Capítulo 20

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Y todo es silencio.

Puedo notar que tiene miedo. El silencio es tan sepulcral que puedo escucharlo tragar saliva.

Los minutos pasan y yo sigo callada. Se lo que debo decir, pero no puedo. No soy capaz de dejar las palabras salir de mi boca. Los recuerdos de mi ex diciendo esas mismas palabras y las risas y burlas que vinieron después me lo impiden. Me asustan y ahogan, y no es hasta que siento que me falta el aire cuando me he doy cuenta de que he estado conteniendo la respiración todo el tiempo.

─Cielo, se que la cagué pero tengo miedo. Nada...

─Sube─es lo que logro decir.

Veo como se desliza con agilidad y en unos minutos está frente a mí.

─Luces asqueroso─digo sin poder evitarlo.

Unas ojeras gigantes hay bajo sus ojos, tiene rastros de barba y el pelo horriblemente despeinado. Y por algún motivo luce guapo.

─Podría decirlo mismo. Te ves fatal y me alegra no ser el único que tuvo unos días de mierda.

No se cómo ni cuando avanzó, pero está demasiado cerca. Tengo el impulso de besarlo, pero caigo en cuenta de que no recuerdo cuando fue la última vez que me lave los dientes. Retrocedo un paso, y por la mueca que se forma en su rostro sé que le duele.

Estoy a un segundo de explicarle, sin embargo recuerdo todo. Sus palabras hirientes y miradas de furia. Por una vez más el orgullo y el rencor son más fuertes que yo.

Ambos nos volvemos a sumir en el silencio, uno de esos densos que se pueden cortar hasta con un cuchillo de plastico. De los que te aplastan y te dejan una sencación similar a la de la claustrofobia.

─Nada de esto es tu culpa─habla de repente. ─O al menos no solo tuya.

Dirijo mi mirada hacia él. Juega con sus dedos nervioso y se toca el puente de la nariz con ese gesto tan suyo.

─Y sé que reaccioné mal, pero estos días me sirvieron para pensar.

─¿Que concluiste?

─Que quiero que tengamos ese bebé.

Sus ojos verdes me miran expectantes y yo tengo que agarrarme de la cama para no caer desplomada al piso.

─¿C-cómo?

─Yo...─toma aire─El otro día estaba caminando y vi una tienda de bebés, todo era hermoso y diminuto. Sentí la necesidad de tener algo así en mi vida y quien mejor que tu para acompañarme. También se que quizás ni si quiera estés embarazada, pero me hace ilusión. Un mini yo o una mini tú corriendo por ahí. Es una decisión que debemos tomar ambos. Soy consciente de que existe el aborto, la adopción, etc... Pero por favor piénsalo.

Toma mis manos entre las suyas y las besa. Sus dedos aún tiemblan por miedo y sigo sin saber que hacer.

Antes estaba casi segura de abortar, pero escucharlo decir esas cosas me llegaron a corazón. Una familia, hijos de Jake.

Es algo grande.

Quizás más grande de lo que estoy lista para soportar y eso es lo que más me asusta.  Por otro lado no puedo evitar imaginarme cómo sería mi vida con bebés, pero en mi mente se ve bien.

Un calor extra rodea mi cuerpo, los brazo de Jake. Acaricia mi cabello con cariño y me dice cosas lindas.

─Todo estará bien, no llores.

Una lágrima salada cae en mi boca y me doy cuenta de que me rompí a llorar y por eso Jake me abraza.

Ya conciente, decido desahogarme y sollozo mucho rato más.

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