14. La cita.

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El rubio sonrió al escuchar al castaño, no cabía de emoción, y que conste que tenía todo el derecho de emocionarse porque lo invitasen a salir puesto que era lo mas normal que le había sucedido en todo el día.

-Cuando quieras, lindura.- Respondió Dean con coquetería. Se sentía in maldito galán de telenovela, un tipo de esos libros de caballeros antiguos, valientes, leales; así se sentía estando con Stiles.

Era como si cada pecado cometido, fuera perdonado. Que cada gota de sangre derramada fuera lavada en gloria.
Como bañarse en la gratitud y llenarse de la esperanza del nuevo porvenir.

Al día siguiente, ambos se preparaban para su cita, no era algo muy llamativo pues los dos tenían gustos y anhelos mundanos, lo mas cercano a la normalidad era lo mejor; así que irían a una cafetería y se divertirían charlando.

-No olvides tus modales.- Le dijo Sam a su hermano mientras este de acicalaba frente al espejo.- No hables con la boca llena, límpiate varias veces si comes una hamburguesa porque siempre te llenas de catsup.

-Claro mamá, por cierto, me cambie yo solito el pañal.- Se burló el rubio pero Dios... Bueno, Chuck sabía que se meaba de los nervios.

-Lo digo enserio. Es tu primer cita real, me emociona.- Sam se detuvo antes de que su hermano soltara algo como "Deja de ser tan sensible, o te volveré a llamar Samantha".- Divertirte, y disfruta.

-Mmm. Eso si que lo haré.- Sonrió Dean, levantando las cejas y sonriendo coqueto a su reflejo.

-Cerdo.- Negó Sam, tratando de no imaginar como su hermano satisfacería sus apasionados deseos carnales con el muchachito que con ilusión le esperaba.

-Tu eres el pervertido.- Se rio el rubio y salió listo para pasar la tarde con el chico mas lindo que sus ojos habían visto.

Stiles se había vestido lo mejor que su escaso guardarropa con el que habia viajado le permitía, pero siendo toda su ropa miu similar, estaba bastante conforme con su look casual de jeans, nikes y sudadera, con una camisa lisa debajo.

Y aunque Dean, no necesitaba esforzarse demasiado en su imagen, se había tomado el tiempo de peinar delicadamente si cabello, limpiar sus botas y asegurarse de que ni sus jeans ni su camisa tenían arrugas. No había duda de que ambos estaban emocionados por el encuentro.

De camino hablaron poco, mas bien disfrutaban de la compañía mutua, las palabras sobraban y el ambiente era tan tranquilo que en ningún momento se hizo el típico silencio incómodo.

-Yo quiero, papas fritas, una malteada, hamburguesa doble y un trozo de pay.- Pidió el rubio ojeando la carta del local, ignorando en todo momento a la sexy camarera que esperaba llamar si atención.

-Muy bien cariño.- Dijo ella coqueta, exhalando cada palabra y luego miró a Stiles, que si bien era muy guapo, se le figuraba muy joven.- ¿Tu que quieres, tesoro?

-Pizza de peperoni, soda de dieta y una rebanada de pastel de chocolate.- Sonrió Stiles, más cuando la chica se esfumó.- Estoy seguro de que te dará su número en un trocito de papel, con si nombre y un beso pintado.

-Qué descriptivo.- Sonrió Dean.- ¿Quieres apostar?

-Me parece que eres demasiado hábil en esto, los juegos de azar no son mi fuerte.- Respondió el castaño mirando a la camarera volver.- Pero si te lo da, me dejarás conducir de vuelta.

-Trato.- Aceptó el rubio joven recibió su comida con ímpetu, se río cuando su mano dio con un papelito doblado bajo su plato.- Espero que seas buen conductor.

-De los mejores.- Confesó Stiles mordiendo su pizza.- ¿Qué hay de ti?

-¿Qué si soy buen conductor?- Preguntó con un bocado de su hamburguesa en la boca, al darse cuenta se disculpó.

-No importa.- Admitió Stiles tomando una servilleta y limpiando un poco de mostaza en la barbilla de Dean.- Me refiero a ti, háblame de tu historia, todo.

-Ya te hablé de eso.- Suspiró el rubio mordiendo de nuevo su manjar de carne y tocino.- He cazado monstruos toda mi vida, no hay más.

-Mientes, lo veo en tus ojos.- Alegó el castaño sorbiendo a su malteada.- Dime algo que no le hayas dicho a nadie en toda la vida.

-No se me ocurre nada.- Excusó Dean pero al ver la mirada esperanzada de Stiles meditó la idea de abrirse con alguien que realmente queroa saber sobre él.- Mojé la cama hasta los diez años, solamente lo sabe Sam pero no hablamos de eso, desde que mi madre murió le he tenido miedo a tantas cosas, cuando papá se dio cuenta de lo que me pasaba decidió que poner un arma en mi mano era la mejor ayuda que podía darme, ya no mojo la cama pero sigo teniendo miedo.

-Te entiendo, un poco.- Sonrió Stiles.- Pero si de algo sirve, eres el hombre mas valiente que he conocido.

Dean se sonrojó con violencia ante semejante cumplido y trato de desviar el tema a algo que le interesaba más.

-¿Cuantas relaciones haz tenido?- Preguntó el rubio ofreciendo papas al castaño.

-Hum, que de verdad cuenten, una. Malia, es una chica coyote.- Respondía Stiles comiendo papas.- Terminamos hace mucho, ya no nos entendíamos.

-¿Acabó mal?

-Para nada. Somos amigos.- Aclaró Stiles.- ¿Qué me dices tu?

-No, he huído de las relaciones formales toda mi vida.- Confesó muy alegre el rubio a lo que Stiles preguntó las razones de su deseo de escapar al compromiso.- Entre menos personas haya en mi vida, menos personas la dejarán.

-¿Entonces decides privarte del derecho mundial de amar?

-Es mi única defensa.- Dijo con simpleza.- Además, no había conocido aún a la persona indicada.

-¿Ahora si?- Inquirió el castaño.

-Puede ser.- Asintió Dean, mirándole a los ojos y sonriendo como hacia tanto no podía hacerlo.
























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Nuevo capítulo. Gracias por leer, felices fiestas. 💖💖💖

TENEBRIS || STEANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora