Capítulo 53: Afecto de cortesía

Start from the beginning
                                    

– ¡Oh, Harry! –exclamó Hermione sorprendida, devolviéndole al mundo real.

– ¡Harry! –exclamó a su vez Ron, violentamente ruborizado. Los dos parecían sentir que les había pillado con las manos en la masa, demasiado avergonzados como para separarse siquiera.

– ¡Lo siento! –exclamó Harry, igualmente incómodo por habérselos quedado mirando. Los tres se miraron unos a otros durante unos segundos, antes de empezar a reír de forma nerviosa.

–Vamos a cenar –sugirió Hermione, dando carpetazo al asunto. Con estas palabras, todo volvía a estar en orden en el universo. Ansiosos por dejar atrás aquello, corrieron pasillo abajo hasta el Gran Comedor, entrando en él con un suspiro de alivio.

Habitualmente Ron y Hermione se sentaban uno en frente del otro, pero vistas las circunstancias a Harry no le sorprendió que prefiriesen sentarse juntos. Harry les dedicó una sonrisa sumisa mientras tomaba asiento delante de ellos. Sin embargo, para su consternación, se encontró con que Lavender Brown y Parvati Patil se sentaban una a cada lado. Otras chicas se unieron a ellas, incluyendo a Ginny y a chicas tanto de quinto como de sexto curso. Estaban teniendo una discusión bastante agitada sobre el matrimonio.

Los diversos romances de Hogwarts habían sido el tema de conversación el día anterior, durante el día de San Valentín. El matrimonio de Draco Malfoy había sido el tema candente entre las chicas tras la ceremonia: todas querían saber si Charlie había llevado a cabo su compromiso y se había casado realmente con el heredero de los Malfoy. Aunque coincidían en que éste era muy guapo, su difícil personalidad repelía a la mayoría. Querían saber con todo detalle cómo se había comportado con Charlie. Al parecer los ánimos no se habían calmado precisamente, aunque ahora las chicas discutían sobre las ventajas de un matrimonio concertado, y a juzgar por la forma en que Lavender y Parvati se cernían sobre Harry, querían su opinión al respecto. Suspiró con irritación. ¿Por qué las chicas eran tan afectuosas físicamente?

–Ahora mis padres quieren arreglarme un compromiso –protestaba Lavender– Piensan que vuelve a estar de moda; si es bueno para Harry Potter, tiene que ser bueno para todo el mundo. Y creen que también los Malfoy han caído bajo esa moda. Mis padres, que solían ser tan progresistas, ¡ahora quieren ser tradicionales!

–Pero el matrimonio de Draco no fue concertado –interrumpió Hermione– Mejor dicho, lo concertaron Draco y Charlie, no sus padres.

–Vista la forma en que comenta las cosas el Señor Malfoy, no da esa impresión –respondió Parvati– Los periódicos sugieren que Dumbledore tuvo mucho que ver con el proceso. Mis padres están pensando en consultarle para buscarme un compromiso a mí también.

–En todo caso, yo no quiero un matrimonio de conveniencia –declaró Lavender– ¡No puedo ni imaginarme lo que debe ser!

–Lavender –cortó Hermione, echando una mirada de disculpa a Harry. Probablemente la chica ni se había dado cuenta de que prácticamente le estaba insultando.

– ¡Oh, vaya...! –gruñó Lavender. Pasó un brazo por los hombros de Harry y apretó unos segundos, antes de darle unas palmaditas en la pierna, contrita-. Lo siento, Harry. Ya sé que tu matrimonio fue concertado, ¡pero de todas formas...! No quiero verme atrapada. ¿Y si mis padres escogen a alguien horrible? ¿Qué tengo que hacer con el resto de mi vida? Si las cosas van mal, puedes acabar con alguien por quien sólo sentirías desprecio, o incomodidad distante. Lo mejor que te puede pasar es que, como mucho, recibas cierto afecto cortés. ¡Quién quiere vivir así, sin pasión, sin fuego! ¡Antes me muero!

Parvati, del otro lado de Harry, le sonrió mientras jugueteaba con su pelo:

– ¿Qué has logrado tú, Harry? ¿Desprecio, incomodidad o afecto de cortesía?

La Piedra del MatrimonioWhere stories live. Discover now