CAPÍTULO 12

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Leander camina delante de mí, mientras los pensamientos me invaden la mente, ¿Por qué Evan me mintió? ¿Por qué me dijo que Leander es la bestia? Y ¿Por qué mato a mi abuela? Y además también quiere matarme a mí, me detuve por un momento, todo es muy confuso y doloroso para mí.

—¿Qué tienes?— me pregunto al verme preocupada.

—¿Por qué me mintió Evan?—pregunte triste.

—No estoy muy seguro, pero creo que tiene miedo

—¿Miedo? ¿De qué?

—Seguramente ya has pensado en que la bestia mato a la abuela, y sabiendo que fue la bestia quien lo hizo, y que Evan es la bestia, supongo que tiene miedo de como reaccionarias ante él

—La verdad no sé cómo reaccionar, pero ahora entiendo por qué no me dejo hablar contigo en el funeral, sabía que tú me dirías la verdad

—Trata de entenderlo, él está sufriendo más que nosotros

—Lo hago, pero necesito hablar con él

—Ya lo harás, por ahora tengo que explicarte la situación, anda, vamos a la casa—tomo mi mano, me sentí algo incomoda, pero para que no lo note simplemente agache la mirada.

—Sí, vamos—y comenzamos a caminar.

Me siento avergonzada de caminar de la mano de Leander, estoy segura que mi rostro esta rojo, y al mirar de reojo a Leander sé que sabe cómo me siento, pues tiene una sonrisa en su rostro como burlándose de mi incomodidad.

Después de la caminata más larga e incómoda de mi vida, al fin llegamos a la casa, una vez frente a ella solté su mano para entrar, no creo soportar estar así más tiempo, cruce la puerta y voltee atrás para comprobar que el también entraría, pero no, se quedó afuera observando el techo de la casa.

—¿Qué haces?—pregunte desde el umbral de la puerta.

—Solo observo el agujero, y estoy por comprobar mi teoría sobre lo que paso—respondió

—¿Y qué harás?

—Solo voy a entrar a la casa—dijo mientras avanza a la entrada.

—¿Solo eso?

—Si— él simplemente cruzo la entrada y se paró frente a mí.

—Ya sé por qué entro, durante la noche lo comprobé pero quería estar totalmente seguro—dijo convencido, al parecer hizo algo que yo no entiendo.

—¿Ya sabes cómo entro?— le pregunte.

—Sí, ¿De casualidad no bajaste al sótano y entraste en una habitación con cosas de brujería?

—¿Por qué? ¿Tú también conoces ese lugar?

—Sí, la abuela me llevo varias veces, y es ahí donde está el problema, ven vamos al sótano

Avanzamos hasta allá, y fue inevitable no notar el desastre que hay en la casa, parece que hubo un tornado dentro, bajamos las escaleras y Leander fue directo hasta la puerta.

—Déjame traer un destornillador para...—apenas le estaba diciendo cuando saco una llave de la bolsa de su pantalón y abrió la puerta.

—No es necesario, yo tengo la llave

La guardo de nuevo en su bolsa y entro, así que lo seguí, el lugar está justo como lo dejé la última vez.

Leander empezó a encender las velas con un encendedor que saco de un cajón, parece que el conoce muy bien este lugar.

La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora