—Tengo quince minutos para prepararme. — Sonreí a penas. Limpié una de las ultimas lágrimas, intentando levantarme con la ayuda de Renjun.

—Vamos a la enfermería, ¿Ya viste tus rodillas? — El chico señalo mis rodillas, mismas que estaban raspadas. Realmente en el momento no dolía, pero sabía que si no hacía nada al respecto se harían muchas preguntas y dolería en algunas horas. — Jaemin es un idiota. Bastardo inútil.

—Oye, tranquilo. — Reí. Realmente estaba determinado en seguir insultando al chico.

—¡Es que, Norim! — El chico se cruzó de brazos frunciendo el entrecejo. — Todo el tiempo Jeno y yo nos hemos mantenido alejados de esto. Creímos que haría las cosas bien y arruinó todo. ¡Me enoja mucho! Incluso nos prohibió acercarnos a ti.

—¿De verdad? — Cuestioné riendo y Renjun asintió efusivamente. — Bromeas...

—¡Para nada! Cuando se fue a Icheon, nos pidió que te cuidáramos, pero sin que tú supieras de nuestra existencia. ¿Sabes cuán difícil fue eso?

Mi mente regresó en el tiempo. Nunca los había visto. ¿Realmente lo había hecho?

—Vamos Renjun, tengo que prepararme. — El chico asintió y sonrió. Seguido de esto se acercó a mí y tomó mi mano para pasarla por su hombro. — Puedo caminar, sabes.

—Pero me gusta ser tu apoyo, Norim.

Una última sonrisa apareció en su rostro para que ambos empezáramos a caminar.

[...]

Había una venda en cada una de mis rodillas. Podía notar varias miradas en mí, incluida la de Renjun.

Había llegado la hora. La hora del concurso.

Estábamos sentados en dos mesas de cinco personas cada una. En medio estaba el juez, observando sus tarjetones, donde seguramente estarían las operaciones que realizaríamos.

Para mi buena suerte, me había tocado lejos de Jaemin, pero mi buena suerte no era del todo buena, ya que podía verlo de la manera más clara, al tenerlo en frente. No encontraba la manera de no mirarlo.

Varias veces lo había visto mirándome, pero antes que hacerme sentir bien, me ponía nerviosa y me enojaba en sobre manera.

—Bien, daremos comienzo a lo que será nuestro concurso de Matemática...— El maestro empezó a dar las indicaciones y los nervios que creí que ya no estaban se hicieron presentes en la parte más baja de mi estómago. — Cada uno tendrá 5 minutos para responder su operación...— Me perdí en la explicación al ver a Renjun saludándome.

Sonreí por ello y lo saludé de vuelta. A su lado había una chica que lo miraba extrañado. Me miró a mi saludándolo y seguido de ello llamó a su amiga, para señalarme de la manera menos discreta.

"Ella fue la que se confesó a Na" "Que valiente" "Seguro la rechazaron"

Nuevamente, y de la manera más segura podía asegurar que eran los mismos comentarios que hace dos años. Eran las mismas miradas.

Las operaciones fueron colocadas frente a mí. Todas parecían complicadas, pero no lo eran, era solamente mi mente que estaba un poco bloqueada.

—Pueden comenzar. — Se dio la indicación y tomé mi lápiz.

No pude comenzar, porque sentía vergüenza.

Esas dos chicas me miraban, ¿Cuántas personas más no estarían mirándome de esta manera?

Cerré mis ojos, intentando concentrarme. Seguro había perdido dos minutos de los cinco que tenía. Tomé una inspiración profunda y abrí nuevamente los ojos.

Falling again» na jaeminWhere stories live. Discover now