Doctora (Clexa)

8

Siguen besándose a plena luz del día. Ya les ha empezado a agarrar un poco de calor.

Lexa se quita la chaqueta, quedándose sólo con una fina camisa blanca. Clarke se da cuenta de que no lleva sostén, porque puede notar sus pezones erectos a través de la tela. Al ver eso siente de golpe la humedad en su entrepierna. Vuelve a abrazar a Lexa contra ella para volver a besarla.

En un momento, Clarke siente una patada de la bebé. Lexa, que tiene su cuerpo completamente pegado al de la rubia también la siente.

- ¿Sentiste eso Lexa? - pregunta separando un poco su boca de la de ella.

- Sí.. - Lleva sus mano al vientre de Clarke para acariciarlo. - Parece que alguien ya quiere salir. - Clarke ríe y acaricia con dulzura la mejilla de Lexa, mirándola a los ojos.

- Hacía mucho tiempo que no me sentía así Lex. Sin contar lo de la otra noche en mi sofá.

- Yo igual Clarke, pero creo que debemos hablar sobre esto.

- Lo sé. - Retira la mano de la mejilla de Lexa y la lleva a su brazo.

- El otro día dijimos que sólo había sido un beso.

- Así es. Pero acaba de repetirse.

- Así es. ¿Qué es esto Clarke? - Acaricia su perfecta y delicada cara con su mano, con ternura.

- No lo sé. Creo que quizás me hacía falta algo de afecto de este tipo, y al tenerte frente a mí, que eres tan buena y dulce conmigo, no logré resistirme.

- Clarke. Necesito decirte algo. - Dice algo tímida.

- Puedes decirme lo que sea.

- Espero que no te enfades conmigo.

- No creo ser capaz de enfadarme contigo. Díme lo que tengas que decir.

- Bueno. Desde el primer día que te vi, sentí atracción por ti Clarke. Eres muy hermosa. Pero sabía que era incorrecto, y que debía dejar de pensar en eso. Y luego pasó lo del beso y todo se volvió más difícil. Por favor no te enfades conmigo.

- Lex, por supuesto que no me enfado contigo. Son cosas que pasan. No me esperaba que me digas esto, pero no lo tomo a mal. También siempre me pareciste una mujer hermosa. Pero bueno, tenía novio, siempre me consideré totalmente heterosexual, y la primera vez que sentí atracción por tí fue cuando te besé en mi sofá. Es que estar contigo me provoca muchas cosas.

- ¿Cosas buenas?

- Cosas demasiado buenas. Haces que me olvide de todo lo malo con demasiada facilidad. Ni Octavia ni Raven han logrado eso como lo has hecho tú.

- Me alegro de que sea así. Pero Clarke, igual creo que lo mejor es mantener esto en secreto. ¿Tu qué crees?

- Si, por supuesto. Aún no estoy preparada para estar con nadie más. Y aunque tus besos fueron increíbles, es necesario que aclaremos que solo fueron besos y nada más.

- Por supuesto. Sólo fueron besos.

Ambas apoyan sus espaldas en la manta mirando al cielo y se quedan en silencio por un buen rato.

- ¿Clarke?

Al no obtener respuesta, Lexa gira su cabeza para mirar a la rubia y ve que se ha quedado dormida. Se queda contemplándo su belleza mientras duerme. Definitivamente, es la mujer más hermosa que ha conocido en toda su vida. Pero tiene claro lo que dijo Clarke. Sólo fueron besos. Como el de la otra noche. Sólo eso.

Al cabo de unos minutos, Lexa se duerme también.

Despiertan con el sonido del móvil de Lexa. Es un número desconocido.