Capítulo 4

109K 5.9K 1.4K
                                    

(Casandra)


Me acababa de descargar y guardar todos los datos en mi pendrive.

En ese momento sonó el timbre, así que me acerque a abrir mientras guardaba mi pendrive en el bolsillo.

En cuanto abrí vi a mi padre, estaba serio, comenzó a caminar hacia el salón, seguidamente entro un chico con pintas de malote, vestido medio militar, y detrás de este... no me lo creo ¿Qué hace la pareja está aquí?

Entraron todos al salón, yo me quede de pie mirándoles.

-Papi, te lo puedo explicar.

-Cariño...

-Solo fue una foto, porque estaba en una pose interesante pero la puedo borrar y se acabó el tema –interrumpí a mi padre.

-No están por eso, cariño.

-¿No? –Pregunte confusa -¿Entonces quiénes son?

-Son... -mi padre parecía tener un nudo en la garganta que le impidiera hablar.

-Te vienes con nosotros –dijo el malote interrumpiendo, mientras se levantaba del sofá y se acercaba a mí.

-¿Perdona? No entiendo –dije alejándome.

-Para abreviar tú padre te ha vendido a mí.

-¿Papi? ¿Qué dice? –dije mirando a mi padre.

-Cariño, yo... lo siento, no podía hacer otra cosa, y...

-¿Me has vendido? –interrumpí sintiendo mis ojos aguarse, pero reprimí mis lágrimas.

-Si –dijo bajando la cabeza arrepentido, o para no mirarme a la cara, no lo tengo claro.

El malote se acercó con intenciones de cogerme del brazo, pero fui más rápida y corrí hacia la ventana y salte por ella, aprovechando que estaba abierta, y en cuanto toque suelo corrí.

Es una planta a ras de suelo así que no me hice nada de daño.

Escuche maldecir detrás de mí yo simplemente los ignore y seguí corriendo.

Di una curva y choque contra algo duro, que me cogió antes de caer. Entonces me di cuenta que contra lo que había chocado era el pecho del malote.

-¿Pensabas que podías escapar de mí? –dijo cogiéndome del brazo.

Rápidamente me esposo mi muñeca a la suya.

-¿Pero qué haces? –Le chille forcejeando, mientras intentaba sacarme las esposas- Déjame.

-Tranquilízate ¿Vale? Asume que tu padre te ha vendido.

-Pero yo puedo no estar de acuerdo con ese trato, además soy una persona no un objeto con el que comercializar.

-Lo que digas, pero ahora eres mía.

El malote saco el teléfono, ignorando mi indignación y marco a alguien.

-Ya la tengo –dijo mirando las esposas- dejar a Spencer y venir a buscarme.

Les dijo la dirección de donde estábamos y colgó.

-¿Qué vas a hacer conmigo? –pregunte preocupada.

-Si te digo la verdad aun no lo sé –dijo encogiéndose de hombros.

-Por favor, suéltame –suplique.

En ese momento llego un coche negro, puede ver a la pareja del parque dentro.

-Vamos –dijo dejándome subir primero y él seguido de mí.

Una vez dentro todo quedo en silencio, me puse a pensar en mi situación actual.

Mi padre me ha vendido a una persona que nunca he visto pero mi padre parece conocer desde hace mucho.

¿Mi padre me quiere? ¿Me ha querido alguna vez o todo ha sido una mentira? ¿Le he hecho algo? ¿Es por buscar información de mama? Esas y muchas preguntas más como ¿Por qué me ha vendido? Rondaban en mi cabeza, y puedo jurar que encontrare la respuesta a todas esas preguntas.

¿Y si esta gente es del gobierno y ha venido por haber entrado en su base de datos? Los mire de reojo, no tenían pintas de ser del Ministerio de Seguridad, ni nada por el estilo.

Eso me hacía preguntarme que quien era esta gente.

-¿Me escuchas? –pregunto el chico al que estoy esposada, sacándome de mis pensamientos.

Preferí no decir nada, me limite a levantar la vista y mirarle.

-¿No me vas a responder? –pregunto levantando una ceja.

-Señor estamos a cinco minutos –dijo el chico que conducía.

-Vale- luego el malote me miro a mi- ¿Nada?

No sabía que me había preguntado así que simplemente negué con la cabeza mientras volvía a bajar la vista.

-Señor ¿puedo preguntarle una cosa a la chica? –pregunto la chica que iba de copiloto.

-Claro que sí, Rose. Y dejar de ser tan correctos cuando estamos solos.

-Si lo sé. ¿Por qué le hiciste una foto a Marc? –pregunto Rose.

-Sí, eso ¿Por qué me sacaste una foto? ¿Sabías quién era? –pregunto Marc, que era él que conducía.

-Contesta –ordeno el chico malote que tenía al lado, al ver que yo no tenía intención de hablar.

-Yo... me gusta la fotografía y me pareció interesante la pose que tenías, simplemente te saque la foto.

-Entonces ¿Por qué huiste en el parque?

-Porque os había visto en el restaurante y luego en el parque cada uno en una punta intentando esconderos mientras me mirabais, pensaba que me queríais pillar para denunciarme.

Se quedaron pensativos, yo creo que para adivinar si decía la verdad o no.

En cuanto bajamos del coche, entramos en una enorme casa, el malote nos quitó las esposas. Frote mis muñecas que me dolían de haber forcejeado antes.

-Si se te ocurre escapar, pagaras lo que rompas y te las veras conmigo.

Solo asentí con la cabeza. Se giró hacia Marc y Rose.

-Es tarde, llevad a... -se giró hacia mí- si me dices tu nombre esto sería más fácil.

-Casandra –murmure.

-Bonito nombre –dijo sonriéndome- llevad a Casandra a su habitación.

Dicho esto se fue dejándome junto a Marc y Rose.

-¿Te ocupas tu Rose? –pregunto Marc.

-Si tranquilo –le respondió Rose, luego mirándome a mí- ¿Vamos?

-¿Me llevas a casa? –pregunte esperanzada.

-No –dijo seria- y yo que tú, me quitaría esa idea de la cabeza, esta es tu casa ahora.

-¿Y mis cosas? ¿Y mi todo?

-Tienes lo necesario en tu habitación.

Me llevo hasta mi habitación en el segundo piso. Dejándome sola en la habitación.

Había dos maletas en un lado de la habitación, las reconocía como mías, al abrir una vi que era mi ropa.

-Perfecto –digo con ironía.

Deje las maletas ahí y me tumbe en la cama, boca abajo y deje salir todas las lágrimas que había estado aguantando desde que mi padre había dicho que me ha vendido.


VendidaWhere stories live. Discover now