Capítulo 28: Guerra de pinturas.

309 11 0
                                    

Hace unos días el doctor encargado de mi embarazo me informó que el día puede llegar en cualquier momento, lo cual me emocionó mucho. Esta mañana James y yo habíamos ido por pinturas al centro de la ciudad, íbamos a pasar la tarde preparando la habitación de nuestra Naomi.

Cada vez que imagino como será nuestra hija, mierda, me emociono mucho, creo que será preciosa como James, imagino lo felices que seremos los 3 juntos. Una gran mezcla de sentimientos aparece en mi estómago al pensar en ello.

Escogimos un rosa pastel para las paredes. También una cuna de madera blanca y un mueble de Minnie, la habitación quedará muy adorable.

James y yo pintábamos algo concentrados en cuanto James voltea y me besa.

-¿Qué fue eso, tan inesperado? -pregunté curiosa.

-Nada, es sólo que te amo, me encantas, me encanta esta preciosa relación y la familia que estamos formando, pequeña. -dijo tierna y emocionadamente.

Miré al suelo y una sonrisa sincera esbozó de mi rostro, estaba feliz de tener a alguien como James a mi lado.

Cuando menos lo esperaba, James me salpicó con pintura y luego rió.

-¡Idiota, la pagarás! -exclamé amenazante.

-Inténtalo si puedes. -rió.

Perseguí a James hasta que ya no tuvo escape, me hizo un puchero en señal de que tuviese compasión por él y no me vengara, pero ¿Creía qué me convencería? ¿Después de salpicarme con pinturas? está muy equivocado. Puse mucha pintura en su rostro y reí.

-Me rindo. -dijo fingiendo seriedad.

Sabía que algo tramaba, pero no le tomé importancia, lo que fuese, podría vengarme.

James tomó la brocha con pintura y se acercó a mi, me alejé en un intento de evitar que me pintara.

-Tranquila, no haré nada malo. - dijo en tono sincero.

-¿Por qué debiese confiar en ti?

-Porque me amas.

-Eres un idiota.

-Pero aún así me amas.

Estaba en lo correcto, ganó esta vez. Confié en él.

Se acercó a mi, levantó mi blusa vieja -la cual tenía puesta para pintar la habitación- y con la brocha dibujó una cara feliz en mi gran panza.

Me pareció muy tierno, me acerqué a el, me tomó de la cintura y nos besamos. Fue un beso tierno. Me sentía tan feliz a su lado, era un día perfecto. Nos separamos lentamente luego de besarnos, nos sonreímos y en ese instante sonó mi iPhone arruinando el momento, alguien llamaba.

Me acerqué a buscarlo, miré la pantalla para ver quien llamaba: "papá" decía en la pantalla.

No eres el típico idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora