¿Qué procede ahora?

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- Y-yo n-no se si esto s-sea... - Tartamudenado comenzó a hablar algo que no deje que terminase ya que volví a juntar sus labios con los míos, sin duda alguna la mejor sensación que he sentido.

- No te preocupes... con esto me demuestras todo. - Con una sonrisa hable luego de volver a separarnos, en eso Ciel desvió su mirada de mi mientras que se aferraba un poco más a mi en un abrazo.

- T-te amo. - En un pequeño susurro me dijo aquello para luego ocultar su rostro en mi pecho, verdaderamente tierno para mi.

- Yo igual. - Le respondí abrazándolo un poco más fuerte. - Y... lo siento por haberte dicho esas cosas el otro día. - En eso le volví a pedir disculpas.

- Esta bien, supongo que entiendo la razón. - Me respondió separándose un poco de mi para darme nuevamente un beso, pero ahora en la mejilla. Es un acto muy tierno ciertamente. - Bue-bueno supongo que y-yo me tengo que ir. - Casi al instante se separó más de mi y luego se dio media vuelta.

- Hey!!! - Al mismo tiempo lo tome del brazo antes de que avanzará más. - Serás!! Primero me das un beso para después declararte bien y ahora te quieres ir y dejarme. - Le dije mientras que lo atraía a mi y lo abrazaba por la cintura.

- N-no es solo que... Déjame!! - Trato de soltarse pero al final termino correspondiendo. - Ahora me da pena. - Dijo en un susurro casi inaudible.

- Entonces por que me besaste? - Pregunte con un tono algo burlesco.

- Eso es por que... Fue lo único que pude hacer. - Respondió agachando su cabeza mientras que se lograba apreciar cierto sonrojo, obviamente por la pena.

- Esta bien, no te preocupes. - Le dije para que se calmara. - Pero al menos se considerado y no te vallas, ¿bien? - Antes eso Ciel solo asintió. - Y bueno, hay algo que quiero pedirte. - Cuando dije eso él volteo un poco para verme.

- Qué ocurre? - Me preguntó observándome.

- Es que yo, bueno... Rasgue los guantes. - En ese momento logre ver como la mirada de interés de Ciel se redujo a una de fastidio.

- En serio? - Me preguntó algo molesto.

- Si jeje, es solo que tu dijiste que eras el único que podía... - Me vi interrumpido por que Ciel me pidió el guante con un ademán de las manos a lo que yo se lo di.

El se soltó de mi agarre y empezó a ver los guantes. - Solo te haré una pregunta... ¿Cómo fue que terminaron así? - Me preguntó mientras me mostraba el guante.

- Pues... Dos estatuas y un espejo no son algo simple y blando que digamos. - Ante ese comentario recibí una mirada de odio y fastidio por parte de Ciel.

- No diré nada más. - Dijo eso y luego se sentó en el piso. - Y... supongo que debido al espejo te cortaste... es que hay una leve mancha de sangre. - Apuntando a la mancha me cuestionó.

- Pues digamos que si, de hecho por eso se rasgaron, el vidrio se encajó en mi palma. - Le respondí mientras me sentaba a su lado. - Si los puedes arreglar verdad? - Pregunté observándolo.

Entre Angeles y Demonios. Un Amor Prohibido (HIATUS)Where stories live. Discover now