Capítulo 24: Golpes a una mujer

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Capítulo 24:
Golpes a una mujer

El señor Axel se encuentra entre los representantes del Cabildo, un pequeño grupo de ancianos que representan la máxima autoridad mágica

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El señor Axel se encuentra entre los representantes del Cabildo, un pequeño grupo de ancianos que representan la máxima autoridad mágica. Cuatro hombres de avanzada edad y una señora están en el centro de la estancia como los jueces de una reunión que parece más bien un juicio. Todo ha ocurrido muy rápido, la sala está llena de gente. Todos los seres mágicos de la isla han venido a ver cuál es el desenlace de la señora Devana Hidalgo ante el secuestro de Román, de lo que no ha querido hablar aún. En realidad, en los 20 minutos que llevamos aquí, no ha dicho ni una sola palabra. Del otro lado de la sala se encuentran sus hijos y su esposo, que tenía tiempo que no veía. El señor Tomás es un hombre robusto, una versión de Jhosep con más edad. La expresión de su rostro es indescifrable, en cambio, sus hijos quisieran matarme con la mirada, es bueno que estén del otro lado de la sala con muchas personas de por medio.

Daniel está en un rincón detrás de los cinco ancianos, oculto detrás de un muro, a la espera de que le dé la señal para que salga ante los ojos de todos. Él quiere justicia y hoy la tendrá. Aunque la señora no ha querido decir nada sobre el paradero de Román, no se salvará del pasado que se encargó muy bien de ocultar. De todas maneras, el Cabildo aún tiene a su gente buscando al zángano.

Mi teléfono no ha parado de sonar dentro de mi cartera, lo tengo en un volumen bajo, pero aun así lo he escuchado ya como cuatro veces, no he contestado porque no quiero tener que salirme de la sala. Esto es muy importante para Daniel, y tengo que estar aquí. El Cabildo ha solicitado la presencia de un vidente muy reconocido en la isla, un hombre ciego que tiene comunicación con los muertos por medio de sueños y su oído, además de mí.

El Cabildo ha aceptado la presencia de Daniel, porque en pocas horas se han desatado muchas alarmas en la isla, las personas comienzan a presenciar a los muertos a plena luz del día. La delgada línea que separa este mundo del espiritual se está desdibujando mucho más rápido de lo que imaginé. Se me acaba el tiempo, de hoy no pasa que hable con Ametz.

—Todo saldrá bien —dice Asier a mi lado.

—Estoy segura de que así será; sin embargo, estoy muy preocupada por el poco ruido que ha hecho Clarisa estos últimos días. Además, el desequilibrio está yendo de una manera acelerada, y solo han pasado unas horas —digo en voz baja, mientras que en el centro de la sala uno de los ancianos insiste en preguntarle a la señora Hidalgo donde se encuentra Román. Pero no hay respuesta, por su parte.

—Te acompañaré cuando hables con mi hermano, no quiero dejarte sola —dice en mi mismo tono de voz—. No sabemos qué va a pasar en unas horas con la familia Hidalgo.

Solo asiento, no me gusta lo que está suponiendo. Quiere cuidarme porque teme que alguno de ellos escape de la decisión que tome el Cabildo, y tome represalias contra mí.

—En vista de que la señora no quiere hablar, entonces presenciaremos lo que ocurrió en la casa de la familia Hidalgo y que terminó en tragedia con la muerte de Daniel —anuncia la única mujer que se encuentra entre los ancianos en un tono de voz alto que se escucha en toda la estancia. Los murmullos no se hacen esperar, solo algunos pocos de los presentes ya sabían que se expondrían pruebas en contra de la familia Hidalgo por ocultar un sacrifico con sus habilidades. La estruendosa voz del señor Tomás paraliza a dos en la sala.

Médium. Espada de hueso (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora