-¡¡FRISK!!- lloro chara ocultando su rostro en ella.




-...sshh... esta bien chara... ya paso... ya estoy aquí mi pequeño ángel-







Chara se dejo guiar hasta la cama para acomodarse todavía mas en ese acurruco que su hermana le obsequiaba. Los brazos de frisk le otorgaban una calma tan pura y suave como su propia piel, hundiéndose en su cuerpo.





Los minutos terminaron por oscurecer completamente todo alrededor, sin que las mismas estrellas pudieran iluminar algo. El sollozo de chara paso para suerte de ambas en una sonrisa repleta de chismes desvariados que se dio después de preguntas por la tarde.







-así es, te perdiste un "hermoso" y "adorable" vestido de cisne que combinaba con tu tono de piel por no asistir- se burlo frisk por ella.




-pues gracias por  la advertencia- se rió mas ella entre sus brazos.




-tuviste suerte esta vez... mama, tuvo una emergencia y salio disparada hacía la casa de papa... lo bueno es que tendremos la casa para nosotros un largo tiempo-







chara sonrió con mas sinceridad y hundió de nuevo su rostro en ese pecho tan cómodo y fuerte que la protegía de cualquier mal que siempre la amenazaba.





Levanto la mirada hacía ella una vez mas para otra conversación sin sentido antes de ser interrumpidas por una tos forzada, ambas miradas incomprendidas voltearon hacía la entrada del cuarto para encontrarse con una mirada dura que reforzaba una enorme furia.





Mas allá del gritoWhere stories live. Discover now