Capítulo 24

75K 4.6K 181
                                    

(Troy)


¿Nada podía salir como yo quería? Parecía no ser mi día, ni de lejos.

Cogí las esposas con las que había dejado atada a Casandra. ¿Cómo se las ha quitado? ¿Magia? Parece que tiene un don para escapar que superaba mis expectativas.

-¿Alguno dejo alguna llave de esposas por el coche?

-No –dijeron Marc y Rose a la vez.

-Entonces sí que no lo entiendo.

-Es una chica lista, habrá usado algo como llave.

-Para eso tiene que tener practica y no la veo como una chica que necesite saber esas cosas –dije usando la lógica.

-No sé, también puede que le vinieran grande o no se me ocurre otra cosa.

-Sera eso... -murmure.

Sabía que no había sido eso. Yo mismo me había asegurado de que no se pudiera escapar. Me sentía tan torpe como Marc al dejar la ventanilla abierta.

-Bueno, en cuanto lleguemos a casa pillare la moto, vosotros lo que queráis, para buscarla.

-¿Y qué va a pasar con Adam y Spencer? –pregunto Marc intentando cambiar de tema.

-Serán interrogados y luego ya decidiremos con Ducado.

-¿Te podías imaginar que Adam estaba tras esto?

-No. Me siento más decepcionado que cuando se fue por su cuenta.

Lo que había hecho Adam no tenía nombre. Intentar arruinar a los que lo sacaron de la calle. Eso era muy suicido. ¿Además que sacaba de bueno? En mi opinión nada.

Aún recuerdo la competitividad por todo lo que hacíamos, solo quería llamar la atención de Ducado. Quería ser su brazo derecho, y yo simplemente me dedicaba a hacer los trabajos de la manera más limpia posible, mientras que Ducado solo nos mandaba trabajos simples para no ponernos en peligro. Adam tenía una manera muy agresiva de solucionar el más mínimo problema, por su culpa acabamos con las manos manchadas de sangre demasiado pronto.

El plato fuerte es cuando vio que con su actitud Ducado no le dejaría llegar tan lejos como Adam quería. Irse enfado y formar su banda era algo que Ducado parecía saber que pasaría. También sabía que yo me iría y formaría mi banda, manteniendo un buen contacto.

Mira que en su día lo consideraba a Adam un amigo, no intimo porque éramos demasiado diferentes y ambos con mucho carácter, pero si era alguien en quien confiar, al menos al principio.

En cuanto a que buscaba exactamente no lo sé, pero ya lo averiguaríamos cuando los interrogáramos. Lo que más me confundía era la alianza que había creado con Spencer. No tenían nada en común.

A Spencer por otra parte no le guardaba rencor por unirse a Adam para ir contra mí. Tenía ganas de matarlo por haber sido capaz de vender a su propia hija. No me entraba en la cabeza que clase de hombre se considera un padre y hace eso. Aunque por otra parte gracias a su gran estupidez Casandra llego a mí. Eso era lo único bueno que había logrado ese gilipollas.

Una vez llegamos a casa cogí la moto y enseguida me fui a buscar a Casandra. A estas alturas podía estar en cualquier lugar. Pero todas las veces que se ha escapado ha seguido un patrón... bueno menos cuando intento escapar hoy que me ha apuñalado. Siempre suele acabar en lugares conocidos para ella o en algún bar para comer.

Conduje hasta su escuela pero por allí no había pasado. Luego me fui recorriendo los parques y lugares públicos para ver si estaba entre la gente. Pero no hubo resultado. No sabía dónde podría estar. Llame a Marc y Rose pero ellos tampoco la habían encontrado y ni tenían idea de donde podría estar. No podía estar lejos iba sola y sin un euro. ¿Cómo podía ser tan difícil?

Tenía que encontrarla. No es que la quisiera tener retenida contra su voluntad a mi lado pero tampoco podía hacerme a la idea de que estuviera donde yo no la podía encontrar. Había algo dentro de mí que necesitaba tenerla cerca. Era una necesidad más que un capricho.

En ese momento mi móvil sonó y conteste sin mirar.

-¿Si?

-Troy ¿Dónde estás? –era Ducado.

-Buscando a Casandra.

-Que lento eres. Anda vente y deja a tus chicos hacer el trabajo. Tenemos que hablar.

-Ire en cuanto la encuen...

-Puedes estar tranquilo Casandra está bien –me interrumpió.

-¿Cómo? –Pregunte desconcertado por su comentario- ¿Tu sabes dónde está?

-De alguna lo sé. Ahora, ¿puedes venir?

-En cinco minutos estoy ahí –dije antes de colgar.

Mande un mensaje a todos para que volvieran a casa y dejaran de buscar a Casandra antes de volver a subir a la moto para ir a casa de Ducado lo más rápido que se podía con esta moto.

En menos de tres minutos ya estaba frente a la puerta de la casa de Ducado picando. Me abrió uno de sus hombres.

-¿Dónde está Ducado? –pregunte sin rodeos mientras entraba.

-En su despacho.

Como ya me conocían no ponían resistencia a decirme nada. Me dirigí a su despacho, conocía el camino como la palma de mi mano. Es lo que tiene haber vivido aquí parte de mi vida aquí y que Ducado no haya cambiado ni una puerta de la casa.

Entre sin picar encontrándome a Ducado esperándome con dos tragos en la mano. En cuanto me vio me ofreció uno.

-¿Quieres?

-Lo que quiero saber es donde esta Casandra –dije sin rodeos.

-Está en un lugar seguro –dijo para tranquilizarme.

-¿Dónde?

-Me ha dicho que no te lo diga.

-¿Cómo? Sabes de sobras que es mía. No quiero tener que enfrentarme a ti, Ducado, así que déjate de juegos y dámela –dije desafiándole con la mirada.

-Lo sé, pero las cosas han cambiado. Deja que te explique.

-¿Qué me tienes que explicar?

-Es una larga historia –dije bebiendo el contenido de su baso de un trago.

Me hizo sentarme y ponerme cómodo. Iba a ser una historia larga y algo rebuscada. Y yo estaba más que dispuesto a escuchar cada palabra si al final me decía dónde estaba Casandra.

VendidaWhere stories live. Discover now