aquellos que había cuidadosamente cultivado y recompensado con sus favores hizo entender a Voldemort que nunca podría llegar a conocer o confiar plenamente en alguien, por lo cual estaba preparado para seguir la sugerencia de Nagini. Hacía meses que se había alejado de todos, incluso de sus más fervientes seguidores; no fuera que alguno le creara problemas.

Al usar un hechizo que induciría al sueño a todos los humanos, y del cual sólo él tenía la clave para revertir, todos perecerían excepto aquellos a los que le mostrara compasión. Podría despertar a sus Mortífagos, y estar seguro de que entenderían que era sólo a causa de su misericordia hacia ellos el que aún siguieran con vida. Estaba confiado de su lealtad y gratitud eterna una vez se dieran cuenta de cómo le debían todo a él. Podría inducir a otros en un estado de animación suspendida, quizás aquellos en los que no confiaba plenamente, y tendría décadas para decidir si los quería con vida o no.

El lanzamiento del hechizo a través de las Líneas Ley, a pesar de haber tomado la mayor parte del poder de aquellos que poseían su Marca, lo drenó y dejó exhausto. Sin embargo, el tiempo se extendía delante de él y no sentía ninguna urgencia. Podía tomarse todo el tiempo que necesitara para refrescarse y reponer sus reservas mágicas, y luego comenzar una gira triunfal por todos los lugares de mayor interés para él, en los cuales ansiaba intensamente deleitarse de forma personal con la destrucción que había causado.

A causa de su aislamiento en una zona muggle, no tenía forma de saber que todos aquellos con magia habían sido despertados pocos minutos después de caído dormidos. El drenaje en el poder de todos aquellos que llevaban la Marca Tenebrosa había sido más repentino y severo para los que se encontraban más cerca de él al realizar su hechizo. Por consiguiente, había matado a tres de sus seis Mortífagos que habían acudido a la reunión; no se encontraban dormidos, sino muertos. Había destruido por completo los núcleos mágicos de otros dos, reduciéndolos a muggles para el tiempo en que caían al suelo de su sala de audiencias. El último se encontraba vivo y retenía algo de magia, pero estaba inconsciente a causa del drenaje cuando el contra hechizo de Harry Potter canceló el encantamiento para dormir, por lo cual, no tenía ningún conocimiento o conciencia de éste hecho.

No sería visible para un observador que no tuviera entrenamiento médico y que supiera que es lo que había que buscar, por un tiempo al menos, que los muggles se encontraban en estado de animación suspendida mientras dormían, y que no corrían un peligro inminente de morir a causa de deshidratación por el hechizo durmiente.

Mientras el sol suavemente iluminaba el cielo la mañana del miércoles, lo hacía sobre un mundo definitivamente distinto. Algunos tenían una comprensión mucho más precisa de los cambios que otros.        

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La Piedra del MatrimonioWhere stories live. Discover now