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Bajé los cuatro escalones del porche de dos en dos, ví como Martin le daba un pequeño codazo a Dave en el brazo al percatarse de mi cara. Los dos dejaron de reírse inmediatamente.

- ¿Dónde coño estábais? -les espeté,  mientras me acercaba donde estaban.

- Lily, se nos ha liado un poco la cosa en el estudio -respondió Martin.

- Si, ya sabes cómo es Miller. Habla mucho, se preocupa mucho y todo mucho -añadió Dave

- ¿Ah, sí? Pues qué casualidad que, justo antes de que llegarais estaba hablando con Miller. Me ha dicho que os habíais ido hacia un buen rato ya. -ví como se miraban el uno al otro, pensando una buena excusa- No hace falta que os reventeis la cabeza pensando una excusa, ya de poco sirve, pero me debéis no una sino tres, por no haber estado aquí ninguno cuando he llegado con Alan. ¿Sabéis la fatiga que he pasado?

- Es guapo ¿eh? -me dijo burlonamente Dave.

- Déjate de bromas Dave, no estoy de humor...

- ¿Pero y Andy? Creíamos que estaba aquí -dijo Martin mirando a Dave que seguía riéndose solo.

- Pues no se vosotros, pero vamos, que con lo que dijo de «no quiero que Alan forme parte del grupo» yo ya me imaginaba que, aquí no iba a estar con una fiesta de bienvenida esperándolo.

- Bueno Lily, tampoco ha sido para tanto ¿no? -dijo Dave acercándose remolonamente para quitarle hierro al asunto- Tenías que conocerle antes o después.

- Y seguro que se ha llevado muy buena impresión de tí al haberle ayudado a instalarse en la casa -añadió Martin mirando a Dave con una sonrisita.

- Si, eso hará que se olvide del trayecto en el que seguro ha temido por su vida -añadió riéndose con Martin.

- Ha debido de pensar ¿quién es esta chica con pelos de loca y quién le ha dado el permiso de conducir? - añadió Martin riéndose sin cesar con Dave.

- Definitivamente sois retrasados los dos, por eso os lleváis tan bien. -les dí la espalda para meterme en la casa por no decirles cuatro cosas y sentí como los dos se tiraban encima mía a abrazarme uno por cada lado.

- ¡Que picajosa eres! -dijo Martin sin parar de reírse.

- ¡No te enfades Lily, yo tampoco sé conducir! -añadió Dave dándome un beso.

- Sabes que te queremos. Gracias por lo de hoy.

- Si gracias Lily, pero a lo mejor tú también tendrías que darnoslas a nosotros -dijo Dave mirando a Martin que se estaba quedando un poco a cuadros, como yo- Si Lily lo ha pasado tan mal y se ha puesto tan nerviosa por algo será ¿eh, pícara?.

Dave y Martin se echaron a reír otra vez. No pude evitar ponerme un poco colorada, ellos me conocían, sabían perfectamente que cuando me ponía nerviosa y a decir tonterías con un chico que no conocía era por algo.

- ¿Que? ¡Claro que no! -evidentemente no sonó muy real.

- No te preocupes hermanita te guardaremos el secreto -añadió Martin guiñándole un ojo a Dave.

- Si soltais el más mínimo suspiro por la boca referente a este tema, que por supuesto estáis flipando vosotros dos solos, os mataré.

-¡Alan, amigo! -noté a Dave que me soltaba.

Levanté la vista y ví a Alan. Estaba dentro del porche, apoyado en el alféizar de la ventana fumando un cigarrillo. Dave y Martin le dieron un abrazo.

Mierda, ¿cuanto tiempo llevaba ahí?, ¿habría escuchado la conversación que habíamos tenido?
«Hoy no es mi día» pensé mientras me acercaba a ellos.

Somos recuerdosWhere stories live. Discover now