7.-La charla de un Demonio

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Jadeando, Hoseok rasguñó con fuerza la acolchonada cabecera de la cama, arqueándose al sentir como Taehyung tocaba nuevamente ese punto dulce dentro de él que siempre lo volvía loco, escuchando la manera casi rítmica en que esta golpeteaba la pared a cada embestida mientras la tela crujía bajo sus uñas. ¿Cuánto tiempo llevaban de aquella forma? Se preguntó. Con él al borde de las lagrimas y Taehyung consumido por un frenesí casi animal que le impedía parar. Cielos... Hoseok realmente no sabia, pero tampoco es que le importase mucho.

Al menos no ahora, mientras lo único que su mente era capaz de procesar eran las ardientes sensaciones que parecían envolverlo como lava ardiente cada vez que sentía su amante ir y venir dentro y fuera de él, arrebatándole el aire a cada choque de caderas.

Había perdido el hilo de sus pensamientos desde que entraron a la habitación, cuando el demonio lo depositó sobre las frías sabanas, sin embargo, a pesar de estar siendo consumido en aquel carnal placer que siempre le hacia desconectarse de la realidad, aún estaba lo suficientemente consiente como para notar los fugaces rayos de luz plateada que iluminaban de vez en vez la habitación, otorgándole una visión única a el apuesto rostro de Taehyung, ese que se inclinó hacía él, juntando sus labios en un sonoro beso lleno de suspiros y jadeos.

Aferrándose con fuerza al cuerpo sobre suyo, Hoseok cerró los ojos, enredando sus dedos en la suave cabellera del demonio.—T-Tae... —suspiró, notando aquella presión en su vientre comenzar a crecer cada vez más.— Tae creo... ¡Ah! ¡Creo que voy...!

—Sí, Hobi... —gruñó él antes de que pudiese terminar la frase, con ese sensual tono ronco y bajo lleno de lujuria que lo hizo temblar—. Hazlo bebé —le susurró al oído, aumentando aún más su ritmo, causando que sus gemidos aumentasen de volumen.

—¡Taehyung! ¡Ah! ¡Oh, Dios!

Ni bien sus palabras dejaron su boca, Hoseok lo sintió sonreír en su cuello —ahí donde había comenzado a morder y chupar tanto como le viniera en gana— y no necesitó verlo para saber aquella sonrisa estaba llena de diversión y socarronería. Internamente se reprendió por haber mencionado el nombre del Padre en esta situación, donde estaba cometiendo un pecado del que, por más vergüenza que le diese admitirlo, jamás se arrepentiría y planeaba seguir haciendo; sabia de sobra que Taehyung amaba, de una forma tan oscura como su misma naturaleza, que lo dijese.

Hacer que quien antiguamente fue un ángel, convertido ahora en un caído pero que aún seguía manteniendo su fe y amor por el Todo Poderoso, perdiera los estribos mientras le hacia el amor tan duro que prácticamente lloraba... Oh, esa era su manera favorita de insultar al creador.

Antes de que pudiese siquiera jalar su cabello para hacerle entender que sabía lo que había en su mente y lo tanto le molestaba aquello, Taehyung volvió a juntar sus labios en un hambriento beso donde sus lenguas no tardaron en encontrarse, aumentando aún más el ritmo de sus caderas y deteniendo todo tipo de pensamiento que no fuese acerca del hombre que en estos momentos dominaba sobre su cuerpo. Con un ultimo jadeo, Hoseok se vino con fuerza por tercera y ultima vez en la noche, enterrando las uñas en la tostada piel ajena mientras escuchaba a Taehyung gruñir en su oído, quien, después de varios empujes más, libero su esencia dentro suyo, robándole un nuevo suspiro ante la cálida sensación.

Sin poder contenerse, Hobi soltó una pequeña y repentina risita cansada que reinó sobre el sonido de sus agitadas respiraciones. —¿Algo gracioso? —preguntó el de cabellos plateados, con su voz aún ronca con un tinte de diversión en ella.

Casi ronroneando y sin perder su sonrisa, el caído negó suavemente, sintiendo a Taehyung retirarse con cuidado. —Nada. Solamente que eres un completo aprovechado —dijo, sin llegar sonar de una mala manera—. Sabías que me iba a molestar y por eso me besaste.

Fallen Demon †VHOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora