¿Quién sigue?

D o s

Me encanta este bosque, está tan alejado de todos, tan tranquilo, tan oscuro y tenebroso para algunos. Es perfecto, ademas casi nadie viene por aquí, nadie disfruta de un bosque y eso lo hace perfecto para la ocasión.

Corre y corre pidiendo ayuda. 

Sonrisa en mi cara y una escopeta en mi mano. Lo veo correr y tropezar por la falta de luz. Lagrimas caen de sus ojos y el desespero se puede sentir en el aire.

  —¡Auxilio! ¡Alguien! ¡Por favor ayúdenme! —Grita a lo que río en respuesta. Él no sabe quien soy, el pasamontañas oculta mi rostro y la ropa negra me oculta a mí. No hablaré, no por ahora.

Disparo fallando a propósito. Él salta asustado y empieza a correr más rápido pero cae y suelta mil maldiciones, creo que se lastimó.

  —¡Eres un loco! —Grita en mi dirección o al menos el cree ya que estoy del otro lado al que se dirigió.  Con una linterna alumbro a su lado para que entienda que lo estoy dejando correr. Esto me divierte. Que llore como niña pequeña, que se caiga, que grite, me llena.

Disparo otras cuantas veces, en una rosando su brazo dejándolo lastimado provocando quejas de dolor de su parte. Él parece ya cansarse y darse cuenta que no logrará escapar, se recuesta en el tronco de un árbol y llora en silencio. Me acerco a él y lo miro sonriente.

  —¿Quien... quien eres? —Pregunta con dificultad por la falta de aire. Con cuidado levanto el pasamontañas. Su cara de asombro es digna de una foto, ojalá haber traído mi cámara y capturar este momento. —¿Tú? —Pregunta y yo sonrío, una sonrisa macabra y burlona.

—Hola. —Saludo de forma lenta y pausada. Me levanto y apunto a su cara, él llora y pide no lo mate, ruega y eso solo me llena más. Me alejo aún escuchando sus sollozos y río para luego voltear.

Disparo y sangre vuela hasta mi. Bajo el arma y lo veo, irreconocible. Doy otro disparo a su pecho. Doy media vuelta y me voy del lugar.