Fresas con dulce de leche.
Su bebito le despertó en la madrugada por comida, solo llevaba un par de semanas dentro suyo y ya comenzaba a requerir más ingesta.
Se estiró entre las sábanas y al no sentir el peso ni el aroma de su alfa, se sentó de golpe, ocasionando un mareo pesado.
Tocó su marca de acoplamiento, esta se encontraba de un color rojo suave, pero de todas maneras esta le provocaba picazón. Su omega daba vueltas, inquieto sin sentir a su pareja.
- Otra noche sin él, lo siento -se disculpó con su pequeño y se puso en pie saliendo de la habitación.
Descalzo bajó las escaleras para ir a la cocina, cuando un bulto en el sillón hizo su corazón alterarse. Se acercó con lentitud, llegando hasta su alfa que tenía un desagradable olor a alcohol.
Su cabeza estaba casi colgando del sofá, y Jimin con cuidado le tomó y acomodó para que siguiera durmiendo.
Tal vez salió con sus amigos a disfrutar, pero ¿porqué no lo hacía con él?
Hacía semanas que no tenían una salida, mucho menos intimidad. Yoongi no pasaba en la casa y cuando llegaba, no iba con él a la cama, si no que se acostaba en el sofá y se iba temprano.
Así pasaron duros y dolorosos, dos meses.
El omega contaba con 10 semanas de gestación, en su primer control le recomendaron pasar más tiempo con su alfa, para que el desarrollo del bebé fuera sin problemas. Pero no podía decir que se conformaba con las antiguas prendas de su marido, porque su olor actual se mezclaba con otro más dulzón que le causaba náuseas.
Besó su frente y acarició su mejilla por unos instantes, mirando las facciones relajadas de su mayor.
- Nunca dejes de amarme, por favor.
