-Vamos a almorzar – anuncio Bankotsu mientras caminaban por los pasillos, yendo hacía las escaleras. Pero el celular de Bankotsu sonar por una llamada entrante impidió la respuesta de Kikyo.

-Responde, yo iré a la planta baja con mis compañeros – Bankotsu aun no queriendo, asintió y observo como Kikyo empezaba a bajar las escaleras.

-¿Kagome? – atendió sorprendido al ver su nombre en el identificador de llamada.

-Bankotsu ¡No es bueno que sigamos molestos! ¡No nos hablamos desde hace semanas!

-Kag, cálmate. Sigo molesto por tu abrupta decisión, pero está bien... eres feliz con él – acepto sin más problemas sorprendiéndolo y no solo a él, sino a Kagome también.

-¿Enserio?

-Sí, enserio.

-¡Ay! ¡Me alegra de que lo aceptes! – Bankotsu sonrió por la alegría de su amiga – Sabia que volveríamos a estar bien, así que llamé a Jakotsu y le pregunte donde trabajas, así que estoy en la primera planta, ven así almorzamos juntos.

-¿Qué? – murmuro Bankotsu con cierto toque de alteración en su voz - ¿Por qué estás aquí? ¿No se supone que debes de estar en tu trabajo? – no quería que Kikyo y Kagome se cruzaran.

-Ay ya papá, es mi hora de almorzar.

-¿No almuerzas con Inuyasha?

-Está en una conferencia y él fue quien me recomendó venir a almorzar contigo así nos arreglamos y estamos como estábamos. ¡Deja de hacer tantas preguntas y baja carajo que tengo hambre! – y se escuchó el zumbido de los tonos, Kagome había cortado antes de tener una respuesta del moreno.

-¡Carajo! – exclamo y sin poder negarse bajo las escaleras rápidamente, tanto que casi se cae de cara – Y Kikyo está en la planta baja ¡Más carajo! – recordó las palabras de la azabache de la cual ahora poseía sentimientos.

Llegó y en recepción se encontraba Kagome charlando con la recepcionista muy animadamente, se acercó y toco su hombro fingía estar calmado pero la verdad es que estaba muy nervioso.

-¡Pero mira nada más! ¡Doctor Bankotsu! – exclamo Kagome abrazándolo amigablemente – Te extrañe morenazo y no solo yo, Haru pregunta por ti como un disco rayado.

-Vamos a almorzar, hablaremos todo lo que quieras mientras comemos – la tomo por el codo haciéndola caminar de apoco hasta la salida.

-¡Bankotsu! – cerró sus ojos al reconocer el tono de voz. Kagome se detuvo y él también.

-¿Kikyo? – murmuro Kagome aún sin voltearse.

-Kagome no – advirtió Bankotsu y volteándose a la vez que Kagome lo hacía y se encontraban con la silueta de Kikyo en uniforme de enfermera verde agua y su coleta alta desprolija.

-¿Qué hace ella aquí? ¿Por qué estás aquí? – Kagome exclamo mirándola y después mirando a Bankotsu pidiendo explicación con sus ojos aterrados y afilados.

Cada vez que Kagome pensaba en Kikyo, le aterrorizaba. Le aterrorizaba la idea de que un día aparezca y le arrebatará a Haru y tal vez también a Inuyasha. Le tenía miedo a esa simple imaginación o posibilidad.

-Cálmate Kagome, no puedes dirigirte a ella de ese modo. Respétala, ella trabaja aquí como enfermera, es mi ayudante en el trabajo – defendió Bankotsu molesto por la forma en la que su amiga se dirigió a la azabache que ahora de apoco, se convertía en alguien importante.

-¿A ti que te pasa? ¿¡Me has ocultado que ella trabaja contigo todo este maldito tiempo!? ¡Valla que amigo! Traidor – Kagome se sentía traicionada por una de las personas en las que más confiaba.

-James convulsiona – hablo por primera vez Kikyo, llamando la atención por completo de Bankotsu, Kikyo sin decir más se dirigió a elevadores juntos con otros médicos y enfermeros.

-Bankotsu...-

-Lo siento Kagome – y sin decirle más, corrió detrás de Kikyo.

En el elevador ella no lo miró, en el momento en que vio a Kagome junto al moreno, tomo una decisión.

Kagome molesta, aterrada y traicionada se marchó del hospital, el hambre se le había quitado y ahora se dirigía a casa de su amiga Sango, la visitaría a ella y junto con sus dos hermosas gemelas, Misa Y Mizu. Kagome se carcajeo en cuanto escucho los nombres de las gemelas al haber nacido ¡Ella se confundiría con la "A" y "U"! Recordar memorias de gracia le hacía volver a su humor normal.

Pero en estos momentos, el a ver visto a Kikyo, lo que hacía para volver a su humor normal no funcionaba es más, está vez le dolía su estómago. 

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¡Nos leemos! 

Nueva Oportunidad (ADA#3)Where stories live. Discover now