#3

10.4K 814 86
                                    

¿Alguna vez se preguntaron porque sentían tanta idiotez por una persona? Yo más de una vez, más por un hombre ¿Qué tenía el que otra chicas no tuvieran? No lo sé pero me gustaba sentir lo que sentía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Alguna vez se preguntaron porque sentían tanta idiotez por una persona? Yo más de una vez, más por un hombre ¿Qué tenía el que otra chicas no tuvieran? No lo sé pero me gustaba sentir lo que sentía. 10 años y mi mierda crecía, estaba dándome cuenta de cómo me trataba el mundo, mi espalda se comenzaba a encorbar y mis pasos empezaban a arrastrarse, no demasiado, pero lo suficiente para empezar a darse cuenta de las cargas que llevaba, sin embargo nadie parecía darse cuenta del abismo al que pronto caería.

Mis ojos empezaban a perder brillo y empezaba a pensar que lo mejor hubiera sido no nacer y así me hubiera ahorrado tanto dolor, tantas penas, tanta mierda. La nube de dudas seguía en mi cabeza ¿Que quería? ¿Porque sentía eso? ¿Qué era aquello que sentía? ¿Porque el? Preguntas así giraban en mi cabeza día y noche, no me dejaban conciliar el sueño y hacían que no prestará atención en clase, había algo que me lo impedía. Siempre había sentido que algo me comía internamente.

Algo en mi durante ese tiempo quería darle sentido a la vida, una pequeña parte que estaba en desacuerdo con todo mi pensar, tal vez debí escuchar a esa débil voz que me rogaba que pensará positivo, pero no lo hice, era tan débil que apenas se divisaba entre gritos desesperados que me pedían terminar este sentimiento, este pesar, estos estúpidos e inútiles días que solo eran una tortura continua física y psicológica, tanta gente borrosa que me molestaba y me gritaba lo inútil que era, pero aún así, esa pequeña y débil voz se mantenía por una persona tóxica que me dañaba y me ayudaba a la vez, me ahorcaba con una mano mientras con la otra me acariciaba el cabello, me daba apoyo de frente mientras detrás me clavaba un cuchillo; la tormenta seguía pero kacchan era mi sustento, un sustento débil que apenas y se mantenía sujeto, de alguna manera quería aferrarme a la falsa seguridad que kacchan me daba, era culpa de ese sentimiento que conserve hasta el final, aquel sentimiento que jamás me abandonó.

12 años y yo recién lo noté, estaba enamorado de kacchan pero no quería aceptarlo, eso solo hacía más pesada mi carga ya que tenía en mi pecho un sentimiento que no podía revelar debido al miedo profundo a su rechazo total, miedo de que aquel soporte que me ayudaba a mantenerme firme en la tormenta saliera volando por la misma arrastrándome junto a él, lo mejor era soltar aquel soporte, tratar de caminar entre la ventisca diaria y pesada incluso si me hundía, sin embargo aquel soporto ahora no quería soltarme a mi, solo encajaba más sus astillas a mi piel, haciendome tanto daño en todo sentido, incluso si quería alejarme de kacchan el no se alejaba de mi lo cual hacía más difícil todo, hacía más difícil el tratar de borrar esos sentimientos y aclarar la tormenta, el siempre hacia la tormenta aún más intensa.

La débil voz de positivismo fue desapareciendo poco a poco con los meses, para el año y medio, poco antes de esta estúpida pero firme descision fue cuando deje de escuchar la frágil voz de porcelana que me decía que debía ser positivo y no dejarme llevar por lo malo, todo ahora eran gritos que me pedían lo peor, hacerles pagar lo que me hacían, esos gritos jamás les escuché, prefería escuchar los que me pedían llorar y arrastrarme, dejarme hundir en la arena de mi vida, los que me pedían que terminara con mi vida

La débil voz de positivismo fue desapareciendo poco a poco con los meses, para el año y medio, poco antes de esta estúpida pero firme descision fue cuando deje de escuchar la frágil voz de porcelana que me decía que debía ser positivo y no dejarme...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

2 AM y yo aquí actualizando

Nota de suicidio|| Izuku MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora