Capítulo 4

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Skyler:

Sin dudarlo ayer había sido un día extraño. Realmente no tuvimos ninguna pelea, así que fue tranquilo. Prefiero mil veces al Jake callado y autista que al cretino.

Queen me dice que soy malditamente aburrida al decirle que no quiero ir a la fiesta de esta noche.

—Vamos, Sky. Todos sabemos que necesitas un poco de acción— introduce uno de sus dedos dentro de un circulo formado por los otros dedos de su otra mano, con una cara perversa.

—Eres asquerosa, Queen— me rió. —La única acción que necesito son mis series de acción.

—¡Vamos!— rogó— Te daré veinte dólares y pagaré tu almuerzo.

—Hecho— sonrió sastisfecha.

—Genial, en mi casa a las ocho— me da un beso en la mejilla y sale corriendo a su clase.

Divertida camino a la clase de Deportes. La peor en la historia de la humanidad. Realmente es una de las cosas que no extraño de Washington.

En realidad ahora que estoy acá, en estos pocos días, me he dado cuenta que estoy en un buen lugar. Sería aún mejor sin Jake ya pelirroja endemoniada que me lanza dagas por los ojos, sin embargo, es bueno.

Allá en Washington tenía algunos problemas que sin duda me gustaría olvidar. Es tiempo.

Solían molestarme demasiado por lo flaca que era, fue una época dura, pero puede seguir adelante gracias a mis amigos...y a Noah. Aunque todo haya sido falso.

Las clases de deportes eran lo peor, debía desnudarme enfrente de todas esas chicas superficiales y soportar las burlas. Ahora mantengo un peso normal, perfecto según el doctor. Sin embargo eso no quita lo insegura que soy.

Me cambio rápidamente y me alegro de haber pasado desapercibida. Miro mi relejo en un espejo y me sorprendo al notar lo corto que se ve el uniforme. El short rojo llegaba solo un centímetro mas abajo de mi culo y la camiseta blanca dejaba ver algo de mi estómago. Desesperada intento bajarlo lo más que puedo, sin embargo no lo logro.

Escucho el silbato a lo lejos, que indica que debemos salir. Al instante que todas comenzamos a hacerlo todos los chicos comienzan a silbar. Horror.

—Silencio, imbéciles con testosterona— grita el entrenador—Dejen sus cosas adentro de sus pantalones.

Algo abrumada por la charla sexual que escucho miro a Jake, quién divertido con la situación examina a todas las chicas en el gimnasio.

—Hoy jugaremos quemadas. Chicos contra chicas. ¡Yupi!— dijo con fingido entusiasmo.

Todo el mundo se emocionó. ¿Que es divertido en lanzarse balones sin niguna estrategia ni sentido? Rápidamente el juego comenzó, no era tan difícil. O al menos hasta que el balón impacta directo a mi cara. Doy unos pasos hacia atrás mientras voy perdiendo el equilibrio para finalmente caer sobre un tarro de pintura destinados al baile escolar que se ecuentran en el fondo del salón. Siento la mitad de mi cuerpo embarrado en pintura roja.

Jake, quien aparentemente lanzó el balón se acerca a mí con una mueca divertida en el rostro. Todo el mundo comienza a reír. Por unos segundos me siento de vuelta en Washington, en dónde todos se burlaban de mí.

—El rojo definitivamente es tu color— su sonrisa demostraba lo divertido que estaba con la situación.

—Que te follen, idiota— bramé avergonzada.

—¿Y si lo haces tú?— preguntó con una mueca risueña en su rostro.

—Que te den— levanté mi dedo del medio y me giré para irme arrastrando la poca dignidad que aún conservaba.

—Querida, ya entendí. Quieres que me acueste contigo— me giré bruscamente y abrí mis ojos — Solo tienes que pedirlo— me giñó un ojo.

Oh, ese puto ojo ¿Tiene un tic?

—Antes me comes viva— respondí asqueada.

—A besos—

Decidida para irme me giré, pero antes me gritó:

—Lindo trasero—

Tragame tierra.

Todos los chicos comenzaron a silbar, así que, lo más enojada que se puede estar salí del gimnasio. Sintiéndome de nuevo cómo en años pasados.

***

Jake

Si había una cosa que amara de este colegio, sería el uniforme de las chicas para la clase de deportes. Realmente me sorprende que el colegio los autorizara pero sin duda los amaba. Esos malditos shorts eran una de mis principales fantasías. Hace que todas las chicas parezcan sacadas de una revista playboy.

Mucho de los chicos tienen la vista fija en Skyler. Debo admitir que yo soy uno de esos.

La veo marcharse enojada y no puedo evitar mirar su trasero. Si esta chica no fuera tan odiosa sin duda le pediría su número. Aunque también esta el factor Britany. Sinceramente no sé porque salgo con ella, es guapa pero muy tonta, sin embargo no puedo dejarla. Me gusta la relación que tenemos, no somos novios, puedo ver a otras chicas y ella también. El sueño de todo chico.

Britany se acerca a mí con su típica cara malvada: —Odio a esa chica. Es una idiota— murmura cerca de mi oído. Asiento sin prestarle demasiada atención.

   ***

Una canción en español resuena por el lugar, creo que se llama reggaeton. Muevo mi cuerpo al compás de la música junto a una chica cuyo nombre desconozco. De pronto siento como alguien impacta contra mi espalda. Me giro para ver quién es, y cómo siempre, es Skyler. Desde dónde estoy puedo oler el alcohol mezclado con su olor.

Al verme sus ojos se tiñen de enojo y me da una bofetada.

¿Qué mierda?

—No quiero verte más. Eres un cretino, un imbécil, un tarado, un idiota. ¿Porqué siempre vuelves a mi vida, Noah? Cuándo dejé Washington me propuse dejar de pensar en ti, porque a pesar de todo el daño que me hiciste yo te amé— una lagrima baja por su mejilla— ¿Y adivina qué? Encontré a otro chico cómo tú. Se burla de mí, se me insinúa y luego me amenaza. Es tan igual a ti. Pero te prometo que esta vez no caeré, la historia no se repetirá. Me merezco conocer a alguien que me trate bien, no a alguien como el imbécil de Jake.— su cuerpo se ve débil y apenas puede mantenerse de pie. Rodeo mis hombros con uno de sus brazos y la hago caminar. Una vez en el pasillo vacío la dejo para poder acomodarla mejor. Noto como una mueca de asco atraviesa su cara y vomita para luego desmayarse y caer en mis brazos.

Vuelvo a tomarla y la llevo a la habitación de la hermana de Zack para que pueda dormir. La recuesto en la cama con cuidado para no despertarla, aunque no lo logro.

Sus pestañas se baten varias veces intentando descubrir donde está. Sus ojos castaños se encuentran con los míos, poniéndome nervioso.

Se sienta en la cama e intenta bajar la cremallera de su vestido, el cuál está lleno de vómito. Lentamente va deslizando el vestido por su cuerpo, revelando que no trae sostén.

Oh, mierda santa.

Me giro rápidamente sin poder quitar la imagen de mi cabeza.

No tiene sostén— exclama mi mente

—¿Me ayudas? El cierre se trancó— dice con la voz pastosa.

Trago saliva y me giro lentamente, intentando mantener mis ojos fijos en su cara. Se acerca a mí como si fuera de lo más normal andar mostrando sus pechos y se da vuelta para que le baje el cierre. Mis manos tiritan y me cuesta hacerlo, pero lo logro. Skyler se vuelve a girar, quedando cara a cara.

Con toda mi fuerza de trato que mis ojos no miren el par de pechos que tengo solo unos centímetros abajo de mi cara.

Concéntrate, concéntrate.

Desvío mi mirada sin querer y ya no puedo dejar de mirar. Skyler está casi desnuda frente a mí. ¿Que clase de chico no miraría?

—Si quieres puedes tocarlos—ofrece con normalidad. Abro mis ojos sorprendido y niego la cabeza de manera nerviosa.—Sé que no son tan grandes pero...— tapo su boca con mis manos antes de perder el control y la empujo suavemente para que se siente en la cama. Corro al closet de la habitación y saco una camiseta cualquiera. Algo confundida Skyler se la pone y se recuesta.

Me siento al otro lado de la cama a esperar que duerma. Escucho como su respiración se va volviendo más tranquila y me relajo.

Me pongo a pensar en todo lo que dijo, en ese tal Noah, en lo que piensa de mí. Pienso que que casi pierdo el control al haberla visto así, que Skyler me pone muy nervioso y según el bulto en mi pantalón debo admitir que esta mujer es malditamente atractiva.

Por alguna razón me molesta que piense de que no la merezco, aún cuando se que es cierto.

Y con ese pensamiento caigo en los brazos de Morfeo.

Nota de la autora:

¿Que les parece?

Vayan comentando y votando que comenzaré a dedicar capítulos.

PD: Si hay alguien que sepa hacer portadas que me hable


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