¿Quién sigue?

N u e v e

Esto será interesante aunque atraerá la atención aquí, odio eso.

Llevo unos, dos días más o menos en un hotel de mala muerte ya que pelee con ellos, claro es parte del plan al igual que el lugar, tuve que analizar todas las posibilidades y está fue la mejor opción para mi plan. Un segundo piso es mi cuarto, nada muy grande, una cama, televisor y un baño.

Bajo por la ventana con cuidado de no matarme y de que nadie más me vea. 

2:44 am. 

Llegué, no se ve luz encendida, él ya se debe de haber dormido en su oficina y ella en el cuarto. 

Entro con cuidado de no ser visto y abro. Camino por todo el lugar y voy a la oficina. Tal y como pensé, está dormido con muchos papeles a su alrededor y el computador encendido, lo cierro con cuidado de no despertarlo y pongo el pañuelo con cloroformo en su nariz. 

Lo amarro a la silla de su oficina y lo saco de ahí, como que me está empezando a gustar esto de amarrar a las personas. Subo y hago lo mismo con Hanna quien estaba en ropa interior, nada agradable para mi vista. Los pongo uno al lado del otro y mientras despiertan empiezo a tirar algunas cosas como si de un robo o algo así se tratase, tendré que llevarme algunas cosas.

Despiertan rápido por suerte y al verme se sorprenden y más por la situación. Hanna parece confundida mientras que Jouna molesto, su ceño está fruncido y sus manos echar puños, tienen cinta en la boca así que no pueden gritar.

Paso de Hanna y voy hacia él. Me poso enfrente y sonrío lo que parece desconcertarle.

—Sabes, siempre quise hacer esto.  —Musito y doy un golpe a su cara, luego otro y otro y así por un rato dejando que salga sangre de su nariz.  Veo a Hanna quien se mueve en su lugar y llorar mientras niega y dice algo pero la cinta no la deja. Otro golpe y me detengo a mirarlo, no llora ni lo hará por su orgullo... por ahora al menos.

Saco una navaja de mi mochila y la miro como si fuera el más bello de los objetos. Me acerco a Jouna y la paso cerca de su cara provocando que cierre los ojos esperando el corte

   —No, esto es para otra cosa.  —Susurro y voy a donde Hanna, la veo y sus ojos demuestran pánico y miedo, empieza a llorar aún más y a negra con su cabeza. 

Acerco la navaja a su abdomen y hago el primer corte, sangre sale y escucho un leve quejido. Hago otro más bajo su ombligo y luego otro en su cintura. Bajo a sus piernas y hago muchos más mientras escucho los leves quejido, río bajo y me maravillo viendo la sangre salir, tan roja, tan opaca, tan bella. Jouna se mueve queriendo liberarse pero no lo logrará, ir a ese campamento con él ayudó.

Dejo múltiples cortes por todo el cuerpo de Hanna a excepción de su cara. Me separo y la veo, dolor, lagrimas, sangre, me encanta. Lo veo a él y me acerco, está enojado y se que a de querer matarme en este momento, lastima, se quedará con las ganas. 

Es su turno, paso la navaja en sus brazos lo que provoca que apriete más sus manos y por fin veo una lagrima salir lo cual me satisface profundamente. Hago un corte más profundo en su abdomen. Esto es un baño de sangre.

   —Menos mal que yo no debo limpiar.  —Susurro viendo el lugar y a ellos, desearía escucharlos gritar pero ver sus caras es igual de bueno, ver sus lagrimas y el dolor reflejado en sus ojos.

Vuelvo a Hanna y acaricio su cabello, no puedo sentirlo bien por los guantes pero hay que ser precavido, nada de huellas o algo que me delate. Paso la navaja por su cara y veo su dolor en los ojos, río y lo vuelvo a hacer para luego repetir lo mismo con Jouna. La sangre sale y sale mientras yo veo todo sentado en el suelo donde no llega el lago de sangre, sonrío y gozo viendo sus caras pero es momento de terminar. Ya casi son tres horas y nadie debe verme. 

   —Adiós.  —Musito y clavo la navaja en sus pechos, justo donde está el corazón con todas mis fuerzas, un poco de ella me salpica pero da igual.

Veo mi obra por última vez y salgo, debo botar todo e ir a estudiar.