capítulo nueve.

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9- por favor, abrazame.

Luego de aquellas raras confesiones en el parque, frente a todas las personas y haberse besado en frente de todos, aun seguían siendo los mejores amigos, aquellos que conocen con exactitud los sentimientos del otro, aquellos que se besaban en los labios y se abrazaban muy íntimos, hasta habían compartido uno más, que fue intencional. Ropa de pareja, ambos estaban vistiendo exactamente igual. La semana pasada, ChenLe los encontró con camisas blancas debajo de suéteres beiges, pantalones negros y con JaeMin utilizando una boina y dejando a la luz su nuevo color de cabello rosado.

Estaban en la habitación de JeNo, le gustaba muchísimo estar allí, tenía la fragancia -del nuevo- castaño, era un dulce aroma a vainilla. Las paredes estaban pintadas de un lindo color beige y los demás muebles eran blancos. Además, de que la cama de JeNo era una de las cosas preferidas de su casa. Era estar en un lugar tranquilo...

Como los brazos de JeNo, por ejemplo.

Una vez que ambos llegaron a la puerta de su habitación, luego de saludar y comer las galletas de sus padres. Nana fue el primero en tirar su mochila negra y saltar hacía aquella preciada cama. JeNo le siguió por detrás, soltando una pequeña risa por el chico.

Se habían quedado en aquel dulce colchón mientras hablaban de bobadas. En cuando menos se dieron cuenta, la noche había comido al día de una rápida manera. Aún así, seguían riendo juntos.

—¿Tú madre no dijo nada después de teñirte?

—Realmente, no le importo mucho, ella sabe que me gusta muchísimo el color rosa y que era capaz de teñirme del color, me miró muy por encima. Así que, supongo que no le importa. —dijo al final, encogiéndose de hombros.

—Y tu que tenías miedo, ash, tonto. —con su dedo, golpeó suavemente las sienes de JaeMin. Sacándole una risa por el pequeño golpe.

—Ajá, así que te sientes muy rudo para golpearme, ¿eh? — recostó a JeNo debajo suyo y lo miro mientras sonreía con malicia, el castaño debajo se lo imaginaba.

Cosquillas... aquellas odiosas cosquillas.

Las manos de JaeMin fueron directo a las costillas del mayor por meses, picándolas con suavidad, sacando las risas de los labios de JeNo. Melodía que era hermosa para los oídos de JaeMin, nunca se cansaría de escuchar reír o ver sonreír a JeNo.

Luego de suplicas, jadeos y risas. Ambos se detuvieron, quedando así, JaeMin encima de JeNo, con sus manos alrededor de sus caderas, acariciando con suavidad. Las respiraciones de ambos se tranquilizaban al paso del tiempo. JaeMin admiraba los ojos del moreno. Siempre había escuchado que los ojos eran las ventanas del alma.

¿Entonces el estaría viendo todo el amor que le tenía en su alma?

Las manos del pelirrosado llegaron al rostro de Lee, acariciando con suavidad las tersas mejillas. ¿Acaso no se daba cuenta de la hermosa escultura de arte que era? Porque JaeMin pensaba que JeNo era una obra hecha por los dioses. Una de las personas más hermosas que sus jóvenes ojos había apreciado. El cabello de la obra de arte estaba despeinado, como si todo fuese arreglado, subió un poco más su mano y se dedicó a acariciar las suaves hebras. Los ojos de JeNo se cerraron por inercia, le gustaba demasiado las caricias que dejaba JaeMin en él, y más si era en su cabello. Luego paso a su frente, acariciando con lentitud está, dejando pequeños besos de vez en cuando en la piel, luego a su pálida nariz, besando la punta. Los carillos, los cuales también acaricio. Y luego, aquél dulce veneno; sus labios. Primero decidió acariciarlos, con dulzura, notando lo suave que seguían siendo. Después, beso el labio superior, dejando escapar un jadeo del dueño de los belfos.

—JaeMin-ah... —Aquello había salido por equivocación, gracias a aquello, JaeMin pensaba que, su nombre en los labios del chico que amaba, era una de las mejores cosas que había escuchado, luego de su voz y claramente, su risa.

Los beso, lento y suave, como la primera vez que todo sucedió entre ambos. Fue un choque entre ellos, un choque que provocaba una sensación de calidez en los corazones del otro. Sintiendo como sus labios encajaban perfectamente, como las manos del menor se movían realmente bien en las hebras de su cabello.

—JaeMin-ah, te amo. —dijo luego de separar sus labios del menor, notando lo rojizo e hinchados que estaban. El nombrado se acerco, acarició sus narices y con una sonrisa dijo:

—Yo también, JeNo.

—(„ᵕᴗᵕ„)

cute -inserte voz de jackson-.

el chico entre mis brazos; nomin.Место, где живут истории. Откройте их для себя