• CAPÍTULO 94 •

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Fred sonrió ampliamente, que ella comenzara a rehacer su vida era todo lo que quería, sabía lo mal que lo estaba pasando a pesar de que estaba esforzándose por completo. 

—Estoy muy feliz por ti, cariño ¿Es lo que realmente quieres?

—Pues siempre creí que sería una auror, tal como mis padres. Cuando me mandaron llamar, creí que era para nuevas interrogaciones, no imaginé que pudieran considerarme para un puesto así, ya sabes, por lo que fui...

—Creo que debes empezar a verte como te lo hacemos los demás. Fuiste genial en la escuela, tienes demasiado talento como duelista, es evidente que Kingsley querrá tener a alguien como tú entre sus allegados, eres una bruja poderosa.

—Yo no creo eso...

—Es momento de que lo creas, siempre te admiré, te veía tener esa confianza en ti misma, tan extraño en alguien de tu edad en el instante en que te vi. Sabía que podía lograrlo todo estando de tu mano, toma tu propia mano, Nina. No necesitas de nadie para ser la mujer que siempre has sido. 

Ambos magos caminaron, Nina se regocijó en esas palabras y colocó la cabeza en el hombro de Fred. Los dos comenzaban el camino de marido y mujer, algo nuevo que sin duda era un desafío, sobretodo teniendo en cuenta los traumas que ambos cargaban, lo que habían vivido, no era justo, pero los había convertido en otras personas que seguían amándose como en un principio. 

Llegaron a la casa de los Illich, decidieron vivir allí hasta que Fred hubiese terminado de construir la casa en donde vivirían en la playa. John estaba muy contento de que estuviesen allí, de poder volver a estar con su hija y resguardarla, protegerla y acompañarla. Jamás volvería a dar pie para que algo la dañase. Los jóvenes llegaron a la casa en medio de Londres mágico, el mago en cuestión los esperaba para almorzar, recién había horneado una lasagña; nada más llegaron notó la expresión sonrosada de los ojos de su hija, observando a Fred que se encogió de hombros.

—Que bueno que llegaron, así comemos todos juntos—murmuró el mago—¿Qué planes tienen para hoy?

—Yo debo ir a terminar el techo de la casa John, después iré a dar una vuelta por Sortilegios Weasley, al parecer quieren quitarme mi parte de mi propio negocio—se burló Fred.

—Yo debo ir al ministerio—señaló el mago—nada más para retirar unos documentos que requieren de mi atención.

—Yo igual debo ir. Kingsley requiere darme la información oficial de mi capacitación.

John la observó sin comprender mucho.

—Me han llamado—explicó Nina—, comenzaré a capacitarme como auror. Igual que tú y mamá.

El hombre se acercó para darle un abrazo, sin duda que estaba feliz por ella, no obstante la preocupación se colocó en él como una punzada intuitiva.

—Vas a obtener lo que quieres de la vida, hermosa. Te mereces todo lo bueno de este mundo.

—Iré a cambiarme de ropa y lavarme las manos—murmuró Nina—, les acompaño enseguida. 

Tras desaparecer, Fred y John intercambiaron una mirada, tan larga como si estuviesen leyéndose la mente. Ambos suspiraron, ninguno estaba dispuesto a exponerse nuevamente,al menos no a Nina. 

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora