No estoy sola

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Me despierto y giro mi cabeza hacia la izquierda, y lo veo durmiendo al lado mío. Trato de incorporarme sin despertarlo pero es imposible, ya que me tiene abrazada fuertemente como si me fueran a llevar. Entonces se me ocurre una idea y lo beso despetándolo. El me mira y me vuelve a besar y así seguimos durante mucho tiempo hasta que lo escucho:

-Ya paren que me dan asco.

-¿Y a ti quien te invito?, Haymitch- le digo sonrojandome, a lo cual el me contesta con una carcajada.

-Effie llegó hoy y los vino a visitar- nos dice- está abajo.- dicho esto baja.

-Creo que deberíamos bajar- dice Peeta, levantándose.

-Si tienes razón, pero no así- digo señalando su cuerpo. Tiene puestos unos boxers y nada más.

-Y tu tampoco así- dice, ahora el señalando mi cuerpo. Tengo puesta la ropa interior y una remera suelta,  nada más.

Me levanto y le digo: -Tu bañate mientras yo preparo la ropa para los dos.- Dicho esto lo empujo dentro del baño. Nos preparo la ropa y, cuando Peeta sale, me meto en el baño. Nos vestimos y bajamos.

Pero no esperábamos ver a Haymitch y a Effie besándose.

-Ya paren que me dan asco- digo imitando el tono de voz que Haymitch uso cuando nos dijo eso.

Peeta y yo nos partimos de la risa mientras Effie y Haymitch se separan sonrojándose lo que aumenta más nuestras carcajadas. Me tira una mirada asesina y luego se vuelve hacia Peeta arqueando una ceja. Peeta pone los ojos en blanco y, con la cabeza, dice que no. ¿No que? Decido dejarlo así y después preguntarle.

Es ahí cuando reparo en Effie. Ya no usa peluca, ni ropa extravagante ni tanto maquillaje. Ahora simplemente es una mujer de unos 30 y pico años con ojos verdes y pelo lacio y rubio. Tiene puesto un poco de sombra de ojos y brillo labial. Está usando una blusa verde manzana con unos pantalones negros ajustados y tacos no muy altos, negros con detalles en verde manzana. Effie es hermosa.

-¿Cuanto tiempo llevan juntos?- digo sin pensar

Effie se sonroja y me responde: -Más de medio año. ¿Saben? no fui la única en llegar- dice - hay cuatro personas esperándolos en las casas de la Aldea.

Ahí es cuando la escucho tocar la puerta gritandome: -¡Descerebrada, abreme!

Una historia después de Sinsajo (Los Juegos del Hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora