4.-Los amigos de un Ángel

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Cuando Hoseok conoció a Seokjin, este le habia guiñado un ojo y dedicado un beso volador desde el otro lado de una pequeña florería.

Para entonces, él aún no lograba adaptarse por completo a su nueva vida terrenal por lo que, después de todas las explicaciones que Taehyung le habia dado sobre como no debía dejarse llevar por las apariencias, y las malas experiencias que habia tenido cuando ingenuamente intentaba ayudar a alguien que al final simplemente intentaba aprovecharse de su buena voluntad, Hoseok no lo dudó dos veces antes de pegarse a el lado de el demonio que lo habia salvado, dándole una mirada de desconfianza al lindo chico que manoseaba las rosas de manera distraída.

Claro que Taehyung, siendo tan intuitivo como solo un demonio podía serlo, se dio cuenta de lo que pasaba sin necesidad de que Hobi le dijese algo.

—Es un incubo —le habia dicho al oído casi al instante, para que solamente él pudiera escucharlo—. Sea lo que sea que haya hecho, es simplemente su naturaleza.

Tras sus palabras, Hoseok no necesitó más para comprender la razón tras el coqueto gesto.

Meses después, lo siguiente que supo fue que habia hecho un amigo incubo un tanto narcisista y quejumbroso que no paraba de hablar sobre sus insaciables necesidades de... sexo —cielos, a él de verdad no le gustaba esa palabra—, que encontraba aburridas a las mujeres y caliente a Taehyung. Cosa que, gracias a Dios, habia dejado de repetir cada vez que lo veía.

Con el pasar de los años, de alguna manera Hoseok habia logrado acostumbrarse a la burbujeante personalidad de Jin y a sus comentarios subidos de tono en los peores momentos posibles —cómo esa vez en la que pensó que seria apropiado dar a conocer en voz alta cuanto le gustaría tener relaciones consigo mismo mientras veía los cachivaches que se encontraban en un pequeño puestecito del mercado, atrayendo atención innecesaria y provocándole ganas de llorar—.

Sin embargo, una cosa a la cual aún no se acostumbra y a la que tal vez nunca se acostumbraría, era a sus curiosas muestras de afecto, así que no pudo evitar que un pequeño sonidito de vergüenza se escapara de su boca cuando lo sintió apretar su trasero en medio de un abrazo.

—¡Hobi! ¡No sabes cuanto te he echado de menos durante estas semanas! —dijo sonriendo, con su linda voz cantarina.

Taehyung le habia dicho muchas veces que no dejara que el incubo lo toqueteara de aquella forma cuando claramente se sentía abrumado por el acto, pero Hoseok no podía ser descortés con su amigo, además, de alguna manera sabia que Seokjin no tenia intenciones ocultas tras sus indecorosas acciones. Simplemente lo hacia por que así era él y por esa razón, Hobi podía dejarlo pasar, no importaba que sintiera sus mejillas arder violentamente a causa de su sonrojo.

—Yo también lo extrañe, hyung —mientras se separaban, Hoseok le sonrió con cariño al bello chico de curioso cabello rosado—. Se ve realmente radiante.

—¡Pues claro! —exclamó mientras una picara sonrisilla se formaba en sus esponjosos labios—. Tuve mucha diversión durante días gracias a que un amable hombre lobo ofreció su ayuda con mi alimento... —por unos segundos, Jin pareció perderse en sus pensamientos— Oh, bueno... —dijo en un suspiró— eso ya no importa pero tal vez piense en volverlo a visitar.

Aunque no dejo de sonreír, dentro de él, Hoseok sintió gran pesar por el chico que hubiese tenido aquel encuentro con Seokjin. Es decir, a él le alegraba ver que su hyung tuviese su energía renovada gracias a aquel amable hombre, pero eso no impedía que su corazón latiera con dolor al saber que a causa de eso, el chico no podría vivir con normalidad nunca más. De hecho, se volvería depresivo y a pesar de que creería que todo fue una pesadilla no podría dejar de pensar en Jin; reviviría su recuerdo una y otra vez. Y cada vez que se acostase en su cama, sin saberlo, le daría su parte de su energía a aquel encantador incubo que lo sedujo.

Fallen Demon †VHOPEWhere stories live. Discover now