Noche parte 2

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Ni Superman ni Batman me pertenecen.

Más escenas hogareñas.


Dick escuchó algo de ruido, medianamente amortiguado por el grosor de las paredes; sabía que alguien había estado en la habitación de Jason y que una larga conversación (probablemente discusión, tratándose de su hermano) había tenido lugar.

En el momento había estado más dormido que despierto, así que dejó que el sueño lo envolviera. Por desgracia para él, él sueño apoderándose de su mente, había terminado por desaparecer y ahora se encontraba en el centro de su cama, viendo el techo (y las estrellas de plástico que brillaban en la oscuridad pegadas a él) con un curioso zumbido queriéndose apoderar de sus oídos.

Decidió que era momento de levantarse e ir a ver si Jason estaba durmiendo o no.

Caminó con pies descalzos, hasta la habitación contigua, viendo en todas direcciones en busca de alguno de los adultos del lugar, para abrir la puerta del cuarto de Jason con mucho cuidado, sintiéndose como un espía encubierto en una misión... o tal vez como Bruce cuando era Batman y estaba en una misión.

La luz en la habitación de Jason estaba encendida, y en cuanto entró al lugar el menor cambio su posición de darle la espalda a acostarse sobre su otro costado para poder verlo.

—¿Qué quieres? — Cuestionó Jason con voz bajita y sorbiendo la nariz. Su cara se veía muy roja.

—¿Estabas llorando? — Se le ocurrió preguntar, primeramente.

—¡No! — Contestó Jason con esa energía atacante suya, sentándose en la cama y lanzándole una de sus almohadas, ataque que Dick esquivo con agilidad y facilidad.

—¿Por qué estás tan rojo? — Preguntó esta vez acercándose a la cama del menor.

—Estoy enfermo— Finalmente contestó Jason, al tiempo que Dick se sentaba sobre la cama, notando el bote de medicamento sabor a uva en el buró.

Por eso había escuchado tanto ruido.

—Oh, Bruce tenía razón— Su hermano adoptivo de repente lucía como si quisiera sacarlo de la cama, pero no tuviera la suficiente energía para hacerlo. —No deberías mentirle a Bruce—

—No lo hice, me sentía bien cuando él preguntó— Y el Jason enojón de brazos cruzados y rostro elevado mirando en otra dirección apareció. Era tan chistoso.

Dick sabía que había mucho que no sabía de su hermano menor, porque Jason no hablaba mucho de sus papás verdaderos o de su antigua casa y aunque a Dick le gustaba conversar, sabía perfectamente que había cosas que no debían ser preguntadas, porque había cosas de las que simplemente no querías hablar, confiaras o no en las personas junto a ti. Por eso suponía que, si Jason no había querido decir que estaba enfermo, tenía que ver tal vez con sus papás verdaderos.

Le sonrió a su hermano; sabiendo que era su trabajo (como hermano mayor adoptivo) explicarle a Jason cosas que no entendía (incluso si su hermano menor adoptivo se resistía).

—Sabes que puedes decirle a Bruce lo que sea, no se va a enojar. Es más, puede más bien enojarse de que no le digas las cosas y eso lo dudo, como ahora, seguro no se enojó porque no le dijiste antes—

Dick confiaba en lo que acababa de decir. No recordaba haber visto a Bruce enojado nunca, gritando y golpeando cosas. Podía ser que cosas le molestaran y sí los regañaba (a veces solo con la mirada), daba un poquito de miedo cuando recién lo conocías, pero entre más convivía con Bruce más confianza tenía en él.

Jason parecía estar de acuerdo con él.

—No ha vuelto—

—¿mhn? —No entendía a qué se refería el menor.

Cariño, por favor, sé realWhere stories live. Discover now