Capítulo 28

72.6K 4.6K 1.1K
                                    

(Casandra)


Halcón rojo: ¿Cómo que no te has dado cuenta? ¿Sabes que me has tenido buscándote durante horas?

BAM-Cass: ¿Perdona?

Estaba confusa ¿Cómo que me había buscado durante horas? Ducado ya le debería de haber dicho que me había ido a esta casa. Aunque no supiera la dirección exacta. Vale que no me había despedido de él antes de irme, pero tampoco es que tengamos ese tipo de relación como para que se ponga así conmigo.

Halcón rojo: ¿Solo me vas a decir eso? ¿Dónde estás? Quiero la ubicación exacta.

BAM-Cass: No te la voy a decir.

Halcón rojo: Mira que eres cabezota. No solo me apuñalas con un cuchillo sino que también huyes para escaquearte de cuidarme.

Espera ¿apuñalar? Al único que yo he herido así fue a Troy no a Hank.

BAM-Cass: ¿Troy? ¿Qué haces con el usuario de Hank?

No entendía como había conseguido hackear a Hank siendo él tan bueno con eso.

Halcón rojo: Me lo ha cedido amablemente.

BAM-Cass: ¿Qué dices?

No me lo podía creer.

Halcón rojo: Ya que no me lo quieres decir Hank te ha encontrado estaré allí en breve. No te muevas o veras.

Se desconectó. ¿Qué acaba de pasar? ¿Estaba de broma no?


(Troy)


Al final no pudimos interrogar a Adam porque Ducado recibió una llamada y tuvo que irse. Aprovechando que estaba ahí fui a por Hank, si alguien sabia localizar a una persona que Ducado escondía ese sería él.

-Oye Hank.

-¿Qué quieres? –dijo sonriendo con humor, sin levantar la vista de la pantalla.

-¿Cómo sabes que te voy a pedir algo? –pregunte sentándome a su lado.

-Porque no soy tonto –dijo mirando con una sonrisa cómplice.

-Vale, frena esa sonrisa. ¿La puedes encontrar?

-Si tuviera algo tecnológico, sí. Pero ya lo he intentado.

-¿No hay otra manera?

-Sí, pero lleva tiempo y Ducado la ha escondido por algo.

-No me jodas. Pero yo quiero saber la dirección. Así que ¿Qué quieres a cambio?

Todas las personas tienen un precio.

-¿Me estas pidiendo que traicione a Ducado?

-No es traicionar... es ayudar a un compañero.

-¿Eso va a colar?

-Soy Tirano, yo asumiré las consecuencias.

-Vale, si así lo quieres.

-¿Qué me va a valer?

-Nada, lo iba a hacer antes de que llegaras tu –dice sonriendo.

-¿Por qué? –pregunte con desconfianza.

-Alto ahí, chico celoso. La considero una amiga, nada más. Me quede con ganas de seguir conociéndola. Hace años que hablamos por chat pero nunca en persona y impacta saber que es la sobrina del que considero casi un padre.

-¿Celoso de quién?

Justo cuando me iba a contestar en su pantalla salió un aviso.

-Vamos a tener suerte y todo. Se acaba de conectar al chat.

Le quite el teclado para escribirle yo.

Mientras yo escribía Hank la buscaba y no tardo nada en decirme donde estaba. No era lejos de aquí pero si en una zona donde no solemos acercarnos. No es de nuestro estilo pero si Casandra estaba allí yo iba a ir.

-Me voy a buscarla –dije saliendo por la puerta.

Salí de la casa de Ducado poniéndome el casco para no tardar ni dos segundos de más. Maneje por la carretera como tiburón en el mar.

Me plante frente a la puerta de la casa y pique. Pero no contestaron. Volví a picar. Esta vez escuche pasos acercarse a la puerta y una respiración agitada.

-Abre, sé que estás ahí –dije volviendo a picar.

-Vete –me contesto ella.

-No me voy a ir, así que abre o te denuncio por agresión.

-¿Perdona? –Dijo cometiendo el error de abrirme la puerta- Te tendría que denunciar yo por secuestro.

-Inténtalo –dije cogiéndola en brazos y entrando.

Cerré la puerta tras de mí, ignorando su rabieta. Me senté con ella encima en el sofá.

-Suéltame –dijo revolviéndose en mis brazos.

-¡Hay! –me queje cuando se revolvió dándome en la herida.

Paro de moverse y me miro.

-¿Te he hecho daño? –pregunto seria.

-¿Ahora o cuando me apuñalaste? –digo fingiendo dolor.

-Ahora, idiota.

-Si –miento fingiendo dolor- A lo mejor se ha abierto la herida.

-Suéltame. Déjame ver.

-No, ni sueñes que te voy a soltar. ¿O lo que realmente quieres es bajarme los pantalones?

-Serás cerdo –se quejó dándome un golpe en el hombro- Ahora si suéltame.

-¿Por qué huiste del coche, esta vez? –pregunte cambiando de tema para que dejara de insistir en que la soltara.

-Pues porque –empezó a responder confusa por el cambio de tema- Supongo que ya lo puedo decir. Pensaba que estabas aliado con el asesino de mi madre.

-¿Creías que Ducado había matado a tu madre?

-Sí, y resulta que es mi tío –dice fingiendo humor.

-Lo sé, ya me he enterado.

-¿Sabes todo? –pregunto molesta.

-Sí, ¿por? –pregunte frunciendo el ceño.

-¿Por qué te lo ha dicho?

-¿Por qué no debería?

-Porque es mi vida no la suya.

-Pero la vas a compartir conmigo –dije serio.

-¿Qué dices? –pregunto confusa.

-Porque diga lo que diga Ducado, aunque sea tu tío o lo que quiera ser, tú eres mía. Y antes de que me digas que no eres un objeto en venta, tengo que decirte que no es porque tu p... porque Spencer te vendiera a mí. Eres mía porque yo lo digo y tú también lo quieres así.

Antes de que pudiera insultarme otra vez le agarre del cuello de la camiseta y tire hasta que estuvo lo suficientemente cerca como para que nuestros labios se rozaran. Casandra se quedó tiesa por la sorpresa.

Acabe de acercarme y le bese. Cuando se rindió pude profundizar el beso y saborearla, dejándome introducir mi lengua en su boca. Enredando nuestras lenguas. Casandra también respondía al beso con pasión y deseo.

-¿Lo ves? –Dije ronco cuando acabamos de besarnos- Tu también me quieres para ti.

Casandra no respondió, tenía la respiración agitada y el pulso a mil, como yo.

-Tengo hasta calor –dije sonriendo- Quizás ahora sí que me sobren los pantalones.

-Serás cerdo –dijo levantándose, escapando de mis brazos en un despiste- Ire a llamar a Paulo.

VendidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora