El primer beso - parte 2

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El primer beso - parte 2.

14 años

—¿Recuerdas cuando me besaste para que Steve no lo hiciera primero? —me preguntó Bucky mientras me lanzaba una trozo de chocolate que agarré en el aire con mi boca.
—Por supuesto, mi primer beso —y cómo no olvidarlo. Los rostros de Bucky y Steve eran épicos, Steve no paró de quejarse en toda la tarde diciendo que yo no podía besar a alguien que comía pegamento.
Prefería eso antes que a sus labios.
—Y después, cuando los chicos se enteraron... ahora me da más risa que vergüenza —comentó. Me lanzó otro pedazo de chocolate, pero esta vez no lo alcancé. Él se rio de mí y yo le estrellé una almohada contra el rostro.

Nos habíamos convertido en grandes amigos después de todo. Mis padres botaron a la basura todas mis cosas más preciadas de Peter Pan en cuanto se enteraron que reprobé el año y junto con Bucky fuimos los más listos de la clase. Pero sólo nos duró un año, al siguiente estuvimos tan perdidos como cuando nos fuimos de excursión y no encontrábamos el lugar donde se suponía que debíamos acampar.

—Pero yo sigo creyendo que Steve estaba celoso —dijo de pronto.
—No lo creo. Es que él siempre quiere ser el primero y el mejor en todo, sólo estaba enfadado porque le ganaste —argumenté, odiaba cuando hacía esos comentarios.
—No estés tan seguro. Te apuesto a que si se enterara que tienes novio, reaccionaría igual que esa vez.

—Claro que reaccionaría así, yo habría tenido novio antes que él. ¿Acaso no me escuchas? —Bucky rio más fuerte y se comió lo que quedaba de chocolate.

Estábamos en mi habitación viendo una película romántica, me seguían pareciendo igual de tontas que a los ocho años, pero al menos ya no me daban asco las escenas más íntimas. Por Bucky no me preocupaba, resultó ser un galán innato en cuanto cumplió los doce, se dejó el flequillo, era más alto que el resto y aparentaba dieseis. Incluso Sharon le pidió una cita. Bucky fue tan bueno que grabó ese momento para mostrármelo y reírnos de la cara de indignación que puso Sharon cuando él la rechazó.
Sin embargo, Steve no se quedaba atrás. A pesar de odiarlo, debía reconocer que estaba a la altura de mi amigo. Sus facciones se hicieron más atractivas y como por arte de magia había crecido más de lo normal, me sacaba cabeza y media. Al final, Steve había regresado a la Academia Westfield con una beca, cosa que alegró mucho a Sarah quien se sintió muy orgullosa. Hannah ya había salido de la escuela y había viajado a Londres para estudiar en una Universidad de allí.
Bruce había crecido bastante también, en realidad, todos eran más altos que yo. Era el único que me apoyaba para detener las locuras de Pepper y Rhodey.
Ellos seguían igual, cuando se enteraron que besé a Bucky fueron inmediatamente a molestar a Bruce. No sé cómo lo logró mi primo, pero se los quitó de encima en dos días.
—¿Steve con "novia"? —inquirió Bucky. Lo golpeé en la cabeza con otra almohada.
—Sabes a lo que me refiero —le dije.
—Sí, lo sé. Me pregunto por qué no tendrá novia todavía, te debe estar esperando —en ese momento se cayó de la cama. Le di una patada en las costillas que le quitó la respiración e hizo que rodara hasta el suelo. No era la primera vez que hablábamos de este tema, por extraño que sonara, Bucky tenía una obsesión con emparejarme con Steve, al igual que Pepper, Rhodey, mamá y papá. Jacob nos ignoraba y Max seguía en su mundo, así que al menos por parte de ellos no recibía ninguna burla.

—Deberías concéntrate en conseguir una novia tú, en vez de buscarle pareja a los demás —él se incorporó y se sentó frente a mí, me tomó de los hombros e hizo que lo mirara fijamente.

—¿En serio no me crees que le gustas a Steve? Ok, hagamos una apuesta.
Mala idea, no debía. Apostar contra Bucky nunca traía cosas buenas. La última vez terminé en el hospital por intoxicación. Pero...
—Qué quieres apostar —era imposible negarse a una apuesta. Temía que algún día gastara todo el dinero de mis padres en un casino, por eso le pedía a Sarah que guardara mi dinero y que me lo entregara en situaciones importantes.
—Te apuesto a que si consigues novio, Steve se pone celoso —lo pensé un poco. Sería bastante difícil.
—Yo no quiero tener novio —le respondí.
—Eso se arregla fácil. Me haré pasar por tu novio y veremos cómo reacciona Steve —asentí y lo volví a pensar.
—Si no pasa nada, yo gano. Y quiero que te disfraces de payaso y vayas en bicicleta hasta el centro comercial.
—Ok, pero si yo gano, tendrás hacer de Julio en la obra de la escuela.
—¿Estás loco? Steve va a audicionar para el papel de Romeo, no quiero ser Julio —le reclamé.
—Entonces estás aceptando con anticipación que yo tengo razón —Bucky sabía como provocarme, yo era tan débil y quería demostrarle a ese idiota que Steve sólo era mi enemigo.
—¿Cuándo comenzamos? —él sonrió de medio lado y miró el reloj que tenía en la pared.
—Ahora...ya. Vamos —me dijo. Sabía que quería empezar de inmediato.
Me puse de pie y salimos al pasillo. Bucky fue despacio hasta la puerta de la habitación de Steve y pegó el oído a la madera.
—Está ahí, está hablando por teléfono —me susurró. Yo asentí y me acerqué a su lado.
Esto parecía una locura, y en realidad lo era. Pero qué importaba, tenía que ganarle a Bucky.
—Tú sígueme la corriente e intenta no poner cara de asco si te digo cursilerías, ¿de acuerdo?
—Vale —le dije.
Nos separamos un poco de la puerta y Bucky me abrazo.
—¡Te amo tanto, Tony! —gritó.
—Sé más natural, idiota —le susurré. Él gruñó y me hizo callar.
—¡No puedo creer que hayas aceptado ser mi novio! —volvió a gritar. Quería golpearme en la cabeza, Bucky no sabía actuar.
De pronto, la puerta se abrió y Steve salió con la cara pálida y el celular en la mano temblorosa.
—Después te llamo —le dijo a la persona detrás de la línea. Se quedó mirándonos unos segundos, hasta que se atrevió a hablar—¿Son novios?
—Sí, se lo he pedido esta tarde. Es increíble que Tony sea mi novio, cuántos chicos estarán celosos —me removí entre los brazos de Bucky y miré entre la maraña de pelo que me tapaba la vista a Steve.
Tenía el ceño fruncido y apretaba el celular tan fuerte que pensé que se lo destrozaría. Sólo atinó a mirar con desconfianza a Bucky y se encerró en su habitación.
—Listo, gané —dijo Bucky, soltándome abruptamente.
—Tú no has ganado nada. Yo no lo vi celoso.
—Eso es porque estás ciego —recordé cuando Steve intentó besarme y atacó a mi inocente ojo. Yo no podía gustarle, nos conocíamos desde los ocho años, éramos casi como hermanos. De esos que se llevaban como perros y gatos, pero hermanos al fin y al cabo.
—Necesitamos a un jurado que determine si Steve está celoso si o no —le dije mientras bajábamos las escaleras para ir a buscar algo de comer.
—Ok, llamaré a Pepper...
—No, ella está de tu parte y te dará la razón. Rhodey también. Que sea Bruce —le dije.
—El es de tu equipo, tiene que ser alguien neutral —señaló.
—¿Jacob?
—Ni siquiera nos habla —le di la razón y me detuve a pensar.
—Max, el nos dirá lo que ve —Bucky estuvo de acuerdo y corrimos a buscar a mi hermano.
Cuando lo encontramos en el living viendo televisión le pedimos que nos ayudara, le explicamos el asunto de la forma en que se viera como un juego inocente. El debía decirnos si notaba que Steve se mostraba celoso. El aceptó ayudarnos sin comprender del todo.
Tuvimos que hacer de pareja feliz y enamorada durante una semana, ya que Max decía que mientras más tiempo pasara, más se notaría si Steve estaba celoso o no. Fue agonizante ir de la mano de Bucky para todos lados, recibiendo miradas envenenadas por parte de las chicas de la escuela.

MARRY ME  // STONYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora