P R Ó L O G O

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Venom comía como siempre; rápido, concentrado y voraz, la diferencia es que esta vez no sería como cualquier otro día. Maldito clima que alteraba su "cuerpo".

El simbionte detuvo en seco sus movimientos y esto no pasó desapercibida por su portador, le miro confundido.

—¿No te gustó? —Preguntó al ver que su amigo se detuvo.

—Mierda... —Maldijo por lo bajo.

—Eh parásito. Podemos pedir una pizza sí eso quieres —Dio una solución. Eddie volvió la vista al espagueti.

—Mierda. No, no, no Eddie, levanta tu trasero de marica —Ordena Venom, su voz se vuelve más grave de lo habitual, imponente. Esto causa un escalofrío intenso que inicia en la espina dorsal y finaliza en la coxis de Eddie.

—¿Qué, por qué? —Eddie no comprende, quedándose así en el mismo lugar.

Venom con poca calma y paciencia se deslizó por todo el cuerpo del castaño, cubriendo cada parte y centímetro de piel del contrario, obligó a que se levantara de la silla precipitadamente, y sin poca espera, yendo hacia la ducha. Eddie jadeo dentro de toda aquella gruesa piel negruzca, la temperatura se intensificó casi como una fiebre.

Sentía un intenso ardor que sin poder evitar le provocaba dolor.

—¿V qué-qué sucede? —Busco su voz dentro de sí, una preocupación albergó su pecho. No era común que el simbionte no absorbiera (por no decir tragar) el virus de su cuerpo.

Eddie creyó que era alguna enfermedad.

—No hables más, Eddie —Ordena el alienígena.

Sin poder evitar su lado periodista, las preguntas y dudas atacaron su cabeza como si fueran alfileres atravesando ropa, Eddie se preguntó el porqué se sentía de aquel modo, el cambio hosco de la voz de Venom y aquel ardor que le causaba una irritación terriblemente placentera.

Ghm —Un sonido ahogado escapo de los labios del castaño, obligando a Venom a tratar de controlar la situación.

—Deja de gemir como marica barata —Comenta molesto el simbionte.

Eddie no respondió. El castaño supo que en cualquier momento que decidiera abrir la boca, aquellos sonidos combinados con suspiros e intentos de recuperar el aliento saldrían de sus labios, y de verdad sería la puta barata que dijo Venom que era.

Esto no es ninguna enfermedad —Eddie pensó dentro de su cabeza — ¿Qué mierda nos sucede, V? — Pregunta esperando una respuesta por su parásito, pero lo único que recibe es el agua helada y como final, un gruñido.

Eddie cree que es granizo el que ataca su cuerpo.

—¡Esta helada! —Un grito escapa de la boca de Eddie.

El ardor intenso que aún estaba recorriendo la sangre y cada rincón del cuerpo de Eddie no evitaba que sintiera la helada agua de la regadera.

Cinco minutos más tarde, la viscosa y segunda armadura negra fue desapareciendo dentro del cuerpo de Eddie, dejándolo empapado, tiritando y sintiendo un frío que creía que le calaba hasta los huesos.

—¡Idiota! ¡¿Por qué hiciste eso parásito?! —Eddie pregunta realmente molesto. Ahora no solo debía preocuparse por quitarse aquella ropa, sino que también debía de ver por algún resfriado y la situación de Venom.

Lentamente fue despojándose de sus prendas más que húmedas que se adherian a su cuerpo como si fuera el mismísimo Venom, la diferencia era que estas pesaban, estaban frías y goteaban y al castaño no le agradaba aquella sensación. Se puso una bata cuando por fin tuvo todas las prendas fuera de él.

Symbionte en celo. [#1]          (Veddie) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora