Un nuevo lugar.

144 15 0
                                    

AMAIA

Amaia aún no ha despertado. 

Puede reconocer ese estado de letargo; las articulaciones inmóviles, como dormidas, los pensamientos fluyendo despacio hasta conectar unos con otros, hasta transformarse en algo coherente. 

Le gusta. 

A diferencia de los demás, que esperan impacientes el momento en el que la vida explote dentro de ellos, en un nuevo cuerpo, a ella le gusta ese tiempo infinito, que parece doblarse y estirarse continuamente, en el que no es nada, nada más que Amaia.

Amaia en esencia, Amaia, en la más pura de las formas. 

Sí, le gusta. 

Porque, después de tantas vidas, no sentir nada durante un tiempo supone un descanso. 

La ira y la tristeza suelen acumularse en ella, como si fuera un recipiente. 

A veces cree que es un castigo. 

Que igual que las almas invaden cuerpos y mundos nuevos, las sensaciones la destrozan por dentro, demasiado intensas, hasta que parece que ocupan más que ella. Como si no fuera un recipiente adecuado. 

Pero es un ciclo, así que siempre llega el letargo. 

Y caigo rendida,

se cierra mi día,

no doy para más.

Con los brazos arriba,

en plan despedida,

os digo:

Adiós. 

Le gusta flotar.

No sentir y no ver. 

No moverse. 

Flotar en un tiempo infinito en el que no hay dolor, en el que todo va despacio, a un ritmo que parece ser el suyo propio. 

Pero, de repente, el letargo acaba. 

Siente un tirón, un desgarro. 

Y la vida empieza, o acaba, de nuevo. 

Un nuevo lugar,

donde hay cuatro paredes

que no sé dónde están.

Os veo mirar 

a través del cristal,

me da un poco de miedo. 

Soul meets body. -Ragoney-Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ