dudas

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No podía evitarlo, su cuerpo se sacudía violentamente a causa del llanto. Había entrado en un ataque de pánico, sólo apenas estaba más calmado por el apoyo que le habían brindado sus hyungs, llevaba alrededor de diez minutos llorando con fuerza cuando logró recuperar poco a poco el control de sus emociones luego de haber estado fuera de sí. Tenía muchísimo miedo de lo que sucedería, entendía que se enfurezcan con él, era su culpa después de todo, pero más temor le causaba pensar en la reacción de la causa de sus problemas, no quería imaginar lo que pasaría por la mente de Kim TaeHyung cuando BaekHyun le gritara todo, porque estaba muy seguro de que eso es lo que sucedería, BaekHyun nunca había sido muy razonable cuando estaba enfadado y justamente en ese momento podía decir que lo estaba, su rostro estaba completamente rojo aunque su expresión era sorprendida.

—¿Tú estás seguro de lo que estas diciendo?

La voz de JiMin tembló, a diferencia de su mayor él estaba pálido y la mano que sostenía la de JungKook estaba fría. La otra mano del menor temblaba cada vez que sollozaba, casi tirando la taza de té que JiMin había preparado para él por toda la alfombra.

—No lo sé, yo...

—Ahora mismo nos vamos a asegurar de eso, esto no se va a quedar así.

BaekHyun lo interrumpió y se puso de pie tan rápido que JungKook creyó que se iría de cara al suelo, jamás había visto a Baek tan enfadado. Podía entenderlo, después de todo se trataba de su hermano, a pesar de que dijera odiarlo Jeon sabía mejor que nadie que uno nunca podría odiar a su propia familia, no importaba cuan crueles fuesen.

—JiMin y yo vamos a ir en mi auto a la tienda y cuando volvamos espero que estés más calmado y consciente de lo que está pasando, JungKook. Esto no es un juego.

El mayor salió de la habitación a paso rápido, dejando a un JungKook repleto en llanto y a un JiMin todavía espantado por lo que había escuchado.

—Ya... Calma, Kookie. Baek no está enfadado contigo, es sólo que está sorprendido, ¿vale?. Él te quiere tanto como yo.

El pelinegro asintió mientras contaba mentalmente hasta cien tratando de calmarse, tenía que ser fuerte, debía enfrentar sus actos. No era culpa de nadie más que suya y era algo desagradable que sólo se ahogara en autocompasión cuando él mismo se había metido en esa situación, aún así hubiera sido por su ingenuidad.

—Está bien, hyung.

—Volveremos pronto, tómate el té de manzanilla que hice para ti. Todo estará bien.

Cuando se encontró solo en la habitación se permitió quejarse en voz alta y maldecir su mala suerte, se preguntaba una y otra vez porqué las cosas tenían que suceder de esa manera, no tenía idea de que todo eso sucedería cuando decidió mudarse a Seúl con JiMin. Él no esperaba encontrarse de nuevo con el primo de uno de sus mejores amigos de infancia y su amor platónico, tampoco había pasado por su mente que en una visita a la casa de SeokJin hyung terminaría compartiendo su primer beso con el que consideraba el amor de su vida y unos meses más tarde verse envuelto en esa situación. Se había marchado de Busan apenas se le había presentado la oportunidad debido a que ya no soportaba lo que sucedía a diario frente a sus narices en la familia Jeon, estaba de más decir que nunca le había preocupado a su familia lo suficiente para que impidieran su partida ¿entonces lo ayudarían ahora? Estaba muy seguro que no, incluso después de comenzar la universidad pensó que su familia lo apoyaría en su intento de independizarse, al menos por los primeros meses deseaba encontrarse un positivo en sus cuentas bancarias, algún signo de que se preocupaban por él; agradecía que en esos momentos tenía a JiMin, él lo había apoyado económicamente dividiendo el dinero que le enviaban mensualmente sus padres para ambos, cuando consiguió un trabajo no dudó en hacerse cargo de la casa mientras JungKook encontraba un empleo para ayudar con los gastos, cosa que no pasó hasta el tercer mes de búsqueda.

Strangers - TaeKookTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon