9. La vida

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Si el arte imita a la vida o la vida al arte es algo que no discutiré, pero permitid afirmar con convicción que el arte debe estar vivo.

Cuando escribes no tienes que intentar crear un personaje como quien crea un maniquí, tienes que traer al mundo de los posible a una persona real. Las novelas atrapan cuando son realistas y con ello no me refiero a factibles sino a posibles.

Vamos a explicar esta pequeña diferencia. Algo posible es algo pensable sin contradicción, por lo tanto tu historia debe ser coherente en su propio mundo. Algo factible es algo que puede suceder en la vida real, que tu historia sea factible o no, da igual, si tuviese que serlo todas las novelas sobrenaturales o fantásticas no serían buenas y ese no es para nada el caso.

¿A qué me refiero con que sea realista? A muchas cosas, pero como no puedo explicarlas todas, voy a señalar algunos de los errores que yo cometí cuando era novata y que espero que vosotros solucionéis para poder mejorar.

1. Los personajes no son tuyos, son suyos al igual que tu eres tuya. ¿Que significa esto? Que por mucho que tu puedas escribir que tu personaje hace algo, no significa que deberías poderlo escribir. Sé coherente, no hagas que la personalidad de tus personajes cambie de la noche a la mañana sin ningún motivo o que sus acciones sean todo el rato contradictorias. Tú tienes una personalidad, tus personajes deben tener la suya también.

2. No eres Dios. Eres el autor de tu novela, no el Dios de su mundo, así que aunque tengas un esquema de qué pasará en la historia no debes forzar los hechos a encajar en él, a veces a medida que escribes los sentimientos y acciones de tus personajes brotan de una forma inesperada y cambian las cosas: no cortes esa naturalidad, eso es lo que hace humana a tu historia, lo que hace que esté viva.

3. Nada de fichas técnicas a menos que sea absolutamente necesario. Si vas a hacer un universo alternativo nuevo puedes o no crear una pequeña introducción con información teóricas para ayudar al lector a adentrarse en tu mundo, pero es algo totalmente prescindible y, de hecho, puedes ahorrarte eso y añadir explicaciones a pie de página en las partes de tu historia que creas necesaria. Pero bajo ningún concepto, JAMÁS, empieces una historia con fichas de los personajes tipo ''Personaje principal: Juan. Personalidad: Borde. Altura: 1,64... '' a menos claro que sea necesario para la trama, por ejemplo, si se trata de la narración de un reporte policial sobre un sospechoso, pero para casi todo el resto de casos... estás escribiendo una historia, deja que la misma historia muestre al personaje, deja que el lector descubra la personalidad de este. Cuando tu conoces a alguien no puedes acceder a su ficha técnica y, si pudieses, no sería divertido, así que haz más interesante tu historia y deja que las cosas se descubran poco a poco.

4. La personalidad de un personaje, como antes hemos dicho, es muy importante, pero también su cambio. Las personas cambian y tus personajes deben hacerlo, aunque siempre desde la lógica. 

5. Cambio no equivale a progreso. Cuando digo que las personas cambian no digo que cambien para mejor o no siempre, así que haz que tus personajes se vuelvan buenos si quieres, pero no olvides que el tiempo también puede volverlos malos y, de hecho, puedes usar eso para dar juego a la historia.

6. Las casualidades pasan, pero no abundan. Así es, es posible que en algún punto de tu historia algo totalmente azaroso salve a los personajes o parezca colocado en donde está de forma demasiado conveniente y no pasa nada, el azar a veces es sorprendente. Eso sí, no nos pasemos. En cada capítulo no puede haber una coincidencia magnífica que de pronto lo solucione todo, si haces eso la historia pierde interés porque sabes que pase lo que pase, los protagonistas estarán bien (por eso yo los mato muchas veces, así nadie sabe que pasará jejeje).

7. Los personajes secundarios NO EXISTEN. Tú estás tratando de crear personas, de darles vida, así que todos los personajes tienen una vida y son los protagonistas de ella, cada persona en tu novela es el personaje principal de su propia historia. Obviamente te centrarás más en un personaje que en otro y eso creará la distinción entre ''personaje principal'' y ''secundario'', pero debes recordar que esa es una distinción puramente teórica, no debe existir como algo inherente en tus personajes. El protagonista no puede estar mejor diseñado que el secundario y el personaje que solo aparece cada cinco capítulos no puede ser menos realista que el que aparece cada dos.

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