• CAPÍTULO 89 •

Comenzar desde el principio
                                    

—¿Por qué haces esto? ¿Por qué estás diciendo estas frases sin sentido? Como si estuvieras despidiéndote.

—Porque quizás no vamos a sobrevivir a esta noche, Draco. No quiero morir sin haberte dicho todo lo que te quiero, cómo te amo y lo importante que eres para mí. Si esta es la batalla que vamos a librar, espero que sea a tu lado, espero que sea peleando por las personas que amamos.

Después de esas palabras, Nina observó una luz, la misma luz del patronus de Fred. Ella supo que era una señal, caminó a lo largo de la oscuridad para toparse de frente nuevamente con el lobo siberiano que merodeaba desde que los salvó en las orillas de Irlanda. Sintió el halo brillante de la magia poderosa del Patronus.

—Toma mi mano—le exigió a Draco—, esto va a ayudarnos, llegaremos antes de lo que esperábamos llegar.

La magia del Expecto Patronus era poderosa, no todos la conocían, muchas personas desconocían que cuando uno era enviado para auxiliar a otra persona, esta le concedía a quien recibía el encantamiento cualquiera fuera la necesidad o deseo que tuviera. Nina se sintió renovada, la sensación de cansancio extremo desapareció y también la sed. Percibió la energía que la invadía y miró a su alrededor, estaba en otro lugar, estaba debajo del puente en el bosque prohibido, ese sitio era sumamente significativo para ella y Fred, había sido donde casi se habían besado, allí habían tenido la primera conversación con complicidad.

—¿Dónde estamos?—cuestionó Draco, algo consternado—¿Estás bien?

—Mierda ¡Escondete! —Nina observó como un montón de acromántulas y gigantes iban en dirección al castillo. Si los detectaban iban a asesinarlos sin piedad.

Desde allí se escuchaban las explosiones, algunas partes del castillo estaban incendiadas, entre ellas el puente que unía a Hogwarts con el pueblo; probablemente para evitar que fuera un puente para que los mortífagos o carroñeros ingresaran. Por los aires se notaba que caía una capa espesa, al parecer habían roto la barrera protectora que los profesoras habían convocado para retrasar lo máximo posible del ingreso de aquellos magos. 

—Vamos, es hora. Es hora de pelear.

Los dos magos se encaminaron, escabulléndose de las criaturas malvadas que acechaban desde allí. Los pasadizos habían sido cerrados, la única manera de ingresar al castillo era por las puertas anchas y principales, donde todos los verían, todos observarían la forma en la que se unirían a la batalla.

De inmediato sacaron las varitas e intentaron aturdir a algunos gigantes y acromántulas mientras llegaban a la entrada principal.

—Debemos separarnos, tenemos que buscar a algún conocido. 

—No podemos, somos blancos fáciles de Voldemort—declaró Draco—, si no te veo en una hora iré a buscarte, no sabemos cuánto va durar el asedio, será duro e intenso, te quiero Nina, te adoro, más que a mi vida—gritó por encima de las explosiones, tomando sus manos, besando sus nudillos—, vive. Vive y no dejes de cuidar tu espalda.

Nina corrió esquivando las explosiones y los hechizos que salían de cada uno de los rincones del castillo. Tenía que encontrar a cualquier persona conocida, tenía que hallar a cualquier persona que pudiera conducirla hasta donde se encontrara Potter, para contarle al respecto del horrocrux que habían destruido con el fuego maldito, Nina sabía que por una razón él y el señor tenebroso estaban conectados y Potter hubiera probablemente sentido si el objeto habría sido correctamente destruido. Pero después de todo, estaba nuevamente en Hogwarts, el sitio que había sido su hogar por más de seis años, donde conoció a sus amigos, donde conoció el amor intenso, donde descubrió quien era. 

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora